Su Mirada Me Cautivó #SMMC [TERMINADA]

¿Dormimos juntos?

-¡Hija!¿Cómo funciona esto?-la voz de mi madre sonó de nuevo desde el salón. Rodé los ojos mientras sentía que me moría en el sitio.

Jimin volvió a sonreír de nuevo. Mi madre no sabía casi de las nuevas tecnologías, por lo que no sabía utilizar la mayor parte de las cosas.

No, no sabía como encender una lavadora por culpa de que en mi anterior casa, teníamos una chica que limpiaba y hacía las cosas de la casa.

Ya me había cansado de sus malas condiciones como ama de casa. Preguntaba cosas..demasiado absurdas.

-A ver, mamá, esto aprietas aquí y es el ciclo corto, aquí el ciclo medio y aqui, el largo,¿entendiste?-expliqué señalando con el dedo a los dibujos respectivos.

-Si, gracias hija.-dijo y dejó un pequeño beso en mi mejilla y siguió separando la ropa.

Caminé hasta el salón y Jimin se encontraba tirado sobre el sofá boca arriba mientras que veía la televisión.

Sin decir nada, me tiré sobre su cuerpo, aferrándome a este como un koala.

-¿Ya acabaste de ser el manual de electrodomésticos?-preguntó antes de comenzar a reír, solamente sonreí mientras que posaba mi cabeza sobre su pecho.

Su mano se dirigió a mi pelo, acariciando este suavemente. Nos quedamos así un buen rato.

-Ejem,¿cómo se supone que vamos a dormir?-preguntó mi madre, haciendo que pegase un pequeño bote sobre el cuerpo de Jimin. Este se retorció debajo de mi mientras sentía como su ejem se levantaba.

-Uhm, solo hay dos habitaciones..Jimin puede dormir conmigo en su habitación y tu, mamá, quédate en la mía.-expliqué mientras que me movía hacia los lados, provocando una erección mayor en Jimin. Comencé a reír.

-¡Okey! Entonces, buenas noches, tortolos.-con una pequeña sonrisa, mi madre desapareció por las escaleras.

Miré a Jimin y a este le costaba respirar y se encontraba rojo por completo.

-¿Qué ocurre, Jiminie?-pregunté, acercando mis labios a los suyos, juntándolos con una sonrisa picarona.

-J..Jess..-susurró antes de soltar él otro gemido.-P..para, está tu madre ahí..

-¿Y? No se va a enterar.-dije y volví hacer como si le iba a besar y este, se lo creyó. Rápidamente, aparté mis labios de los suyos y también me aparté de él.

Es decir, que le dejé ahí, sentado en el sofá y con el mayor calentón del siglo.

Corrí hacia su habitación y, allí, cerré la puerta con llave. Me desvestí, quedando en ropa interior y me puse encima una de sus camisetas -que era unas cuantas tallas por encima de la mía-. Me senté en su cama.

De pronto, comencé a oír la voz de Jimin al otro lado de la puerta mientras golpeaba esta con un poco de fuerza. Sonreí inconscientemente.

-¡Jessica, abre la puerta de una vez!-se le escuchaba gritar pero yo, simplemente me asomé al pequeño balcón que tenía su habitación con una manta encima de mis hombros.

Cerré la puerta que daba al balcón y me senté en uno de los sillones de la enana terraza, disfrutando de la ligera brisa que había.

De pronto, se abrió la puerta de la habitación, dejando ver a un Jimin con la cara enrojecido y con un semblante serio. Me dio miedo.

Con un movimiento brusco, abrió la puerta que daba al balcón mientras que el sonido que hizo la puerta al chocar contra la pared seguía sonando.

Cuando se acercó a mi, agarró mi brazo bruscamente y me levantó. Por culpa del agarre, la manta que estaba encima de mis hombros cayó al suelo, dejando mi cuerpo medio destapado, solo cubierto de una camiseta de él de Nirvana.

Me acorraló contra la barandilla del balcón y me miró fríamente. Un escalofrío recorrió mi cuerpo de arriba a abajo.

De verdad que tenía miedo.

Acercó su rostro al mío mientras que su cuerpo cada vez estaba más cerca de mi. Una de sus manos se dirigió hacia mi cuello, acariciando este.

Su mirada pasó de ser fría a ser una mirada llena de calma, de suavidad y de ternura mientras que acariciaba mi cintura a la vez.

-¿Por qué se supone que me dejaste con aquel calentón?-preguntó antes de morderse el labio inferior mientras seguía mirándome.

-Porque mi madre estaba d-delante.-dije tartamudeando ligeramente. No sabía como actuar.

Sonrió y dejé que sus manos acariciasen mi cintura pero esta vez bajo la camiseta, sobre mi piel directamente.

'Sigamos.'