Capítulo 3: ¿Qué es lo que debería hacer?

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Los cálidos rayos del sol comenzaron a colarse por mi pálida pie cegándome por un instante, mientras que la hierba del jardín de afuera se sentía tan suave sobre mi rostro. El día anterior había sido disciplinada por mi alfa en el patio de la mansión y es ahí mismo donde me había despertado al día siguiente.

Lo siento Aisha, debo parecer patética.

No te preocupes – Hizo una larga pausa – Esta vez... se han sobrepasado, te han lastimado demasiado.

Aisha tenia razón, el castigo injusto de ayer se les había pasado un poco de las manos, el cuerpo entero me dolía, como pude entre a la mansión y me dirigí a mi cuarto. Era una habitación pequeña, por lo menos contaba con una cama, un buro, un espejo y mi propio baño. Comencé a quitarme la ropa, enormes manchas moradas se coloreaban a lo largo de mis brazos y piernas, mi espalda y abdomen también estaban cubiertos de moretones. Levante mi rostro con cierta duda y me quede observando mi reflejo a través del espejo, lo odiaba, la persona que estaba frente a mí, realmente la odiaba.

Tome una ducha rápida, no debía demorar ya que hoy era la tan esperada fiesta de bienvenida del alfa; el agua tibia que caía por sobre mi piel desnuda me quemaba como si de plata se tratara. Salí y me coloque una sudadera rosa pálido 2 o 3 tallas más grande que la mía, un pequeño short de mezclilla y tenis negros. Tendría que ocuparme de peinar y maquillar a todas las chicas de la manada, arreglar los trajes de los chicos y cualquier otra orden absurda que se les ocurriera.

Ni si quiera paso por mi mente mirar a ninguno de los miembros de la manada, ellos se encontraban tan extasiados por conocer al famosísimo alfa de alfas Damian Blair mientras que yo me encontraba demasiado cansada para estar soportando sus bromitas y abusos tan infantiles.

Cuando la noche llego pensé que todos se irían y así podría descansar con tranquilidad en mi habitación pero la maldita de Amanda me llevo de su chaperona cargando mil y un bolsas, maquillaje y cambios de vestuario.

– Por dios Amanda – Recrimino Andre – ¿Es necesario que lleves todo eso?

– Pero... Andre querido, debemos de dejar una buena impresión al Sr. Blair

– ¿Quieres dejar una buena impresión o conquistarlo? – Dijo en susurro una de las chicas de la manada.

Amanda se limito a gruñirle, sin mucho éxito como siempre, esta zorra hacia lo que quería. Sin darme tiempo de prepararme nos dirigimos a la mansión de la manada Black Moon, claro todos los demás vestidos elegantemente mientras yo asistiría con andrajos y cubierta de vendas en el rostro, brazos y piernas, simplemente iba a dar lastima de nuevo a esa casa.

Todos los miembros de mi manada entraron a la mansión con la frente bien en alto, no pueden saber lo ridículos que se veían, mientras yo me limitaba a ocultarme en la cocina de la casa, pero esta se encontraba repleta de gente, así que decidí quedarme en uno de los jardines que al parecer estaba vacío.

Así la gran velada comenzó, en el cielo nocturno podrían vislumbrarse hermosos fuegos artificiales y la música llego hasta mis oídos, al igual que el aroma a la comida, ahora moría de hambre pero no podría comer sino hasta llegar a casa. Me recosté sobre el pasto verde del hermoso jardín y comencé a contar las estrellas, hasta que fui interrumpida por esa maldita.

¿Dónde diablos estas? – Dijo Amanda a través de la conexión.

¿Necesita algo mi luna? – Dije sin querer pelear con ella.

Necesito que traigas mi estuche de maquillaje, el más grande y de color dorado. ¡¡¡Ahora!!!!

Corte la conexión y me dirigí adentro por el maldito estuche de maquillaje, había dejado todas las cosas en la sala principal de la mansión, cuando estaba hurgando entre tanta porquería que había traído Amanda una voz detrás de mí me distrajo.

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