¿El Cielo?

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Volvimos al mismo pasillo por donde habíamos salido, con la diferencia de que algunas personas iban y venían a través de las puertas. Me sorprendí al ver la forma en la que iban vestidos, no había ningún tipo de moda dominante, algunas mujeres usaban vestidos de diferentes épocas, otras usaban jeans, y algunas llevaban ropa muy extraña; los hombres tampoco tenían ninguna tendencia, muchos tenían traje y corbata, otros ropa deportiva y unos cuantos usaban túnicas. Me alegra que no tenga que preocuparme por la moda, no tenía idea de cómo combinar mi ropa, de hecho no tenía idea si tenía más ropa que la que tenía puesta.

- Ahora que estamos aquí, aprovechemos para que conozcas tu nuevo hogar, lo bueno, lo malo y lo que debes evitar.- dijo Jerové caminando hacia la última puerta de la derecha.

Yo seguí ignorando las miradas de la gente, supongo que por ser nuevo debo llamar la atención, es decir esa chica que no deja de mirarme no debía juzgarme por mi ropa si lleva esa cosa que parece traje griego excesivamente largo, ¿o será una cortina?

- Este es el Pasillo Terrenal.- me explicaba Jerové.- Desde aquí podemos ir a cualquier lugar de la Tierra, las puertas tienen conjuros especiales que nos permiten entender el idioma y adaptarnos a las condiciones del lugar, y también nos limpia de toda la contaminación que recibimos en ese lugar.

- Entiendo

- También están los salones de entrenamiento, de clases o la biblioteca, también las habitaciones de los recién juzgados y desde luego el Salón del Juicio, ya sabes donde el Todopoderoso te dio un nombre. 

- ¡Jerové!

Un hombre con apariencia aborigen con un traje blanco, camisa negra y corbata a juego muy bien peinado con lentes cuadrados se acercó a nosotros llevando una especie de tablet, su mirada fría y molesta me hizo temer por mi vida ¿Vida? Que locuras estoy diciendo.

- Esto es algo que aunque quieras no puedes evitar.- me susurró Jerové antes de saludarlo.- Hola Mauris.

- ¡Nada de hola!- le dijo el hombre al quedar frente a mi compañero.- No avisaste cuando y a dónde irías y exterminaste a un gengeina sin mandar una llamada de advertencia, además llegaste tarde unos tres minutos.

- Estaba explicándole a Keima sobre su trabajo.- dijo señalándome, al parecer el tal Mauris ni me había notado.- El Todopoderoso me asignó como su Maestro....

- ¡IDIOTA!- exclamó el hombre.- ¡En ese caso debiste reportarlo de inmediato!- comenzó a revisar algo en su tablet como si buscara algo con urgencia.- Ahora tengo que modificar el horario,  registrarlo....- siguió hablando para sí mismo hasta que levantó la vista y me habló.- Lamento mi comportamiento, Soy Mauris, ángel organizador de nivel 77, soy el encargado de todas las misiones de purificación de la Tierra o la eliminación de los gengeinas como prefieras llamarlo.

- Mucho gusto, soy Keima.

- ¡Esa no es la forma de saludar!

¿Este tipo tiene algún problema con gritarle a la gente?

- Lo siento, hace mucho que no tenemos a un novato.- dijo Mauris, aunque por un segundo pensé que se ajustaría las gafas como los cerebritos de las series de televisión.- En el cielo no existen los apellidos y el Gran Todopoderoso nos da un nombre de acuerdo a nuestra personalidad. Para presentarte debes dar tu nombre y tu oficio así como tu nivel, en tu caso eres un aprendiz por lo que debes decir: Keima, aprendiz de ángel guardián.

- Entiendo.

- Mauris es el ángel más organizado y gritón de todo el cielo.- dijo Jerové.- Sin embargo es un fiel defensor de los ideales del Todopoderoso y cree que la Tierra puede salvarse del daño que los humanos causaron.

Mi Angelito InmortalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora