Capítulo 33: ¿Cuál será la lección?

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(>w<) Aunque sea un capitulo muy pequeño


********** Flashback Aimi Blake 6 años

– Bien mi pequeña lobita, es tiempo de ir a la cama – Esbozo mi madre mientras arremolinaba las sabanas.

– Pero madre... aun no tengo sueño en absoluto – Renegué mientras brincaba sin cesar sobre el colchón.

– Ajajá, sé que aun tienes mucha energía – Dijo mientras me tomaba de los brazos para meter mi pequeño cuerpo dentro de las cobijas – Deberás de guardar toda esa voluntad para el día de tu transformación – Sugirió mientras me dedicaba una suave pero enternecedora caricia sobre mi mejilla – Aun quedan muchas cosas más que debes de aprender antes de él gran día.

– ¿Cuál será la lección de hoy? – Cuestione con gran entusiasmo.

– "Unidad" – Soltó con voz clara y firme – ¿Has escuchado la frase "Mejor son dos que uno"?

Moví mi cabeza ligeramente en símbolo de negación, adoraba escuchar las lecciones e historias que mi madre me contaba cada noche, su voz era tan dulce y fuerte a la vez, llena de orgullo y confianza en lo que a la raza de licántropos se refería.

– Somos lobos, vamos y venimos siempre en manadas, como una unidad... – Explicaba mi madre mientras acariciaba mi largo cabello – Puedes ser el lobo más fuerte o el más ágil e incluso el más sabio, pero si te encuentras solo inevitablemente caerás. Escúchame con atención Aimi, cuando te conviertas por primera vez pasaras a formar parte de la manada, es tu deber proteger a cada uno de los miembros, incluso si ello significara poner tu vida en riesgo para salvarlos, confía en tu unidad porque si alguna vez tu cayeras... ten por seguro que alguien más te levantara.

– "Mejor son dos que uno" – Repetimos al unísono.

********** Fin del Flashback

– Aimi... Aimi... – Una voz clamaba mi nombre mientras sentía como agitaban mi cuerpo delicadamente – Despierta – Susurraba Damian mientras me sacudía suavemente de los hombros.

– ¿Qué es lo que sucede? – Cuestione aun con voz adormilada y confundida, que sueño más extraño y que coincidencia más aterrorizante, no podía sino más que pensar que se trataba de una advertencia.

– Ya pasa de más de medio día... creo que deberías ir a comer algo – Sugirió mientras tomaba posición a mi lado y me quitaba unos cuantos mechones de cabello arremolinados sobre mi rostro – Disculpa por despertarte, aunque te veías realmente hermosa durmiendo, me preocupa que te alimentes bien.

– ¿Han regresado Evan y James? – Pregunte mientras me incorporaba.

– Aun no... convocar a todos los alfas tomara por lo menos un par de días – Soltó con cierta pesadez – Y me temo que no todos estarán muy animados por presentarse.

– Imaginaba que estarían cerca puesto que hace poco habían sido convocados.

– ¿Esos ancianos? – Repuso con gracia – Eso solo fue una mera formalidad ¿No creerás que los lideres de las manadas más poderosas sean esos ancianos o si? – Cuestiono con cierta picardía e ironía en sus palabras mientras yo le dedicaba una mirada llena de dudas – Todos ellos son como mi padre... una vez fueron alfas de sus manadas pero ahora han heredado su puesto a las generaciones más jóvenes, sus hijos... sus nietos...

– ¿Quieres decir...? – Cuestione a medias – ¿... que me sermonearon un montón de vejestorios quienes ni si quiera tienen poder o voto? – Solté al fin mientras le propinaba un golpe en el pecho como si de un berrinche se tratara, con todo lo que había pasado era realmente reconfortante volver a ser la misma.

Damian me tomo por la muñeca con delicadeza mientras la habitación se llenaba de sus risas picaras y llenas de diversión, era un sonido que hacia tiempo no escuchaba, su melodía era reconfortante y cálida.

– Buena elección de palabras – Dijo cuando recupero el aliento – Aunque ¿No se si sea correcto llamarlos así? Al final ellos también fueron alfas y su conocimiento y consejos pesan más de lo que crees.

– Como sea – Repuse girando mi rostro hacia un lado.

– Lo siento... – Susurro Damian mientras con la punta de sus dedos recorría las finas marcas que formaban aquella marca en mi cuello – Siento que terminaras involucrada en este tipo de asunto – Gire mi cabeza para verlo a los ojos, su mirada era un tanto desalentadora y triste – Por primera vez en mi vida odio tanto ser el alfa de todos ellos... no poder elegir libremente mis deseos y anhelos, no poder ser egoísta y dejar todo de lado, no poder elegirte a ti sin miramientos u obligaciones... – Explicaba mientras sus dientes rechinaban seguramente por el sentimiento de impotencia y culpa en su interior – Ojala no fuera... – Lo acalle colocando mi dedo índice sobre sus labios.

– Tú eres Damian Blair, alfa de alfas – Dije mientras le dedicaba una tierna sonrisa y postraba la palma de mi mano sobre la suya – Lo harás bien... lo haremos bien.

Su cuerpo acorto la distancia que nos separaba, pronto sus labios comenzaron a revolotear sobre los míos en un vaivén colmado de pasión y afecto, esta vez no se encontraba dominado por la excitación o el deseo sino más bien se trataba de un sentimiento más puro, sincero y entrañable. Cuando nuestras bocas se separaron Damian recargo su frente sobre la mía mientras mantenía sus ojos cerrados, quería que la misma calma y positividad que me dominaban pasaran a él de alguna forma.

– Damian... – Dije su nombre sacándolo de su meditación – Tengo hambre – Solté un tanto avergonzada a lo cual él lo noto y de nuevo aquella actitud despreocupada y divertida se dibujo por sobre su rostro.

– Bien, dejare que te arregles mientras iré a ordenar que nos preparen algo de comer.

– De acuerdo.

Ahora que caía en cuenta Damian ya se encontraba totalmente vestido, seguramente no había podido pegar el ojo en toda la madrugada y se había dispuesto a arreglar cosas aquí y allá; tome una refrescante ducha y me coloque mi ropa preferida en todo el mundo, una sudadera color vino de Damian junto a mis pantalones de cuero negro. Salí de la habitación y justo cuando me dirigía hacia el cuarto del comedor y la cocina me tope con Dani.

– Buenos días – Salude mientras inclinaba un poco mi cabeza.

– Buenas tardes... dirás – Contesto él con su típica actitud.

– Cierto, supongo que dormí demasiado – Intente excusarme un tanto nerviosa.

La actitud de Dani siempre me había parecido sorprendente, su calma ante las situaciones era de lo más perfecta, si lo pensaba bien no recordaba haberlo visto nunca molesto o rabioso, nunca dejaba que sus emociones se interpusieran en su lógica o razonamiento.

– Las cosas se pondrán más difíciles de ahora en adelante ¿Estas lista para ello? – Cuestiono con un timbre de preocupación.

– No lo estoy... – Asegure con convicción – Pero debo de estarlo.

– Bien dicho – Espeto mientras con la palma de su mano arremolinaba mi cabello, mis ojos se abrieron todo lo que pudieron como reacción a su gesto, pronto pequeñas lágrimas brotaron de mis ojos y se abrieron paso a través de mis mejillas, era un sentimiento nostálgico para mí – Si tropiezas asegúrate de extender tu mano... aunque sea una molestia... será un placer tenderte una mano para levantarte de nuevo.

"Mejor son dos que uno" aquella frase se repetía en mi interior como si de una lección se tratara, no estaba sola, había muchas personas que estaban dispuestas a poner su vida en riesgo por mi: Damian, Evan, James, Dani y estoy segura que a pesar de sus miedos y resentimientos en algún punto Ro, Theo y Fedek tendrían la misma resolución puesto que al final todos pasábamos a formar parte de la manada... Black Moon ahora era mi hogar y la defendería con mi propia vida si así fuera necesario..

OcúltateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora