Introducción

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Albert

—Aún sigo en la lucha. No ha terminado. No es nada fácil saber que quien te amo en algún momento ya no te recuerde —le comenté. No dijo nada solo se me quedó mirando con esos mismos ojos de siempre tan profundos.

—¿Y entonces? —preguntó.

—¿Entonces qué? —respondí. «Tú misma lo estas viviendo» pensé en decirle, pero no podía—. Bueno es que es tan extraño todo —moví mi mano sobre la mesa y tomé la de ella—, hace solo unos meses todo era diferente.

A veces me provocaba detenerme en el patio y señalar con un dedo de espuma al cielo y gritar: ¿Por qué estoy viviendo todo esto Dios? ¿Qué hice mal? ¿Mejorará? pero nunca tuve el valor ni lo tendré. Soy alguien insignificante para hacer tal cosa ante un omnipotente. Sé que las pruebas forjan nuestro carácter y así fue.

 —Pero nunca me has contado la historia completa. Siempre te escucho decir que estas cansado. Que te duele. Que no es fácil. Y se los dices a ellos pero nada más sé.

Quise decirle que todo era relacionado con ella pero no sé cómo lo tomaría. El médico había dicho que de un instante a otro podría recuperar la memoria. Siempre deseaba que ese momento sucediera apenas le hablara, pero no pasaba.

—Te la contaré una vez más.

—¿Una vez más? Si nunca me la has contado —rio. Si hubiera sabido que esa sería la segunda vez que se la contaba.

—Todo comenzó aquel día en clases. Cuando dibujaba garabatos sobre mi libreta y me perdí inmensamente en mi universo... —había captado su interés. Siempre lo lograba. Sus ojos brillaban y yo seguí contándole la historia.

Instante (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora