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-¿Qué tal el vuelo? –le preguntó Derek a su hermano al abrazarlo en la sala de arribos. Max sonrió palmeándole la espalda.

-Como cualquier otro –le contestó-. Largo y aburrido-. Derek sólo sonrió y lo condujo al parqueadero donde tenía estacionado el Audi.

-Pondré a tu disposición uno de los autos mientras estés aquí –le informó Derek-, para que no tengas que rentar uno.

-Gracias.

-No sé cuánto tiempo puedas quedarte, pero sí te digo que te necesito mucho. Estoy tan lleno de información, de sospechas y a la vez de preocupación, que necesito un cerebro como el tuyo, que mantenga la objetividad para salir de esto rápido.

-Eso es muy inteligente de tu parte. Lo celebro –Derek lo miró de reojo preguntándose si acaso su hermano insistiría en que todo era culpa de Eva y así irse por el camino más rápido, pero su hermano parecía decirlo sin ironías ni sarcasmos. Suspiró y le dio la vuelta al auto desactivando la alarma y luego de guardar el equipaje de Max, entraron en él-. Mientras tanto, ve poniéndome en situación –le pidió Max, y en el camino, y de inmediato, Derek tomó unos papeles que llevaba en un sobre en los asientos de atrás.

-Son los contratos en los que Eva trabajó recientemente con Anthony Davis.

Max miró los documentos dándoles una leída superficial al tiempo que se desabrochaba algunos botones de su camisa acusando el calor de Miami.

-¿Algo que haya llamado tu atención? –preguntó. Derek puso el auto en marcha haciendo una mueca y negando.

-Realmente, no.

-Puede que lo que estás buscando, no sea reciente.

-¿Qué quieres decir?

-Tal vez sea un contrato antiguo, ya finiquitado, incluso-. Derek suspiró.

-Entonces estamos buscando una aguja en un pajar.

-¿Si es así, hay que empezar pronto, no crees? –Derek lo miró y sonrió acelerando un poco más, sintiéndose aliviado y acompañado.


Amanda se detuvo en su auto cerca a la casa de los Sinclair y miró la estructura a la distancia.

¿Cómo planear el asesinato perfecto?

La pregunta rondaba su cabeza a veces con risa, a veces preocupada. Anthony no le había dicho que le cedía la tarea a ella, pero era muy consciente de que era casi su obligación.

Debía eliminar de este mundo a Eva, pero cómo? Cómo, si ella estaba muy protegida ahora?

Anthony tenía razón. No iba a ser fácil.


-Regresaste –le dijo Victoria a Max, viendo cómo su hija se derretía como mantequilla en sartén caliente al verlo. Él la alzó en sus brazos abrazándola y haciéndole mimos, mientras se dejaba llamar príncipe de ojos azules y etc.

Max miró a Victoria sonriendo con toda su dentadura, una dentadura pareja y blanca, notó Victoria. Tal vez también tenía un aliento saludable.

-Siempre voy y vengo –dijo Max encogiéndose de hombros-. Ahora estaré una temporada. Tal vez todo el verano.

-Ah, vaya. Qué bien.

-Acabas de llegar? Le preguntó Eva sonriendo.

-No. Llegué ayer –la sonrisa de Eva se borró y miró a Derek con una ceja alzada.

Yo NO te olvidaré®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora