Capitulo 12: ¿Cómo pude cometer tal error?

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Debí por lo menos imaginarme que las cosas no pueden ocurrir dos veces de la misma forma, la solución que me había planteado en mi mente de correr y desaparecer, no funcionaria más. Estaba destinada al fracaso, pero quería aferrarme a ello sin importar que.

Evan me había traído hasta mi habitación, dedicándome una sonrisa un tanto triste salió de allí sin decir nada más. Primero los minutos pasaron convirtiéndose en horas, al parecer Damian no dormiría en esta habitación, aunque claro después de mi rechazo frente a todos, era más que obvio que esto ocurriera.

Me recosté sobre las sabanas totalmente frustrada y con un sentimiento de arrepentimiento que me quemaba por dentro, Damian estaba completamente furioso y muy triste, podía sentirlo en mi corazón, la conexión que nos unía se estaba haciendo cada vez más fuerte.

Sin darme cuenta como ni en que momento, me quede profundamente dormida sobre la cama. Lo único que quería era ver a Damian a mi lado, pero no fue así. Me encontraba sola en la enorme habitación, no había venido ni un solo momento a verme durante toda la noche, no podía percibir su aroma cerca.

Eran alrededor de las 5:00 de la mañana, se me estaba haciendo costumbre despertarme a tan tempranas horas, pero claro, últimamente una pesadilla tras otra me torturaban en mis sueños y las situaciones que ocurrían a mi alrededor tampoco eran de mucha utilidad.

Salí de la habitación y me dirigí al patio trasero, ese que conectaba directo con el bosque. Comencé a caminar a paso lento mientras me abría paso a través de los árboles y una vez que estuve lejos de la mansión, me dedique a hacer lo mio.

Aisha ¿Estas lista? – Pregunte con cierto nerviosismo.

¿Estas segura de querer hacer esto? – Dijo con un hilo de voz preocupada, una larga pausa se hizo presente – Aimi llevamos más de 6 años sin transformarnos, no creo que debamos hacerlo.

¿Por qué no? Pensé que tendrías muchas ganas de salir.

Claro que si, pero... – Dijo como dudando de sus palabras – Dolerá... te dolerá hasta el alma ¿Lo entiendes?

No te preocupes – Dijo con dulce voz – Estaré bien... estaremos bien – Y corte la conexión.

Mis huesos comenzaron a tronar haciendo un gran estruendo, sentía como mi cuerpo comenzaba a deformarse, maldición si dolía, aún más que la primera vez que me convertí, esto era mucho peor. No resistí más y caí al suelo retorciéndome del dolor, al principio mi mandíbula se contraía acallando los gritos, pero era inútil. Ahora me encontraba ahí en medio del bosque tumbada, desgarrándome la garganta debido a los tremendos gritos que salían desde lo más profundo de mi alma.

Fueron los 2 minutos más largos y dolorosos que había tenido desde aquel día en el que André me encontró merodeando. Un poco más tranquila pude observarme, sentí como finas lágrimas se deslizaban por mi hocico, un sentimiento de nostalgia me invadió, hacia ya tanto tiempo que no me transformaba en Aisha que había olvidado lo hermosas que éramos.

Los primeros pasos fueron un tanto decepcionantes, nuestras patas no nos sostenían con la suficiente fuerza provocando que cayéramos al suelo, fue así durante unos instantes, después a paso lento y torpe comenzamos a movernos. No éramos tan rápidas como hace algunos años pero por lo menos logramos recorrer una gran distancia sin caernos, llegamos hasta un pequeño riachuelo.

Estire mi cabeza para ver nuestro reflejo en el agua. Nuestro pelaje era blanco como la nieve, mediamos alrededor de 1.80 m, una altura bastante sobresaliente para una mujer lobo, pero lo más raro y hermoso de nosotras eran nuestros ojos. Aquellas pupilas violetas destellantes como el mismo universo.

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