¿Dónde estoy? (6)

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--¡despierta!-me grita un hombre mientras me tira agua fría a la cara.

Despierto con la sensación de que me ahogo por el agua, y empiezo a toser.

--¿Dónde estoy?-hago la pregunta mientras trato de tranquilizarme.

Trato de mirar en donde me encuentro pero mi pelo tapa la visión de mi ojo derecho, así que lo único que logro ver, es que estoy en un cuarto deteriorado que contiene una puerta de metal.

--por fin estas despierta--me agarra del cabello mientras me levanta la cabeza.

En ese momento oigo como la puerta se abre, y un mal presentimiento hace que mi corazón se acelere. 

--suéltala--era la voz de un hombre.

Mi cuerpo se petrifico al ver de quien se trataba, aquel rostro era fácil de reconocer.

Una sensación de inquietud como cuando el león caza a su presa y luego la destaza. Esa sensación que siente la presa, de que si es atrapada, sabe que todo acaba ahí. La sentí en ese momento, cuando el rostro de aquel hombre que había entrado fijo su mirada en mí.

--A-Amo--decir ese nombre fue como enterrarme a mí misma en una oscuridad.

La sonrisa que se veía en su rostro, la cual se notaba con más nitidez al dar aquellos pasos que lo hacían acercarse a mí, era la de un cazador que había atrapado a su presa y ahora solo le quedaba destazarla.

--Amo, la trajimos como usted nos ordenó--lo dijo soltándome el cabello.

Una sensación recorrió todo mi cuerpo, "ahora si viviré el infierno propio" pensé.

--llévenla y encadénenla a la silla--la voz fría del Amo resonó en toda la habitación.

No había notado la silla que estaba en el otro extremo de la puerta.

Me alzaron y me llevaron a ella luego me encadenaron. No luche ni dije nada, sabia que no me serviría de nada hacer aquello así que seguí obedeciendo todo.

--ya se pueden ir--lo dijo el Amo al ver que ya me encontraba en esa silla encadenada.

Los dos hombres se fueron cerrando aquella puerta de metal, la cual produjo un estruendo, y aquel sonido hacía que el pánico se apoderara de mí.

--¿la número 25 nove?--lo pregunto como si dudara.

Mantengo la mirada en el piso y solo respondo con mi cabeza. No quería mirarlo. El solo echo de pensarlo me daba miedo.

Pero sin darme cuenta en ese momento una imagen apareció en mi mente, era el rostro de la número 34. ¿Qué había pasado con ella?.

--¿Qué paso con la número 34?-no me había dado cuenta pero lo dije en voz alta, y ese mismo momento me estaba arrepintiendo.

--¿Qué dijiste? Número 34... -- su silencio daba más miedo -mira, no se de quien carajos hablas pero... -- agarro mi mentón y lo levanto al punto de mirarlo a los ojos-- pero yo que tú no me preocuparía por ella...--se acercó a mi oído y con mucha suavidad me dijo --si no por tí.

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《☆besos y abrazos☆》

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