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-¿Cómo van tus cosas? -preguntó Amanda luego de darle un largo trago a su copa de vino y Derek suspiró. Esperaba que ella de inmediato le hablara del motivo de su visita, de los papeles que le había entregado y se fuera rápido. No quería conversar banalidades ahora.

Agitó su cabeza y miró el sobre en sus manos. Lo abrió para enterarse qué papeles eran y encontró que era un contrato en el que había estado trabajando antes del tiroteo en su casa.

Suspiró dejándolo sobre la mesa del café, y volvió a mirar a Amanda.

-Avanzando -le contestó al fin-. Gracias por los papeles.

-Si olvidaste que me pediste que te los trajera, tal vez también hayas olvidado que es importante que lo estudies antes de la reunión con ellos.

-Me esforzaré-. Amanda hizo una mueca.

-Perdona que te lo diga, pero esforzarse no es suficiente. Creo que vas a tener que...

-Haré lo posible, Amanda, pero mi prioridad ahora es...

-Entiendo que ahora estés preocupado por Eva, pero si no tienes cuidado, perderás tu empresa. ¡Te estás ausentando mucho!

-Amanda, eso no me importa.

-Pero ¿cómo no te va a importar? -Exasperado por su insistencia, Derek resopló un poco.

-Primero, la Sinclair Navy no es una empresa tan pequeña ni débil que se resienta porque no estoy las veinticuatro horas al pendiente, y segundo, si así fuera, no me importaría perderlo todo con tal de saber que mi familia está a salvo. Las empresas se reconstruyen, se levantan de nuevo. Las personas no resucitan-. Amanda apretó los dientes al oírlo. Dejó la copa de vino a un lado y se acercó paso a paso a él.

-Es increíble esa manera de pensar que tienes.

-No entiendo lo que quieres decir -contestó él frunciendo un poco su ceño, confundido.

-Para ti, siempre lo primero, lo segundo, lo último, ha sido Eva.

-Es mi esposa -contestó él con un poco de sorna-. ¿Quién más iba a ser lo primero?

-Te puedo preguntar, ¿por qué nunca te fijaste en mí? -Derek abrió grandes los ojos mirándola, sintiéndose bastante sorprendido por el rumbo que había tomado esta conversación. Respiró profundo pasándose la mano por el cabello despeinándolos un poco.

-¿A qué viene esto ahora?

-Yo te vi primero -dijo Amanda acercándose más, agarrándose una mano con la otra como si así pudiera controlarla mejor-. Yo te amé primero-. Eso tomó a Derek por sorpresa, completamente.

Ella extendió al fin sus manos a él, con toda la intención de ponerlas sobre el pecho masculino, pero mucho antes de que lograra hacer contacto, Derek las tomó con una sola mano y las alejó de sí con tanta fuerza que Amanda lanzó un leve chillido sorprendida. Él hizo un poco de fuerza contra ella y la alejó varios pasos, mirándola entre chocado y molesto.

-¿Qué te pasa? -le preguntó. Amanda abrió su boca con toda la intención de decir algo, pero Derek no le dio tiempo siquiera de formular una frase-. ¿Estás ebria, o qué? ¿Qué te hace creer que quiero que me toques? ¿Envié una señal equivocada acaso?

-Derek...

-¿O es que ahora que Eva no está, crees que estoy necesitado de una mujer y me acostaré contigo, con su amiga?

-Yo no...

-¿No eres su amiga? ¿Es lo que vas a decir? -Amanda cerró su boca de golpe, mirándolo con ojos grandes, el corazón latiendo en su garganta, y las mejillas pálidas-. Creí que lo eras, pero ahora lo estoy poniendo en duda. ¿Cómo es posible que quieras tocar al marido de tu amiga de la manera como intentaste tocarme a mí? ¡¡Explícate!! -Amanda guardó silencio. Sus ojos se habían humedecido, y se sobaba una mano con la otra, aunque Derek no le había hecho daño.

Yo NO te olvidaré®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora