Capítulo 35

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DANIELA

Jamás pensé en el dolor, en ese dolor que se te mete dentro del pecho y te quita el oxígeno, te para el pulso y te deja estática.
Siempre había pensado que era una chica que podía superarlo todo, que el dolor formaba parte de mi.
Nunca tuve una infancia tranquila, todo lo contrario, que mi padre maltratara a mi madre me hacía daño, la muerte de mi hermana me hizo daño, los golpes de mi padre me hicieron daño; pensé que después de eso, no habría nada que pudiera compararse, hasta ahora.

Intento pensar que la culpa de todo esto fue de mi madre por echarme de casa, o de mi padre por aver pegado aquella primera vez a mi madre o por aver dejado que lo metieran en la cárcel, pero no, claro que no, la culpa, en parte es mía, mía por dejar que me ilusionaran, mía por pensar que alguien se iba ha enamorar de mi de la misma forma que yo me iba ha enamorar de él.
Jamás pensé en este dolor, Eric nunca me había tratado así, el apenas me hacía llorar, siempre estaba conmigo y jamas se hubiera apostado mi virginidad con sus amigos; pero un día llega Brandon y lo pone todo patas arriba, y cuando las cosas parece que van bien, te das de bruces contra el suelo, viendo como todo lo que estabas consiguiendo era una mentira, y lo único real que te queda es el dolor que se forma en tu pecho.

Son las 12 de la noche, estoy en mi cama sin poder pegar ojo, hace una hora que he dejado de llorar y creo que es porque ya no tengo fuerzas para seguir llorando.
Cierro los ojos e intento pensar que estoy en otro lugar, no sé en cual, pero estoy en otro.

Suena la alarma a las 6:30 de la mañana, parece ser que al final conseguí dormir un poco, aunque no lo suficiente ya que las ojeras que tengo en la cara demuestran lo agotada que estoy.
Me meto en la ducha, me visto, me lavo los dientes y antes de bajar a desayunar me pongo un poco de maquillaje para disimular mis grandes y feas ojeras.

Cuando salgo de mi habitación la casa esta en silencio, así que pienso que los chicos siguen durmiendo.
Bajo a la cocina y me hago el desayuno, nada del otro mundo, un vaso de leche y tres galletas. Cuando me siento para comer aparecen los chicos por la puerta, y el silencio que había antes se intensifica.
Se sientan conmigo y empiezan a desayunar, pero sin apartar la mirada de mi, haciendo que me ponga nerviosa y me levante.
Dejo mi desayuno en su sitio y subo a mi cuarto para recoger mis cosas y irme hacia clase.
Una vez me giro para salir de la habitación veo en el umbral de la puerta a Alex y Aaron.
- Qué queréis?
- Dani queríamos saber que tal estabas... - Dice Alex en apenas un susurro.
- Perfecta, no me veis. Nunca había estado taaaan feliz. - Pongo el tono de voz más irónico que puedo.
- Lo sentimos. - Dicen al unísono.
- Qué sienten? El daño que me han echo? Que no me lo hayáis contado antes? O que os haya descubierto?
- Dani sentimos lo que hemos echo, deberíamos avertelo dicho hace tiempo. - dice Aaron.
- No pensamos que iba ha llegar tan lejos, no siquiera sabíamos que Brandon iba ha acabar haciéndolo enserio. - Dice Alex.
- Nosotros pensábamos que antes de que se acostara contigo te lo diría, porque bueno, él te quiere. - Dice Aaron.
- JA! Que me quiere? No tiene ni idea de lo que es querer a alguien. Cuando quieres a una persona no le haces daño, no la ilusiónas y mucho menos te apuestas su virginidad.- Digo todo lo alto que puedo.
Salgo de la habitación lo más rápido que puedo antes de que me digan algo más y bajo las escaleras hasta llegar justo delante de la puerta, encontrándome ahí con Noah y Brandon.
- Dani podrías escucharme un momento por favor. - dice Brandon.
- No.
Y con eso salgo por la puerta encontrándome con Eric apoyado en su coche.

- Buenos dias enana. - Dice una vez que estoy a su lado. - Qué tal has dormido?
- Bien. - Mentira.
- Qué tal con los chicos?
- Bien. - Y otra mentira más.
- Te han echo algo? Te han dicho algo más?
- No. Todo esta bien, ellos por su lado y yo por el mio. - Eso no es tan mentira.

Una vez en el instituto se despide de mi y me promete que después de clases me llevaría a casa, y que si necesitaba algo no durará en llamarlo.
Entro en clase, y me siento en última fila como siempre, solo que en este momento no me importaría estar más adelante para no tener que sentarme con ellos cuatro.

UNA ENTRE PLAYBOYSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora