– ¿Te encuentras bien? – Pregunto Damian mientras intercambiaba miradas entre Adriel y las machas de sangre seca en mi ropa.
– Estoy bien, no ha sido nada grave – Dije mientras tome su mano para tranquilizarlo un poco – Es Adriel quien me preocupa – Confesé mientras veía como sin decir palabra alguna se alejó hasta perderse.
– A la mierda con él – Soltó Damian aunque por la expresión en su rostro podía notar que realmente se preocupaba por este.
Estaba perdida en mis pensamientos divagando entre el tiempo que tardarían en sanar mis heridas o el hecho de que debía cambiarme de nuevo la ropa cuando Damian me aprisiono entre sus brazos, me tomo tan desprevenida que no sabía la razón detrás de sus acciones. Rodeo sus brazos sobre mi cadera y me apretujo, no pude evitar soltar un gemido adolorido.
– Gracias – Soltó al fin después de un par de segundos – Yo realmente odiaba al Adriel de ahora, pero ahora que lo pienso jamás me permití imaginar su dolor, nunca vi más halla de su simple deseo de venganza... realmente tienes un corazón hermoso – Confeso mientras besaba mi mejilla.
– Especial sin lugar a dudas – Repuso Naim mientras se acercaban a nosotros junto a Jakob, Tristán y Ragnar.
– Debo admitir que casi me da un infarto al pensar lo que podría pasarte cuando te acercaste de esa manera hasta Adriel – Confeso Tristán con asombro y dejando escapar un suspiro de alivio.
– ¿Qué podría pasarle? – Repuso con desaire Ragnar – Es un alfa... seguramente habrían terminado orquestando una pelea de perros.
– Ragnar... cuida tus modales – Suspiro Damian cansado de continuar con alguna otra pelea absurda.
– Mi luna, permíteme llevarte hasta tu habitación para que puedas atender tus heridas – Dijo Naim mientras me ofrecía su mano tan caballerosamente – Vamos.
– ¿Por qué deberías de llevarla tú? Yo puedo hacer eso... – Repuso Damian mientras hacia pucheros y dejaba entre notar un atisbo de celos.
Naim, Tristán, Jakob y Ragnar intercambiaron un par de miradas entre divertidas y absurdas, para dejar escapar unas risitas burlonas.
– Bueno... veras – Comenzó a explicar Jakob mientras se aclaraba la garganta pero sin encontrar las palabras adecuadas para continuar.
– Si va contigo a la habitación – Interrumpió Ragnar con entera confianza y naturalidad – Y a juzgar por TODO lo que nos han contado sobre ustedes... un par de horas no sería suficiente para ustedes – Soltó con picardía en su voz a lo que al instante comprendí.
No pude evitar cubrir mis sonrojadas mejillas ante sus suposiciones, y que diablos se suponía que significaba "Todo lo que nos han dicho sobre ustedes", realmente solo nos veían como dos animales en celo o que.
– ¿Pero de que diablos estas hablando Ragnar? – Refunfuño Damian sin poder evitar tartamudear un poco debido a la vergüenza – ¿De que tantas tonterías han estado hablando ustedes y el grupo de idiotas de mis guardias?
– Vamos, no te molestes tanto Damian – Dijo Jakob mientras rodeaba su cuello con su brazo – No ponemos en critica ni velo de juicio tu apetito sexual – Espeto con evidente burla en sus palabras – Pero hoy es un día importante y no pueden... ninguno de los dos llegar tarde – Sentencio mientras Damian opuso cero resistencia y arrugaba la nariz.
Sin querer avergonzarme más tome la mano de Naim para que me llevara de inmediato a mi habitación y terminara por completo toda esta incomoda situación, me ponía un poco nerviosa imaginar que terminaría al igual que Damian, siendo el punto central de sus bromas y burlas infantiles.
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Ocúltate
Kurt AdamAimi una mujer lobo de descendencia pura se ha obligado a creer que es débil e inútil, ocultando su propio pasado, viviendo día a día maltratos y burlas por parte de su manada, creyendo que incluso su propio mate la rechazaría sin dudarlo. Pero... ¿...