En portada Dalí Blair
– El mismo derecho que tenemos todos los demás aquí presente en arreglar todo este lio.
Esas fueron las palabras que utilizo el alfa Caius para dejar sin palabras a Damian, pronto uno a uno, los demás alfas de las manadas comenzaron a dejarse oír.
– ¿Es ella? – Pregunto uno de ellos – Pero si es apenas una niña.
– ¿Por ella se ha armado todo este lió? – Pregunto con incredulidad otro de ellos – No hay nada de especial o que valga la pena en ella.
Después la conversación siguió con millones de preguntas como para ellos, dejándome como oyente, ¿Por qué el rastreador buscaría a alguien como ella?, ¿Por qué una niña así se convirtió en la mate del gran alfa Damian Blair?, ¿Acaso no era una rogue?, ¿La ha marcado?, ¿Sera acaso que el alfa Damian a perdido totalmente el juicio y la razón?
Aimi – Dijo Aisha a través de la conexión – ¿Cómo se atreven? No saben ni una pizca sobre nosotras – Repuso con evidente molestia.
No le conteste nada a Aisha pero era evidente mi enojo, mis manos se cerraron tan fuerte que la piel se me puso roja, mis dientes chistaban entre ellos por la fuerza que aplique para acallar todo lo que sentía. Todos y cada uno de ellos seguían discutiendo sobre mí pero ignorándome totalmente, como si no les importara que estuviera yo presente.
– Entonces – Dije con un tono de voz calmado pero lleno de furia – ¿Eso es todo? Sus reclamos solo se basan en mi apariencia y mi pasado – Mire con desdén a cada uno de esos alfas.
– Vaya que para tu tamaño y posición tienes mucho valor – Contesto Casius con un tono de voz típico de los alfas – Tu apariencia es lo menos importante – Sentencio mientras dejaba ver los colmillos, este hombre de verdad me tenía un rencor puro – ¿Sabes el daño que ha hecho aquel rastreador antes de encontrarte?
– Basta, es suficiente... – Dijo Damian intentando pactar tregua, pero siendo interrumpido por mi.
– No lo se – Dije sin apartar mi mirada de Caius – Dímelo.
– Maldita – Gruño sin más tomándome por la ropa – ¿Te parece todo un juego? ¿Crees que por ser la mate del alfa de la manada más poderosa eres intocable o especial? – Realmente este hombre se contenía por darme un buen golpe en el rostro.
– Te equivocas – Dije con suma tranquilidad – No creo que sea algo especial ni nada por el estilo – Espeté mientras con mi mano me retiraba de su agarre – No preguntare de nuevo, así que, dime ahora el daño que supuestamente he hecho – Mi sangre hervía, mi actitud servicial se había esfumado y el orgullo de los alfas solo me recorría por las venas.
– Aimi, dije que es suficiente – Dijo Damian con voz autoritaria pero sin atisbo de enojo, solo intentaba ponerme a salvo – Sera mejor que dejemos el asunto para otra ocasión – Concluyo.
– No, "mi luna" quiere saber la cuestión en si – Dijo Caius con desdén y sarcasmo en sus palabras – Pero me pregunto – Soltó mientras me daba la espalda – ¿Qué podría saber un "rogue" sobre el compañerismo o el dolor de la perdida?
"¿Qué podría saber un "rogue" sobre el compañerismo o el dolor de la perdida?" esa pregunto resonó en mi mente, un mar de sentimientos me inundo, era una mezcla entre coraje, tristeza, odio, desesperación. Mis manos comenzaron a temblar, el aire parecía cada vez mas pesado.
Aimi – Chillo Aisha con preocupación – Debes de tranquilizarte, sino lo haces... tu y yo podríamos...
– Cállate – Gruñí con todas mis fuerzas – Dije que te calles.
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Ocúltate
Hombres LoboAimi una mujer lobo de descendencia pura se ha obligado a creer que es débil e inútil, ocultando su propio pasado, viviendo día a día maltratos y burlas por parte de su manada, creyendo que incluso su propio mate la rechazaría sin dudarlo. Pero... ¿...