—¿Realmente aún piensas en ese tipo, verdad?
—¿Qué tipo?
Ravi levantó su mano y azotó mi nuca en una sonora colleja. Me llevé la mía hacia el lugar por la impresión y la miré con asombro. Ella me observaba con el ceño fruncido y suspiró con cansancio mientras volvía a coger su tenedor.
—¡Pues el sexy aristócrata rumano que quería secuestrarte! —me señaló con su cubierto lleno de salsa—. Conmigo no te hagas la loca, haciendo como que lo olvidaste. ¡No cuela Lena!
—Pues ojalá lo hubiera olvidado ya, no merece la pena recordar a ese... señor.
—Sí, "señor"... —rió entre dientes y negó con la cabeza—, ahora lo dices en tono despectivo, pero si en ese momento no hubiera dicho el nombre de otra mujer te habrías derretido en sus brazos -abrí mis ojos y tartamudeé en respuesta. Ravi, en cambio, se lo estaba pasando genial. Se llevó ambos brazos hasta su cuerpo y se abrazó a sí misma mientras hacía una mueca de éxtasis—. "Señor Drăculea, hágame lo que quiera."
—¡Ravi!
—¡Vale, vale! —levantó sus brazos—. Yo sólo decía lo obvio.
Bufé.
Aún así, ella tenía razón. Desde ese día en que salí corriendo del gran castillo, no he hecho sino pensar en Vlad. ¿Qué estaría haciendo?, ¿se acordará de mí aún ahora, de esa mujer que confundió con otra y dejó ir? No, tal vez ya se haya olvidado de mi existencia.
¿Entonces por qué a mi me cuesta tanto desprenderme de él?
Su rostro está estancado en mi cabeza; la forma con la que me miraba: penetrante y burlona. Sus esculpidos labios y su definida nariz, junto con el rebelde mechón azabache que caía por su frente. ¡Diablos, ¿qué me pasaba?! De una manera u otra, me sentí ligada a ese hombre.
Pero eso debía acabar, estaba segura que en una semanas ya no lo recordaría. Ni tampoco lo que había pasado en ese condenado lugar. ¡Antes muerta que volver a pisar un sitio así, con esa gente!
—¿Y Jake, te ha llamado? —susurró mi amiga.
Oh... Jake, a él si que lo había olvidado por completo.
—¡Jake! —me levanté de un salto y rebusqué mi teléfono entre los cojines del mullido sofá. ¿Cómo pude sacar de mi mente a mi propio novio? Aunque ciertamente, no estaba segura de que a estas alturas se considerara una relación.
Marqué como poseída el número de su teléfono y esperé... nada. Volví a llamarlo tres veces más, pero volvió a salir el contestador. Entonces, recordando el número de su apartamento, marqué y una dulce voz contestó al tercer pitido.
Era una anciana, y me dijo que me había equivocado de número, ya que el anterior dueño (Jake) se había mudado no hace más de un día y ya no vivía ahí.
ESTÁS LEYENDO
Eternity ©
Vampire❝Quédate conmigo, Lena. Quédate... para toda la eternidad.❞ Lena Balan no sabía qué era lo que le esperaba al colarse en ese lujoso baile de máscaras; pero una cosa estaba clara, los allí presentes no eran para nada gente normal. Los allí presentes...