LA MAGIA NEGRA EN EL MUNDO. CAPÍTULO XV.IV

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–Creo que me equivoqué y no pasó mucho, pero ahora si voy a hacer que esta vieja gorda se peleé con todos. –Se dijo a sí misma la sombra rodeándola nuevamente. 

La madre de Arturo se había calmado, pero la sombra nuevamente comenzó a hacer de las suyas, y le habló a la madre nuevamente.

–Por lo visto él no es el único que tiene la culpa, –mencionaba el ser del mal susurronamente en el oído–, en nuestra consiente sabemos que también tienen que asumir las consecuencias los que tenían una soga sin cuidados que se maltrató y por eso se rompió.

–Sí, tienes toda la razón. –Comentó la madre sin saber que era un espectro quien hablaba con ella, pensando que es su conciencia.

–Entonces tenemos que hacer que pague el delito que acaba de hacer los que maltrataron ese mecate, ¡trataron de matar a Arturo!, por eso nos dieron la cuerda dañada y degradada. –Dijo escandalosamente la sombra en el oído de la madre.

– ¡Mi hijo! –Gritó sin tanto escándalo y un tono cortante la madre de Arturo.

En ese instante corrió con la madre Lina.

–Pobre estúpida. –Pronunció la sombra riéndose de la madre sobreprotectora descaradamente.

La madre de Arturo, al llegar, se alteró inmediatamente, y como Lina estaba de espaldas a ella, la madre de Arturo tocó su espalda. Inmediatamente, Lina volteo sin ningún problema, pero se llevó una gran sorpresa al ver que la mamá de Arturo comenzó a gritar escandalosamente.

–Quisiera saber ¡¿por qué diste una soga gastada al tonto de Francisco para la piñata?! –Contestó de muy mala manera la dramática mamá de Arturo.

–Muy bien, lo estamos haciendo muy bien, hay que seguir así y enfocarnos a lo que hemos venido. –Mencionó el espectro maligno sobre los oídos de la mamá de Arturo que en su estado poseído.

– ¡Respóndeme! ¡¿¿O acaso quieres ocultar tu verdadera culpa?! –Dijo alterada la madre de Arturo.

–No entiendo el sentido de tu ridícula alteración Leti, –mencionaba la madre Lina con ese nombre, al llamarse así la madre del niño–, esto fue un accidente que por fortuna no pasó a mayores, pero no nos peleemos en algo que no nos llevará a nada bueno.

La madre Lina contestó de buena manera, pero la sombra seguía induciendo a la madre Leti a ser una peor persona.

–Por lo visto ella solo busca lavarse las manos y no asumir las consecuencias, esto no puede pasar. ¡Alguien tiene que detenerla! –Exclamó la sombra en la conciencia de la madre Leticia, quien rápidamente actuó a lo que las fuerzas del más allá le inculcaban.

– ¡Tú lo planeaste todo! ¡Le diste una soga dañada a Francisco para que en el momento en que mi hijo golpeara la piñata se rompiera e hiciera que ese inmenso cuerpo de papel maché rellano de pordioserías lo matara! –Gritó Leticia, alterada y escandalosa.

– ¡No puedo creerlo! ¡¿Por qué dices eso?! –Le contestó la madre Lina, al quedar resentida por las dos grandes humillaciones que Leticia había puesto ante ella, llamarla pordiosera, pero más aún por creerla de un terrible acto como ese.

Los niños comían felizmente y sin parar los dulces de la piñata al romperse, estaban todos en el montón tratando de buscar hasta la última pieza de chocolate, pero al mismo tiempo su atención era robada por los inmensos gritos de escándalo que Leticia hacia descaradamente ante Lina.

– ¿Por qué nuestras madres están discutiendo expuestas al aire Arturo? –Preguntó inocentemente la niña Sofía, la festejada en la reunión que se pudo llamar celebración.

EN BUSCA DE LA FEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora