Derek llegó un poco tarde en la noche y encontró dormidos a casi todos en casa. Cuando vio a Victoria en la sala, con las luces apagadas y con una copa de vino, no le extrañó. Sonrió mirando a su cuñada. En el pasado, él y Eva habían hecho lo mismo: aprovechar el silencio de la casa para tomarse una copa. ¡Era tan necesario a veces!
-¿Celebras algo? –le preguntó acercándose. Victoria hizo una mueca y sacudió su cabeza.
-Sí –contestó-. El estar sola.
-Oh, qué bien. Sé de primera mano que hay momentos en los que eso se debe celebrar-. Victoria sonrió y le dio un trago a su copa.
-Ese es mi caso –dijo-. Justo ahora, ese es el motivo por el cual me tomo una copa de tu vino. Espero no te moleste.
-Claro que no, no seas tonta.
-Qué bien, porque serías un cuñado muy tacaño-. Derek la miró entrecerrando sus ojos.
-¿Cómo va tu trabajo en Bogotá? –Victoria esquivó su mirada y se puso en pie para dejar la copa vacía en una mesa. Disimuladamente, se acercó hasta la botella que ella había destapado y comprobó que ésta aún estaba llena. Al menos, ella no era una borracha.
-Bien –contestó Victoria-. Bastante bien.
-¿De verdad? ¿Cuántos días de permiso te dieron?
-Pedí varios días, y no tuvieron problema en dármelos.
-Qué bueno. Sobre todo, porque ya antes habías tenido que pedir permiso –cuando Victoria lo miró inquisitiva, Derek siguió: -Cuando Eva se accidentó tuviste que venir.
-Ah. Sí. Son buenos jefes, y en esa ocasión sólo fueron un par de veces.
-Ah.
-No pienses cosas raras. Me debían unas vacaciones y yo simplemente las tomé-. Derek la miró sin creerle una sola palabra. Era imposible que una madre soltera, como ella lo era, desaprovechara las vacaciones reglamentarias.
-¿Recuerdas que una vez dije que me venía bien una relacionista pública como tú?
-Sí –sonrió Victoria- lo recuerdo.
-Pues, mi propuesta sigue en pie. Puedes trabajar para mí. Aquí tendrás un excelente salario.
-Tenía entendido que ya tenías uno, y muy bueno.
-Bueno...
-Derek, cuñado, entiendo tu ánimo de ayudarme, pero otra vez te digo que yo estoy bien.
-De todos modos...
-Eva se fue a dar un paseo al muelle –dijo de repente, señalando hacia el jardín trasero con la copa que tenía en la mano.
-¿Sola? –se preocupó Derek.
-Sí. Sola-. Él salió de inmediato, y Victoria sonrió al ver que Derek no se había dado cuenta de lo fácilmente que le había cambiado el tema.
Derek encontró a Eva sentada en el muelle y tocando el agua con los pies. Las luces de los faroles exteriores apenas si iluminaban su silueta, y el agua parecía desprender un suave vapor. Había sido un día caluroso el de hoy, y la noche estaba siendo gélida.
Eva, allí en el muelle, sola y pensativa, era una imagen demasiado hermosa, sobre todo, porque la luna llena se recortaba contra el cielo límpida y enorme. Estuvo allí, mirándola en silencio, por largo rato, grabándose esa imagen en su mente y sus recuerdos; sintiendo los aromas, la sensación en su propio pecho. Y luego, sin poder evitarlo, sacó su teléfono y le tomó una fotografía.
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Yo NO te olvidaré®
Storie d'amoreHaces promesas de no olvidar jamás a esa persona que amas. Juras estar con él y para él hasta la muerte. Te imaginas que será así, fácil y sencillo, porque sabes que tu amor es verdadero, puro, real, y el amor es una fuerza poderosa que puede co...