Capítulo XXIX

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—¡Mirad esto! ¿Quién iba a decir que hace unos minutos estabas llena de mierda hasta las cejas?

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¡Mirad esto! ¿Quién iba a decir que hace unos minutos estabas llena de mierda hasta las cejas?

Cerré mis ojos cuando sentí otro jalón en mi pelo al ser cepillado. Vânătoarea* que lo hacía no tenía intención de hacerme daño, pero tras semanas de nudos era misión imposible.

Algo dentro de la macabra y desquiciada mente de Eirene Dalaras hizo que tuviera la idea de ponerme "decente" antes de quemarme en la hoguera. Todo un detalle por su parte. Me ducharon en condiciones, si así se le puede llamar a una ducha de 5 minutos con manguera y sin agua caliente; además de darme un vestido "nuevo" y un cepillado de cabello mal hecho.

¡Vamos, vamos! ¡Déjala ya! Mucho más no vas a poder hacer con esa sclav —volvió a gritar el mismo de antes, al que miré con odio sin que se diera cuenta.

Su compañera lo atravesó con la mirada.

¿No te parece cruel lo que le van a hacer, Tom? La van a quemar viva, ella sólo es una chica normal, no es un vampiro —murmuró con pena.

¡Pero es cómplice de ellos, Alana! ¡¿Cómo puedes ser tan tonta?! Esta puta es la amante del primero —escupió con rabia. La chica se encogió en su sitio—. Si vuelves a decir algo así, responderás ante el líder Caín.

Tras eso se marchó dando un portazo, el cuál nos hizo sobresaltar a ambas. Alana, vânătoarea, acarició amablemente mi cabello y siguió peinándolo en silencio. Había bondad en aquella chica, lo notaba.

¿Por qué eres cazadora?

Ella detuvo su cometido al momento, y el silencio se adueñó del lugar por varios minutos. Tal vez estaba pensando si estaría permitido hablarme o no.

Tradición familiar —susurró finalmente—. Yo no quería esto, en algún momento los vampiros han sido humanos, ¿verdad? Creo en ello —se giró para ponerse en pie frente a mi, mirándome a los ojos. Era un chica bastante joven, no llegaría ni a la mayoría de edad—. ¿Y tú? ¿Por qué te enamoraste del primero?

Sonreí.

Porque ya lo amaba cuando aún no era el primero —su cara fue un poema de confusión—. Y porque sé que un vampiro puede ser incluso más humano que nosotros.

Ella tragó saliva, nerviosa, sin saber qué responder. Se limitó a mirarme, con una mezcla entre incredulidad y asombro, hasta que dos golpes en la puerta la devolvieron a la realidad. Inmediatamente me levantó junto a ella y me sacó fuera de la habitación, donde una escolta de guardias nos estaba esperando, totalmente cubiertos por su armadura y con grandes armas en sus manos.

Al parecer, hoy iba a ser un gran día para toda la orden de cazadores. Cientos y cientos de vânători iban a presenciar hoy mi muerte, tanto soldados como líderes de distintas partes del mundo estarían hoy presentes para mi ejecución y la del primero. Lo que tanto habían buscado durante siglos lo tendrían al fin.

Eternity ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora