POV Damian Blair
Dentro de mi mente aun guardo el recuerdo de mi dulce madre, la fina figura dibujada sobre su rostro, aquellos ojos azules como diamantes y su larga cabellera dorada que ondeaba con gracias por el viento y como ello termino cubierto de sangre, gritos por doquier, gruñidos y zarpazos, miedo y desesperación... ¿Tendría que pasar por lo mismo de nuevo? ¿Cuántas veces puede presentarse ante ti tu destino? ¿Es que acaso era ya algo inevitable?
¿Cómo podría dejar que hagas esto? – Gimoteé lleno de impotencia y dolor, si Aimi dejaba la habitación nadie podría protegerla, todo se había vuelto una completa mierda.
Regresare a ti... es una promesa – Susurro con un tinte de dolor en su voz y así emprendió huida fuera de las paredes del castillo alejando a cada una de las bestias.
"Mierda... mierda" me repetía con furia dentro de mi mente, pronto un sabor metálico se posiciono sobre mi lengua, estaba apretando con tal fuerza mi mandíbula que mis encías comenzaron a sangrar.
Ro, Theo y Dani vayan tras ellos, no debemos dejar sola a Aimi – Comande con urgencia, Aimi era mucho más ágil y veloz que cualquiera de ellos, no debía de perder ni un segundo.
¿A dónde mierda creen que van? – Gruño Davor quien se encontraba totalmente cabreado por el giro de los acontecimientos – Esa maldita perra es mía... solo mía – Grito encolerizado.
Theo, ten cuidado – Advirtió Ro mientras se colaba entre los colmillos de Davor y Theo.
Todo paso tan rápido ante nuestros ojos, por la habitación se dejo escapar un chillido lleno de dolor y un sonido estrepitante, de un mordisco certero y feroz Davor había cercenado casi por completo el cuello de Zev, Theo lo tomo entre su hocico y de un salto se alejó de su atacante, Dani volvió a su forma humana en un parpadeo quizá por instinto y coloco la palma de sus manos sobre la aberrante herida, la sangre comenzaba a brotar sin tregua.
Debemos de darle atención de urgencia, debido a la gravedad de la herida no podrá sanar por si misma – Comando Naim en un tono de voz doliente.
Mientras la conmoción sumergía a todos en horror y desesperación, Davor intento escapar seguramente para ir detrás de Aimi, de un mordisco Aaron y yo logramos alcanzarlo antes de que saliera de la habitación, así comenzó de nuevo un pelea de perros; zarpazos arremetían por doquier, la sangre brotaba como lluvia a lo largo y ancho de paredes y piso, era tal cual Aimi lo había descrito, Davor era un demente en toda la extensión de la palabra, no podía notársele ni una gota de agotamiento o dolor, era simplemente como un perro controlado por una insaciable saña.
Mierda, terminemos con esto de una puta vez – Soltó Adriel arremetiendo contra Davor.
Por el rostro de Davor comenzaron a formarse muecas, la pelea se estaba alargando mucho más de lo que él quisiera, no podía permitirse tal lujo. De un movimiento ágil se apartó de nosotros y tomo como prisionero a mi padre.
Alfa Fedek – Gritamos al unísono con evidente horror en nuestro tono de voz.
Ustedes me importan una mierda – Dijo Davor con desdén – Son como una terrible plaga, no tengo tiempo que perder jugando con ustedes niñatos – Soltó mientras mostraba los colmillos.
Evan – Lo llame a través de la conexión – Aimi ha huido a la zona sur del bosque, aquellas bestias la persiguen y en cualquier instante el hijo de puta de Davor también le seguirá el rastro – No pude evitar chasquear la lengua – No podemos ir a su encuentro... tenemos una situación de urgencia en este momento, por favor... ve en su ayuda... confió en ti amigo.
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Ocúltate
LobisomemAimi una mujer lobo de descendencia pura se ha obligado a creer que es débil e inútil, ocultando su propio pasado, viviendo día a día maltratos y burlas por parte de su manada, creyendo que incluso su propio mate la rechazaría sin dudarlo. Pero... ¿...