Mi respiración era agitada y mi cuerpo se encontraba temblando de miedo. Él se acercaba cada vez más y yo no podía retroceder. En mi mano aún estaba el trozo de tela y no sé qué hacer para que no lo vea.
Mi cabeza mira hacia el piso y mi mano apretaba cada vez más el trozo de tela atrás de mi espalda.
--ven—lo escucho decir sentándose en la cama. Decido no responderle y tampoco me muevo de donde estoy--¡Que vengas!—doy un salto al escucharlo.
Aún tengo miedo por el trozo de tela pero si no lo obedezco me meteré en problemas. Levanto mi cabeza buscando una manera de esconder lo y cuando estoy pensando que no hay lugar alguno. Miro la cama y lo primero que observo es el colchón.
Debajo del colchón puedo colocar el trozo de tela. Solo debo acercarme.
--¿acaso no me escuchaste?—la voz de ese hombre aparece nuevamente y nuestras miradas se cruzan—acércate.
Empiezo a moverme en su dirección y cuando ya estoy a pocos pasos de él, me toma del brazo y me tumba en la cama. Mi corazón empieza a bombear y mi respiración es más agitada. Él se encuentra encima de mí y el trozo de tela sigue en mi mano derecha. La cual está cerca de la orilla de la cama, así que decido moverme un poco para meterlo debajo del colchón.
Cuando estoy a punto de lograr lo, me doy cuenta de que el hombre me está observando detenidamente y eso me da miedo. Así que dejo de moverme.
--¿me extrañaste?—su respiración se siente tan cerca que me da asco—eres muy dócil ¿sabes?—empieza a tocarme y la sensación de su tacto me produce furia.
En un instante introduce su cabeza en mi cuello y aunque quiero empujarlo, me doy cuenta de que es mi oportunidad de esconder el trozo de tela debajo del colchón. Siento como su lengua toca mi piel y eso me desconcierta. Estoy muy cerca de colocar el trozo de tela pero de pronto levanta su cabeza y con brusquedad coloca sus labios contra los míos. Decido olvidar esa asquerosa sensación y por fin logro esconder lo. Cuando ya lo logro decido separarme de él y eso le enfurece.
--¿Qué crees que haces?—sujeta fuertemente mi mentón y aunque lucho para que me suelte solo me lastimó a mi misma. Me hace mirarlo a los ojos—más te vale quedarte quieta. Si sabes lo que te conviene.
Empieza a desgarrar mi ropa con furia y trato de detenerlo defendiéndome con mis manos, pero no logro nada más que dos golpes al rostro, los cuales producen que sangre por la nariz.
No entiendo porque ahora tengo fuerzas para defenderme. Recuerdo que la primera vez que me hizo esto no proteste ni dije nada.
--¡Quédate quieta! ¡Maldita sea!
--¡No! Por favor…--trato de quitarlo de encima pero es más fuerte y solo logro que me inmovilice contra la cama. Con mis manos encima de mi cabeza y mis pies encerrados por los suyos.
--¡cállate!—por fin logra lo que quería y me despoja me mi ropa.
No soporto más y solo decido mirar en dirección de la puerta. Deseando que se abriera y que alguien lo detenga, pero solo es un sueño y el sigue tocándome. Siento su respiración en mi cuello y sus manos tocan mis piernas.
Mi corazón y todo mi cuerpo están temblando. Decido olvidar esta sensación y cierro mis ojos para que mis pensamientos me lleven a otro lado. Lo último que veo es que la cama empieza a moverse y yo solo dejo de estar ahí.
Abro mis ojos y me encuentro en otro lugar. Estoy de pie, veo a las tres personas que han aparecido antes, en algunos sueños.
¿Mi mente me había llevado otra vez aún recuerdo?
--¡Oigan esperen!—alguien grita de repente y parece ser que es el chico que sostenía la cámara—Miren amigos—nos señala un lugar y todos miramos en su dirección—parece que no somos los únicos que vinieron a subir la montaña—se acerca a nosotros—hay una camioneta por ahí ¿la ven?
No sé quiénes son estas personas pero, en cierto modo creo conocerlas. Es un poco confuso por que nunca los he visto.
--si, tienes razón—dice la chica de cabello largo color negro.
Observo la camioneta que estaba en medio del camino. Era una de color blanco.
--Bueno, dejemos de mirar y pongámonos a caminar ¿no les parece?—el otro chico con los ojos verdes nos da un empujón colocando sus brazos en nuestras espaldas.
Lo observo mientras avanzamos y parece notarlo aunque solo me sonríe.
Cuando trato de decirle algo noto que no me escucha. Toco mi garganta y mi voz no sale.
¿Qué está pasando? ¿Por qué no puedo hablar?
Observo el suelo y cundo vuelvo a levantar mi cabeza noto que ya no hay nadie junto a mí. Trato de buscar a esas personas pero no las encuentro y poco a poco todo se vuelve oscuro. Mi respiración se agita y me cuesta estar de pie. Empiezo a desesperarme y aunque quiero avanzar, no puedo.
Mi cuerpo se siente pesado y mis piernas ya no lo soportan. Caigo al piso frio y una sensación de pánico se apodera de mí, produciendo que mis lágrimas aparezcan. Veo como caen al suelo y un pequeño charco aparece. Trato de tranquilizarme y cuando apenas lo logro noto sangre en mis manos. El charco que antes era como agua, ahora era de color rojo intenso.
--¡No!
Despierto gritando. Me levante de la cama muy adolorida. Mis piernas parecían no responderme. Agarro lo que puedo y cubro mi cuerpo desnudo.
Mi pesadilla aún no había acabado…
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Encadenada
Mystery / Thriller[COMPLETA] En ese cuarto frio donde no había ni siquiera una ventana y solo estaba aquella puerta de metal la cual era la única salida al pasillo, pero afuera se encontrada él señor de las jaulas, así lo llaman todos puesto que era el encargado de v...