El sonido de vasijas y agua me despertó al instante. Me removí entre las sábanas hasta que abrí mis ojos, y por algún motivo, no vi nada de claridad.
Ahí fue cuando supe que no estaba en mi habitación y recordé lo que sucedió la noche anterior.
Giré mi rostro hasta el otro lado de la cama, pero estaba vacío.
—Buenos días, Lena.
Raine se encontraba a mi lado, observándome mientras me preparaba algo que parecía té y lo dejaba en la mesilla de noche. Me incorporé mientras apretaba la sábana a mi cuerpo para tapar mi desnudez y me removí el cabello mientras miraba a la vampiresa.
Genial, ¿qué estaría pensando ahora de mí? Después de todos estos días quejándome y odiando a Vlad, ahora me encontraba en su cama por la mañana. Debía pensar que soy una hipócrita, y no la culparía por ello.
Carraspeé mi garganta para llamar su atención, y ella dejó la taza humeante sobre la madera y se sentó a mi lado con una sonrisa.
—Domnul meu tuvo que salir temprano, me pidió que te trajera algo para tomar.
—Por favor, dime lo que estás pensando —susurré. Podría parecer estúpido, pero consideraba a Raine mi amiga. Dentro de lo que cabe, la única amiga que tenía en estos momentos, y como cualquier chica normal necesitaba hablar de estas cosas.
—¿Pensar sobre qué?
—Pues sobre que siempre diga cosas horribles sobre Vlad y ahora esté en su cama. Debes pensar que-
—Lena —dijo, interrumpiendo mi frase—, sería una mentirosa si no te dijera que todos en este castillo sabíamos que pasaría. Por muchas veces que te quejaras del amo, se nota a leguas que sientes algo por él —se rascó la barbilla mientras rodaba sus ojos pensativa—. Bueno, puede que aún no sea algo tan fuerte, pero con el tiempo lo verás.
Era curioso, Vlad dijo algo similar anoche. No terminaba de entender con exactitud esas palabras; una parte de mi decía que eran ciertas y que tenían todo el sentido del mundo, pero otra parte simplemente se quedaba en blanco y se preguntaba qué mierda decían.
—¿A qué te refieres con eso? —enrrollé la sábana alrededor de mi pecho, anudándola para que no se bajara, y cogí la taza de té entre mis dedos para darle un sorbo—. ¿Hablas de... destino, o algún rollo de esos?
Raine rió.
—No es ningún "rollo" de esos, Lena. El destino existe, y eso es lo que os une a ti y a mi amo. Un destino inquebrantable y poderoso —fruncí mi ceño mientras me llevaba la taza a los labios, sin entender el por qué de ese "destino"—. ¿Te lo muestro?
Esas palabras fueron música para mis oídos, literalmente. Necesitaba respuestas a las preguntas que se atascaban en mi cerebro, y por fin un vampiro en este dichoso castillo se dignaba a dármelas. Asentí frenéticamente mientras dejaba el té en la mesilla, esperando pacientemente, e hice un amago por levantarme.
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Eternity ©
Vampire❝Quédate conmigo, Lena. Quédate... para toda la eternidad.❞ Lena Balan no sabía qué era lo que le esperaba al colarse en ese lujoso baile de máscaras; pero una cosa estaba clara, los allí presentes no eran para nada gente normal. Los allí presentes...