El calor nos afecta.

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-¿Ya estás lista, Jessica?-escuché decir a Jimin desde la entrada.

-Que si,¡voy ahora!-grité al coger el móvil y meterlo en la pequeña mochila que llevaba.

Lentamente, bajé las escaleras, con cuidado de lo tropezarme con nada, como el perro, que al pobre, casi lo piso.

Cuando iba bajando las escaleras, pude ver a mi Jimin con una camiseta blanca con un bolsillo de rallas negras, unos pantalones cortos pitillo blancos, unas gafas de sol a lo policía y unas chanclas blancas y negras.

Casi se le cae la baba al verme, en cambio el perro, al verme, se abalanzó sobre mi.

-Cuidado, que se te cae la baba.-dije mientras agarraba la correa del perro en una mano y en la otra me colocaba la pequeña mochila.

Yo iba simplemente con un vestido hasta la mitad de los muslos con bastante escote, un triquini que..bueno, dejaba espacio para imaginar..cosas, de color negro y dorado junto a unas sandalias indias de colores.

Al salir de la casa, ambos entramos en el coche de Jimin y este, comenzó a conducir hasta una playa, la más cercana.

-Es verdad,¿a cuál vamos?-pregunté mientras acariciaba al pequeño cachorro que se encontraba entre mis piernas sentado.

-Vamos a Weymouth Beach, una playa muy cerca de aquí y, donde dicen que hay olas muy buenas.-contestó con una sonrisa radiante y me miraba de reojo.

-Aah, es verdad que tu surfeabas..-dije, recordando las tardes que me había dejado sola y solamente para ir a surfear.

-Si quieres, entra conmigo, tampoco voy a estar todo el día surfeando. También quiero disfrutar de ti, Jessica.-contestó mientras acariciaba mi muslo suavemente.

En ese instante, pensé que moría de un espasmo o de un ataque al corazón. Este chico realmente, sabe como atraparme.

-B..Bueno, ya veremos.-susurré y, poniéndome roja como un tomate, miré hacia la ventana.
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<Después de media hora de viaje..>
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-¡Aquí estamos!-gritó Jimin mientras yo dejaba que el perro hiciera sus cosas en el prado para luego, dejarlo en el coche.

-Si si, tu vete cogiendo las cosas que yo voy a dejar a Lolo dentro para luego, cuando ya no haya mucha gente, lo podamos sacar.-expliqué mirando a Lolo como andaba a su bola.

-Okey, señorita.-escuché decir a Jimin desde la parte trasera del coche.

Cuando ya tenía a Lolo dentro del coche y ya habíamos cogido todas las cosas, nos dirigimos a la arena.

Dios, como quemaba la arena.

-¿Quieres que te lleve en cuello, Jessica?-preguntó Jimin al ver mi cara enrojecida mientras aguantaba el dolor y el escozor de la arena caliente.

-¿Qué? No no, tu estas loco.-dije, aligerando el paso hasta llegar a la esquina de la playa en donde había unas rocas espectacularmente planas donde podía sentarme a mojar los pies.

Al llegar, Jimin clavó la tabla de surf en la caliente arena y dejó todas las bolsas y la nevera en la arena, quedando libre.

Yo ya había posado las bolsas hacia un rato y me había sentado en las rocas. Agarré mis gafas de sol de mi mochila, me las puse pero antes, me había quitado el vestido, dejándo a la vista el triquini.

Pude ver de reojo como Jimin había corrido a las olas, dejándome aquí sola, con miles de piedras planas a mi alrededor.

Me encontraba tan tranquila, recostada en la piedra con el sol cubriendo mi cuerpo hasta que siento, dos manos alrededor de mi cabeza, una gran sombra que le cortaba el paso al Sol y gotas frías que comenzaron a caer sobre mi cuerpo.

-¡Ah!¡Estás mojado y frío!-grité mientras intentaba quitarmelo de encima, pero, obviamente, tenía el triple de fuerza que yo.

-¿Y? Tu estas seca y caliente a la vez.-susurró contra mi oreja antes de la lamer esta sensualmente.

-Ji..Jiminie..P-para..-dije intentando no dejar escapar ningún gemido, porque si lo dejaba escapar, el amigo de Jimin despertará, aunque bueno, ya está en ello,

-Sh, calla y disfruta..-volvió a susurrar, dejándo un camino de besos entre mi oreja hasta mi boca, pasando por el cuello.

Cuando unió nuestros labios, su boca sabía salada, lo que provocó que yo abriera mi boca más pero, él lo interpretó mal y su lengua se hizo dueña de mi boca.

Al pensar que, después del beso duradero íbamos a seguir y seguir con el acto, sentí como sus manos recorrieron mi espalda hasta posarse en la parte inferior de esta y levantarme.

No me di cuenta de que me había levantado hasta que sentí el agua congelada, traspasar mi triquini y dejarme congelada, literalmente.

Lo mato.

Su Mirada Me Cautivó #SMMC [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora