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-Lo siento –se disculpó Eva cuando hubieron andado un buen tramo en el auto mirando a su hermana. Derek la miró a través del espejo retrovisor, y Eva continuó: -No lo has pasado bien todo este tiempo... lo que me han dicho es que... En fin, que no debería tratarte así-. Victoria sonrió negando.

-No tienes que disculparme. Por el contrario, debes perdonarme que no haya estado aquí desde mucho antes... pero bueno, son tantas cosas.

-Nos seguimos llevando bien, ¿verdad? –Victoria suspiró.

-Nos llevamos mejor que antes.

-¿De verdad?

-Sí. Al principio, tenías sentimiento de culpa porque tu mejor amiga me hizo lo que ya sabes, y es verdad que antes ella conocía tus secretos mejor que yo, pero luego de eso, tomé al fin el lugar de mejor amiga-. Eva la miraba un poco ceñuda, sobre todo porque Victoria parecía más bien divertida por eso-. Al menos eso pude recuperarlo –dijo Victoria en voz baja, y Eva comprendió muchas cosas acerca de su hermana con ese comentario. Era verdad que Eva y Lauren eran muy buenas amigas, pero nunca se imaginó que Victoria se sintiera desplazada por ella.

Lauren había estado en medio de su amistad con su hermana, y luego en medio de la relación con su esposo. Si la aborrecía, tenía muchos motivos para ello.

Por fin llegaron a casa y Eva la ayudó a instalarse en su habitación. Cecilia y Gilberto le dieron la bienvenida a su hija con un sentido abrazo y también a Gabriela, aunque estaba dormida.

Luego de dejar su equipaje en su habitación, y mientras Victoria tomaba una ducha, Eva regresó a la sala buscando a Derek. No estaba. Fue al estudio donde lo había encontrado antes y donde había visto los videos, pero no estaba allí.

Salió de nuevo al pasillo dándose cuenta de que no sabía cuál sería la habitación donde él dormía. ¿Dónde dormía él? Con ella no.

Entonces se detuvo dándose cuenta de algo que antes ni siquiera se había preguntado. Si ellos estaban casados, entonces dormían juntos en la misma habitación, como dos esposos normales, pero luego del accidente, él tuvo que tomar sus cosas e irse a otro lado y dormir solo, todo porque ella no lo recordaba.

Eso le hizo sentirse un poco mal.

Subió las escaleras. Conocía la habitación donde estaban sus padres, los niños, la suya, la que usaba Vicky ahora. Sólo debía haber una más, y luego de golpear con los nudillos, abrió la puerta.

Efectivamente, allí estaba Derek... sin camisa, y la sola visión de la espalda hizo que se le subiera un calor al rostro que la dejó caliente y roja. No pudo escapar, pues él se giró y la vio.

-Ah, eres tú –dijo él simplemente. Él no estaba nada avergonzado. Eva volvió a mirarlo con cautela, pero él seguía con la espalda desnuda. Por qué se sonrojaba? Sólo era una espalda.

Bueno, la de él era hermosa.

-Me necesitas? –preguntó, y Eva lo vio caminar hacia un armario incrustado en la pared. Esta habitación era un poco pequeña, mucho más que la suya y que la de Vicky o sus padres.

-Yo... Duermes aquí?

-No –contestó él-. Duermo contigo-. Ella lo miró confundida-. Pero estaré aquí mientras no me recuerdes... o me aceptes en tu cama-. Eva volvió a sonrojarse.

-Lo siento. No deberías tener que estar pasando por esto, y sin embargo... -Él sonrió de medio lado y se acercó a ella. Eva miró su pecho algo velludo y enseguida desvió los ojos a cualquier otro lado.

-En general, tienes razón. No debería estar pasando por esto, debería estar con mi mujer viviendo la vida tranquila que antes tenía. La echo un poco de menos. Y sabes, en el pasado nunca me enviaste a dormir afuera o en el sofá, así que sí me siento un poco perdido aquí. Pero sólo tú tienes el poder de cambiar esa situación-. Ella volvió a mirarlo. Todavía tenía las mejillas coloreadas, pero le sostuvo la mirada.

Yo NO te olvidaré®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora