Encadenada

Grito (2)

Me había sumergido tanto en mis recuerdos que no había notado a los dos repartidores, ellos me estaban gritando, me decían que me apurara en terminar mi plato.

El grito que dio uno de ellos hizo que volviera a la realidad, y de nuevo me encontraba en esa habitación, con personas que ni siquiera conocía, comiendo lo que se supone es comestible.

Uno de los repartidores se puso enfrente mío apoyándose en la mesa, yo lo mire y el a mí también -- si no terminas tu plato, número 25, retrasaras a la fila, y ya sabes que sucederá ¿no es así?--lo ultimo me lo dijo, poniendo un dedo en mi frente y empujándolo con fuerza.

Mire mi plato, agarre la cuchara, y coloque bocados grandes a mi boca. La comida no tenía ningún sabor, era solo para engañar a tu estómago y que se llenara, pero tus papilas gustativas decían otra cosa.

Al terminar de comer, todos hicimos nuevamente una fila. Caminamos en otro corredor donde había muchas habitaciones, podíamos escuchar gritos, llantos, personas pidiendo ayuda, pero solo bajávamos la cabeza. Hacíamos como si no escucháramos nada.

Al terminar de caminar en aquel pasillo donde cada paso fue una tortura, por no poder ayudar a las personas que había en aquellos cuartos, nos dirigimos y entramos en el almacén. Los repartidores nos dijeron lo que teníamos que hacer, ellos empesaron a escoger quienes limpiaban, quienes lavaban y cocinaban.

Esta vez me habia tocado limpiar así que me dieron una cubeta con agua y un trapo. Con las números 23 y 24 estábamos limpiando los cuartos de otro pasillo.

--debió ser una niña--dijo la número 23 con la voz delgada, al destapar la sabana de la cama, yo solo seguí limpiando, no quería ver lo que habia en aquellas sabanas --lo llevaré a que lo laven-dijo y salió del cuarto.

La número 24 al igual que yo no dijimos nada en todo el rato, hasta que escuchamos gritos que provenían del pasillo, las dos nos miramos, como si esperáramos que una de las dos reaccionara y fuera a ver lo que pasaba, pero ninguna lo hizo, hasta que volvió la número 23, se veía agitada parecía como si hubiera corrido por su vida.

--¿qué pasa?--le pregunte pero ella solo empezó a llorar y cayó al suelo --¿dinos que sucedió?--insistí para que dijera el porqué de su reacción.

--la mato, él ¡La mato!-- lo dijo entrando en pánico, poniendo sus manos en su rostro como si no quisiera ver algo -- Volverá a escoger a una nueva--lo dijo y enseguida todas lo entendimos, sabíamos a lo que se refería la número 23.

Ella se refería al "Amo" así lo llamábamos todos, era la persona encargada de todo, se podría decir que era el jefe y amo de todos. Le gustaba mucho golpear y maltratar a la que se volvía su esclava hasta el punto de matarla. Hasta ahora había matado a 14 chicas, la última fue la número 35 era una chica hermosa y joven, la habían encontrado unos días antes de que fuera escogida por el Amo pero ahora estaba muerta, nunca la conocí pero si la vi varias veces en el comedor, siempre se sentaba sola, nadie se le atrevía a acercarse por miedo al Amo y cada día que la vi siempre traía una herida en su cara, brazos o piernas. Me dolia tan solo verla.

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《☆besos y abrazos☆》

Gracias por leer cosita hermosa.