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-Entonces me dices que... Brent no fue nada –le dijo Eva a Lauren, sentadas aún en la pequeña mesa cerca a la piscina, recibiendo indirectamente los rayos del sol y disfrutando en general de la hermosa vista. Eva intentaba poner todo en orden en su mente, pero a cada asentimiento de Lauren ante lo que decía, era un apretón en el estómago-, de verdad me enamoré de... de él –siguió, señalando disimuladamente hacia donde sabía que estaba Derek, y vio a Lauren asentir-. Pero para mí es un completo desconocido. ¡Lo olvidé todo!

-Me hubiese gustado... estar aquí, para saber qué pasó, qué sucedió en las últimas semanas, en los meses, en el año antes del accidente, pero no es así, Eva. No lo sé. No sé por qué ibas en ese auto y... No puedo ayudarte mucho en eso, lo siento.

-Dicen que yo provoqué el accidente –comentó Eva mirando hacia la piscina-. Que iba con exceso de velocidad. No puedo... no puedo ni imaginármelo. ¿Cómo pude ser tan irresponsable? Tengo dos hijos preciosos que me esperan en casa, un marido que según todos... amo. ¿Por qué hice semejante locura?

-Investiga –le dijo Lauren de repente tomándole la mano-. Algo muy importante debió suceder para que tomaras esa actitud, para que expusieras tu vida así.

-¿Pero... por dónde empezar?

-Yo, lamentablemente, no sé gran cosa; no estuve allí, ni siquiera estuve cerca. Esa tarde venías hacia tu casa, recuérdalo. Venías hacia tu casa, no huías de ella. Venías hacia aquí. Pregunté, y eso fue lo que me dijeron.

-Sí, así me dijo él.

-Derek –le reclamó Lauren, cansada de que su amiga se rehusara a usar el nombre de su esposo-, su nombre es Derek.

-¿Tú qué crees que pasó? –preguntó ella, evadiendo un poco el tema-. ¿Crees que... me peleé con él?

-No tengo la menor idea –dijo Lauren aceptando el cambio de tema.

-A lo mejor lo encontré con otra mujer –sugirió Eva, y Lauren no pudo evitar sentirse un poco sorprendida de que ella dijera algo tan grave sin sentir siquiera un poco de aprensión.

-De verdad que lo olvidaste.

-¿Qué? ¿No te lo he dicho? No recuerdo nada.

-Sí, ya veo, porque cuando una está enamorada, ni siquiera habla de la posibilidad de que él esté con otra. Duele sólo pensarlo, ahora imagínate decirlo-. Reconociendo que Lauren tenía razón, Eva sólo bajó un poco la cabeza.

-Entonces... ¿no crees que haya sido eso?

-Realmente, lo dudo mucho. Sin embargo, no puedo meter las manos al fuego por nadie. ¿Pero sabes?, de algo estoy segura: para ti y para Derek lo primero es esta familia, los niños. Nada en el mundo me hará creer que uno de los dos hizo algo malo, que atentó contra ello. Si corrías... estoy segura que era para proteger algo.

-Gracias por eso.

-Te quiero, Eva –dijo Lauren de repente-. Hemos estado distanciadas, pero nada me ha hecho olvidarme de ti.

-Yo también te quiero –dijo Eva volviéndola a abrazar.

En el momento alguien carraspeó y ambas tuvieron que separarse. Allí estaban Gilberto y Cecilia mirándolas con cara de pocos amigos. Lauren se secó sus lágrimas, y de repente tuvo mucha prisa por irse. Se puso en pie y recogió su bolso despidiéndose.

-No, no –le pidió Eva tomando su brazo-. Quédate, por favor.

-Lo siento. De verdad, tengo que irme, ya me he tomado mucho tiempo y...

Yo NO te olvidaré®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora