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Eva esperaba impaciente en la sala de su casa.

Derek había ido por Victoria al aeropuerto y no había querido llevarla por más que le había insistido, no hacía sino repetir que prefería que se quedara aquí donde estaba segura.

Parecía como si él creyera que su vida corría peligro, pero no podía contradecirle, pues era muy probable que tuviera razón. Pero entonces ella estaba prisionera en su propia casa.

Victoria llegó al fin, pero Derek no se quedó para compartir con ella su recibimiento, sino que volvió a salir; al parecer, tenía citas de trabajo.

El par de hermanas se dieron un abrazo como si no se hubiesen visto en años. Eva examinó a Victoria y vio que estaba más delgada que la vez anterior, y que ahora incluso tenía ojeras.

-¿Estás bien? –le preguntó-. No estás enferma, ¿verdad?

-Estoy bien –sonrió Victoria, y respiró profundo-. Estoy... contenta de estar aquí-. Eva la miró ceñuda.

-La vez pasada casi tuve que rogarte para que vinieras, ¿y ahora estás contenta?

-Bueno, todo cambia.

-Eso parece-. Eva alzó a Gabriela, que apenas cumplió con el compromiso de abrazarla y besarla, volvió a bajarse para jugar con sus primitos, que ya le estaban ofreciendo irse a jugar.

-Y tú –le preguntó Victoria a Eva-. ¿Cómo estás?

-No lo sé –contestó Eva con la mirada un poco perdida. Victoria elevó una ceja interrogante-. Creo que las cosas se están complicando un poco.

-¿Con Derek?

-No. Las cosas con él están muy bien. Es... todo el misterio que encierra mi accidente –Eva caminó hacia la habitación llevando una de las maletas de Victoria. Ella tomó la otra y avanzaron.

-¿Han descubierto algo? –Eva miró a su hermana de reojo, preguntándose si hacía mal al confiarle ciertas cosas.

-Derek y yo creemos que hay un complot para destruir la empresa –dijo luego de pensarlo un poco.

-¿Qué? –exclamó Victoria.

-Sí, es lo que parece. Tal vez yo... me enteré de algo, y fui amenazada, pero como no tengo ningún recuerdo, soy la que menos puede ayudar. Esto me desespera.

-¿Nada que recuerdas? –preguntó Victoria entrando a la que antes había sido su habitación-. ¿Ni una cosa pequeña? –Eva suspiró.

-No le digas a nadie, por favor. Pero sí, he tenido recuerdos –Victoria sonrió un poco sorprendida, e incluso aplaudió un poco.

-¡Eso es genial! ¡Tu amnesia es reversible! Vas a recuperar tus recuerdos, ¡al fin!

-Sí, sí...

-¿Y qué has recordado?

-Recordé la vez que conocí a Derek, la vez que casi me atropellan.

-Ya. Ese recuerdo era vital –sonrió Victoria apoyando la maleta en la cama y abriéndola de inmediato. Eva notó que era la maleta que contenía la ropa de Gabriela y que era mucho más grande que la otra. Sonrió. Siempre era así con los niños. Recordaba cuando viajaba con Zack y Kit, ella...

El recuerdo se desvaneció de su mente, y miró a Victoria parpadeando repetidamente.

Había estado a punto de tener otro recuerdo estando despierta, pero se había esfumado.

-¿Estás bien?

-Imágenes llegan de repente a mi mente y del mismo modo se van, no alcanzo siquiera a asimilarlas, capturarlas. A veces llegan cuando estoy dormida, a veces, como ahora, estando despierta. Es confuso y muy desconcertante.

Yo NO te olvidaré®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora