--despierta—me levanto de la cama y parece que el vigilante R está enfadado por algo—muévete—me jala del brazo y me saca al pacillo.
Al salir me empuja contra la pared y al hacerlo veo a Iris al lado mío.
--¡¿Quién de ustedes lo hizo?!—No entiendo de que está hablando-- ¿Quién de ustedes le dijo a Palma que fuera a lo zona prohibida? –Esto no es bueno—más vale que respondan ya.
Tengo miedo, esto no acabara bien… yo fui…
--¡Ah!—un dolor en mi estómago empieza a surgir y siento como su me estuvieran atravesando un cuchillo—me duele… ¡Ah!
Trato de sostenerme de la pared pero caigo al suelo, agarrándome el estómago con ambos brazos.
--número 25—Iris trata de ver lo que me pasa pero solo logra poner sus manos en mi espalda.
--maldición ¿Qué le sucede?
--no lo sé.
--¿Qué esperas? Llévala inmediatamente con Cala—Iris me ayuda a ponerme de pie pero el dolor es tanto que no logra ni moverme de donde estoy-- ¿pero qué haces? Muévete –me carga al instante y aunque el dolor sigue siendo el mismo no es peor cuando trato de pararme.
El vigilante parece ir a toda prisa y aunque sabe que los movimientos hacen que me duela más, parece no importarle.
--ah… me duele, me duele mucho-- ¿Qué me está pasando? Este dolor es insoportable.
--ya casi llegamos número 25— escucho a Iris a un costado mío.
--abre la puerta.
--si—Iris se adelanta y escucho como una puerta se abre.
--¿qué sucede?—una tercera voz de una mujer se escucha— ¿Qué es lo que tiene?
--¿dónde la pongo?
--aquí por favor. Colócala en la cama.
Apenas siento la cama, empiezo a estrujarme en ella. El dolor aumenta.
--¿Qué fue lo que le paso?—la mujer trata de agarrarme pero no puede.
--no lo sé. Solo haz algo. Si algo le pasa a esta chica estarás en problemas Cala—el vigilante se va azotando la puerta.
--duele—es todo lo que logro pronunciar.
--te entiendo, pero debes decirme donde te duele--le séllalo el estómago y ella empieza ha apartar mis manos de el--está bien, ahora quiero que dejes de moverte. Debo saber la causa de tu malestar—empiza a presionar zonas de mi cuerpo con sus dedos-- ¿dime donde te duele más?—cuando siento que el dolor aumenta le digo que pare pero ella parece saber qué es lo que tengo – no puede ser… llama al vigilante de inmediato—le grita a Iris
--Pero…
--¡apresúrate!
--si—Iris sale corriendo mientras que la mujer parece estar preparando algo.
--¿Qué es lo que tengo? –la miro pero ella no me responde y sigue haciendo lo suyo—por favor…
Deja de moverse y me da la espalda. Un silencio se produce hasta que la escucho suspirar.
--Estas… estas embarazada,
...qué
--¿Qué?... No, no puede ser… --unas lágrimas parecen caer de la nada, y siento una presión en mi pecho que no me deja respirar
Esto no es verdad. No puede ser cierto.
La puerte se habre de golpe y quien la abre no es el vigilante.
--¡¿Qué sucedió?!
-- mi Señor…-- la cara de la mujer se torna en preocupación.
Veo cómo va directo a donde me encuentro pero no me dice nada y voltea a ver a la mujer-- ¿qué es lo que tiene?
La mujer no sabe que decir y solo desvía la mirada.
--te pregunte, que es lo que tiene.
--Mi Señor. Ella al parecer... esta embarazada.
Un silencio casi petrificante aparece y al igual que yo, nadie dice nada. Iris parece estar sorprendida y se tapa la boca con las manos volteándose a mi dirección.
--quieres decir… que está esperando un bebe.
--asi es mi Señor—la mujer parece aterrada y apenas le salen las palabras.
No, yo no puedo…--¡ah!—el dolor comienza nuevamente y todos parecen reaccionar.
--Mi Señor no tenemos tiempo. Está entrando en labor de parto…
--¿Qué?—el Señor parece confundido por toda la situación.
--¡Iris! Apúrate. Debes ayudarme—Iris Se acomoda donde le pide la mujer y aunque parece tener miedo hace todo lo que le indica—escúchame—me habla pero apenas y le prestó atención— tendré que abrir tu estómago, ¿entiendes? Debo realizar una cesaría—el dolor aumenta más y más-- Él bebe nacerá prematuro.
--¿Qué sucederá con ella?
--Mi Señor es posible que no sobreviva.
--entonces no lo hagas.
--si no lo hago, mi Señor ambos morirán.
--¡ah!—no aguanto más este dolor. Siento como si me rompiera por dentro.
Mis lágrimas caen sin detenerse, que empiezan a nublar mi vista y mis gritos cayán a todos a mí alrededor. Hasta que dejo de escuchar mi propia voz…
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Encadenada
Mistério / Suspense[COMPLETA] En ese cuarto frio donde no había ni siquiera una ventana y solo estaba aquella puerta de metal la cual era la única salida al pasillo, pero afuera se encontrada él señor de las jaulas, así lo llaman todos puesto que era el encargado de v...