Capitulo 14: ¿Puedo morir al fin?

13.4K 883 131
                                    

– Damian – Susurre con miedo en mi voz.

No sé si eran mis nervios pero esta noche realmente hacia frío, mi cuerpo temblaba sin tregua, un escalofrío me recorría desde los pies hasta mi pecho. Damian comenzó a acercarse a paso lento hasta llegar y tomar lugar a mi lado sobre la cama, me dedico un beso feroz y posesivo.

– Damian, espera – Dije mientras intentaba alejarlo de mi empujándolo por el pecho.

– ¿Por qué me rechazas? – Dijo con un tono de voz consumido por la furia y los celos.

Me tomo con fuerza por la cintura y me obligo a recostarme sobre la cama, mientras él se posicionaba encima de mí. De un fuerte tirón jaló hacia arriba el tiro de la sudadera dejando mi cadera totalmente desnuda, con sus dedos comenzó a dibujar pequeños círculos en mi parte intima, provocando que mi espalda se arqueara.

– Damian – Gemí su nombre mientras me aferraba a su cuello.

– Te haré mía – Susurro con deseo.

– Te lo ruego – Suplique mientras dejaba escapar las lágrimas – No lo hagas, no me hagas esto a mí.

Y fue en ese instante donde el gran alfa Damian Blair perdió la razón y control de sí mismo.

– ¿Por qué no puedo hacerlo? – Grito mientras me jalaba de los brazos – ¿Por qué no puedo tocarte? ¿Por qué solo yo? – Soltaba cegado por los celos – ¿Por qué dejas que otros te toquen?

– Damian, te lo ruego – Sollozaba mientras intentaba ocultar mi rostro con mis manos.

– ¿Por qué permites que Evan te tome por la cintura? – Dijo mientras enterraba sus dedos en mis glúteos y aprisionaba mi cadera sobre su cintura – ¿Por qué traes puesta ropa de otro hombre? – Espetó mientras arrancaba la sudadera de mi cuerpo dejándome expuesta – ¿Por qué tienes el aroma de otro hombre impregnado en tu piel? – Pregunto mientras retiraba mis temblorosas manos que cubrían mis pequeños pechos y olfateaba cada rincón de mi cuerpo.

– Te lo explicare todo – Mi voz sonaba desesperada – Pero por favor... por favor... no me hagas esto.

– Cállate – Gruño dejándome helada – Eres mi mate, así que tomare lo que es mío por derecho.

Damian se desvistió con agilidad desgarrando la ropa que cubría su cuerpo, vaya si era ardiente. La ira podía verse reflejada en su desnuda piel, miles de venas se encontraban exaltadas y sus músculos se contraían con fuerza. Era mucho más grande que yo, mucho más fuerte y más imponente. Con la mirada comenzó a devorarme mientras mi rostro se sonrojaba por la vergüenza y el miedo, con mis manos intente nuevamente cubrir mis pechos mientras que cerraba con fuerza mis piernas.

Damian me tomo por las muñecas y elevo mis brazos a la altura de mi cabeza, su agarre era fuerte y lastimaba. Comenzó a depositar besos a través de mi cuello, bajando hasta mis pechos y mi cadera.

– Damian!! – Grite con la esperanza de que entrara en razón.

Junto mis manos sobre mi cabeza y las aprisiono con su mano izquierda, mientras que con su mano libre se abría paso a través de mi cadera hasta mi parte intima. De un movimiento rápido y sutil introdujo uno de sus dedos dentro.

– No!! Damian!! – Grite totalmente asustada.

Mientras era acallada por un cruel beso, su movimiento en mi interior se intensifico, no me era placentero en absoluto, por el contrario dolía demasiado, era desgarrador.

Pronto su agarre en mis muñecas seso, ahora sus brazos rodearon mi cintura elevando mis caderas. Damian mantenía oculto su rostro entre mi cuello, no pude si no más que enterrarle mis uñas sobre su espalda, a lo que el soltó un gruñido lleno de lujuria y pasión.

OcúltateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora