Capítulo 23 - Cambios interiores

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Estaba en clase de Historia... creo. Mejor dicho estaba tomando una siesta en clase de Historia. Bárbara, quién estaba sentada detrás de mí, me aventó un papel arrugado y hecho una bolita que impactó justo en mi cara, despertándome. Brinqué en mi lugar, sorprendido en mi sueño, tomé el papel y me fijé a regañadientes que decía, luego de frotarme los ojos, claro.

–"PRESTA ATENCIÓN. ESTO ES IMPORTANTE."  –citaba el papel. Me volteé, miré a Bárbara con cara de cachorro abandonado, pero ella me miró con dureza. 

A regañadientes, me resigné a escuchar a la profesora el resto de la hora. Lo primero que alcancé a escuchar fue "gatos". Y allí íbamos de nuevo...


–...Los escritos antiguos que se han encontrado referentes a la época de la inquisición son pocos y preciados para nuestro museo local. En más de uno hacen referencia a los gatos negros y a las brujas como los más fieles aliados. ¿Cómo creen que eso es posible? Ya habíamos hablado de esto a principios del ciclo lectivo, veamos quién se acuerda –dijo la profesora animándonos a contestar, pero nadie levantaba la mano. Miré a mi alrededor, ya que no había nadie más interesado en responder, levanté la mano con algo de resignación– ¡Excelente, señor Harper! Al fin alguien interesado. Adelante –exclamó acompañado de un ademán.

–Bueno... Se dice que los gatos y las brujas eran íntimos compañeros. Que las brujas y brujos – comenté aclarando la existencia de brujos masculinos– eran auxiliados por "gatos negros", pero no eran exactamente gatos. Eran oscuras criaturas que incluso podían hacerse pasar por humanos, ser uno más de nosotros –expliqué haciendo algunos gestos y muecas. La profesora entornó los ojos y asintió.

–Buen trabajo, se ve que ha aprendido algo de la cultura local, a fin de cuentas. Lo tendré en cuenta para su calificación –comunicó regresando hacia su escritorio, yo festejé en silencio. Bárbara me miró con aprobación.


Al salir de la escuela me reuní con Bárbara, Clear, Kevin y Joseph junto a la puerta de salido para ir a tomar un helado. Bueno, y tal vez a practicar algún que otro encantamiento, pero esos son detalles, no es que planeáramos incendiar algo ni nada por el estilo... bueno, tal vez sí. Somos brujos en entrenamiento, ¿Qué esperaban de nosotros?


De a poco fuimos introduciendo a Joseph en nuestro grupo y compartiendo nuestros oscuros secretos... también conocidos como nuestro verdadero ser y cosas necesarias para su supervivencia. No es que yo estuviera muy interiorizado, pero al menos empezaba a controlar mi poder natural, la energía interior, y sabía de los peligros que asechaban. Para él eso era bastante absurdo, vi mucho de mi yo de hace poco más un mes en él. Era increíble que en tan poco tiempo todo cambiara tan radicalmente y mi aburrida y solitaria vida en una nueva y desconocida ciudad se convirtiera en una batalla diaria, tanto literal como metafóricamente.

La cuestión es que llegamos a la heladería del centro de la ciudad con nuestros estómagos vacíos. Pedí un batido de chocolate y menta, al igual que Bárbara. Joseph pidió un gran helado de diversos gustos. Clear, quién se encontraba muy callada, un cono simple y Kevin un cono doble.


Comimos relajadamente nuestros helados mientras charlábamos "en códigos" sobre nuestros temas privados.


–Entonces... ¿Iremos al parque a "jugar a las cartas" el sábado por la noche? –preguntó Joseph con confusión, tratando de adaptase a nuestras palabras secretas para decir que el sábado íbamos a estudiar juntos de los libros de las sombras que había en mi casa, pero se le hacía difícil entendernos. Kevin rió al ver su cara de consternación.

Los Gatos NegrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora