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La policía llegó varios minutos después, haciendo preguntas y analizando los agujeros que habían quedado en la pared luego del tiroteo. La familia tuvo que ir al jardín delantero, donde algunos vecinos se acercaron a preguntar qué era lo que había pasado.

Luego de acordonar el área del comedor, los policías se acercaron al muelle revisando el sitio con sus potentes linternas. No encontraron cartuchos, probablemente porque estaban bajo el agua, en cuyo caso, un buzo tendría que recuperarlas.

-Te llevaré a una cabaña en las afueras -dijo Derek tomando a Eva por el hombro y guiándola hacia el segundo piso de la casa. Ya los policías le habían dado visto bueno para volver a ingresar, y ellos lo harían sólo por unos minutos.

-A la que tenemos en...

-A ninguna de nuestra propiedad, o de la familia -la interrumpió Derek-. Sería fácil encontrarte sólo indagando un poco.

-Entonces...

-Te llevaremos a un sitio propiedad de unos amigos de Max, también a Victoria y a los niños-. Entraron a la habitación que ambos ocupaban sin encender la luz, y Derek vio gracias a las luces que entraban por el ventanal que en los ojos de Eva había lágrimas-. Será temporal, amor, y por tu seguridad. Allí estarás protegida.

-Pero estaré sin ti -él la abrazó apenas oír esas palabras. Eva no lo pudo evitar y se echó a llorar.

-Intentaron matarme -se quejó al fin-. Alguien me odia lo suficiente como para querer deshacerse de mí.

-No te preocupes. Encontraremos a los desgraciados, y los atraparemos-. Eva se separó de él para mirarlo a los ojos.

-Hablas en plural.

-Porque dudo mucho que Anthony esté metido en esto él sólo. Tal vez hasta haya más gente de la empresa involucrada. Por ahora, sólo necesito ponerte a ti y a los niños a salvo, son mi prioridad. Acepta ir, por favor-. Eva asintió sin pensárselo mucho. Confiaba en él, se pondría en sus manos.

Derek caminó hacia el interruptor de la luz y la encendió. Buscó en el armario un par de enormes maletas y las bajó.

-Llénalas con toda la ropa que te quepa. Tuya y de los niños. Hablaré con Victoria para que haga lo mismo-. Eva se acercó al armario con la intención de empezar con su tarea, y al verla así, tan asustada, pero confiando en él, Derek le tomó el brazo, la acercó a él y la besó.

Los labios de Derek presionaron sobre los de Eva de manera insistente y decidida. Eva abrió los suyos permitiendo que la lengua de él se colara y Derek la pegó toda a su cuerpo, abrazándola con fuerza, como si quisiera devolverla a su costilla, para que nada malo le sucediera allí.

-Te amo -le susurró-. Te amo.

El beso, sus palabras, su abrazo, fueron filtrando en el alma de Eva, aterida de miedo, un poco de calor, hasta que se sintió más despierta, más enérgica, más ella.

-Yo también te amo -dijo con decisión, y Derek sonrió. Eva frunció el ceño y lo miró pestañeando, como analizando algo importante.

-Sé manejar armas -Derek le sonrió. Aquello no era una pregunta, sino la declaración de un hecho. Eva estaba teniendo un recuerdo de sí misma, de sus habilidades, justo ahora.

-Sí. Yo te enseñé.

-Y tú tienes una.

-Así es.

-Quiero llevarla conmigo-. Derek elevó una ceja.

-¿Matarás tú misma al que te hizo esto?

-Si me da la oportunidad, no lo dudes-. Derek lanzó un silbido de admiración, y volvió a besarla con fuerza.

Yo NO te olvidaré®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora