EL MENSAJE DE LA CARTA. CAPÍTULO VI.I

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Cantaron una y otra vez los elfos orgullosamente por ser seres celestiales junto con el ángel Noel, hasta que vieron que el viento se comenzaba a sentir un poco.

–Parece que el viento nos quiere hacer una pequeña visita. –Mencionó el ángel Noel quien sus cabellos se movía con las corrientes del viento.

–De seguro deben ser las hadas del viento, que ya comenzaron ensayar el espectáculo. –Agregó el elfo Yali mientras pensaba en un espectáculo sorpresivo para todos.

–Sí, porque ellas empiezan un poco después que nosotros. –Decía inspirada Elsaddi.

–Bueno, entonces sigamos trabajando. –Contestó el ángel.

Pero cuando quiso envolver regalos el ángel Noel, el viento comenzó a hacerse más fuerte y estaba haciendo volar todos los papeles para envolver los regalos y también volaban los gorritos de los elfos.

– ¡Vaya! Es un viento muy fuerte, no podremos trabajar así. ¿No les parece? –Dijo nuevamente Noel mientras ya sentía sus manos frías.

– ¡Mi gorrito! –Alzó la voz Elsaddi al ver que su gorrito iba volando por todo el lugar. El elfo Elsaddi comenzó a volar por detrás de él para poder tomarlo–. Ven para acá gorrito, no puedes irte de mí. –Dijo molesta por el viento con una mirada un poco cerrada y su pelo moviéndose completamente–. Este viento es muy fuerte. –Seguía persiguiéndolo por todos lados.

– ¡Si, realmente es fuerte! –Todos los elfos dijeron eso que inmediatamente se comenzaron a amarrar sus sombreritos, porque el viento se los llevaba y así, no les pasara lo mismo que a la elfo Elsaddi. Sin embargo, algunos elfos no amarraron al instante sus gorritos y salieron volando los sombreros.

–Listo, hasta que al fin ya te pude tomar gorrito. –Después de unos instantes la elfo pudo alcanzar el gorrito que quedó atorado entre una de las cortinas de las ventanas.

–Bueno, ya que has atrapado tu gorrito Elsaddi, por favor cierra las ventanas del salón para poder trabajar, que nuestro escandaloso amigo no nos dejará. –Dijo el ángel mientras se seguía calentando las manos.

Mientras el ángel se sentaba sobre algunos de los papeles para que no volaran, trataba de atrapar así otros papeles que flotaban y gorritos de elfos alzando sus manos.

–Sí, ahora mismo ángel Noel. –Contestó el elfo Elsaddi que rápidamente se dirigió a cerrar las ventanas.

El elfo Elsaddi fue a cerrar las ventanas, una por una. Se ve como las va cerrando en todo el salón con un poco de complejidad porque el aire no la deja ver.

– ¡Que aire tan fuerte que ni si quiera me deja mirar bien! –dijo mientras cerraba un poco sus ojos para que pudiera ver con todo este viento.

Pero al mismo tiempo también la paloma del mago Marcel volaba directo al salón Fungi para llevar la carta, aunque miró que las ventanas se estaban cerrando.

–Las ventanas se están cerrando, mejor tengo que entrar ya en esa ventana que aún no se cierra. –Se pensó el ave entre el inmenso viento celestial, pues no puede hablar y se empezó a encoger más para poder caber en la ventana del salón.

–Esta es la última. –Se dijo Elsaddi bostezando, ya sin que el aire le complicara por ser la última ventana y la cerró.

– ¡Oh no...! –Pensó la paloma Alázul al momento en que chocó con el vidrio de la ventana, donde salieron volando plumas por todos lados y Elsaddi dejó de bostezar por el susto, al escuchar el choque.

– ¡¿Qué fue eso?! –Lo dijo modorra la elfo Elsaddi, pues tenía mucho sueño.

Cuando abrió la ventana y miró hacia abajo, se dio cuenta que era la paloma mensajera del mago Marcel. La elfo volteo de nuevo al salón y les dijo a los elfos y Noel.

–Creo que nos hablan. –Lo dijo un poco preocupada por sentir culpa en el accidente de Alázul.

– ¿Quién es Elsaddi? –preguntó el ángel Noel que seguía envolviendo más regalos con el elfo Emil.

–Es.... –El elfo Elsaddi no quería que el ángel supiera que era la paloma del mago Marcel que había chocado.

En eso, la paloma mensajera entró por la ventana como si nada le hubiera pasado, con la carta sobre su boca que dejó caer sobre el ángel Noel.

El elfo Elsaddi volvió a cerrar la ventana.

–Vaya, parece que el mago Marcel nos viene a decir algo por medio de esta carta, hasta que al fin lo encontré. Muchas gracias palomita. –Comentó el ángel al momento en que acariciaba la cabeza de la paloma.

Después de eso, la paloma salió de nuevo volando, pero el ave no miró que el elfo había cerrado de nuevo la ventana, y cuando fue directo a ella, la pobre chocó otra vez con plumas desprendiéndose por todos lados nuevamente. Pobre paloma del mago Marcel. El elfo volvió a abrir la ventana bostezando.

–Ya te puedes ir de nuevo amiguita, lo siento. –Dijo el elfo Elsaddi.

Y la paloma salió volando hacia fuera de nuevo.

–Bien, veamos qué es lo que nos dice el mago Marcel. –Comentó el ángel mientras miraba la carta por delante y por detrás.

El ángel Noel se levantó de los papeles y se dirigió hacia la mesa, donde estaba al lado, un copal grande de metro y medio con fuego azul saliendo de él.

–Bueno me pregunto qué es lo nuevo que trae el mago Marcel.

Tomó la carta, y la dejó tirar sobre el fuego del copal. Fue increíble después lo que pasó, pues cuando la carta cayó al fuego se convirtió en cenizas, pero el fuego comenzó a cambiar de forma y tomó la apariencia del mago Marcel de cuerpo completo. El mismo fuego comenzó a hablar con la voz del mago Marcel mencionando lo que estaba escrito visible en la carta.


EN BUSCA DE LA FEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora