Las cosas iban de mal en peor. No puedo salir de esta habitación porque siempre la cierran y me dejan a dentro con mi dolor.
El Señor como todos lo llaman, viene cada vez y hace exactamente lo mismo. Cuando me toca siento repulsión que me da ganas de vomitar aunque no logro sacar nada, pues apenas y logro comer algo.
Siento que cada vez me resulta difícil respirar como si me sofocara o me ahogara. Mi cuerpo parecía romperse en cada momento y mi mente parecía perderse en mis pensamientos, que no llegaban más allá que la oscuridad.
El mapa que había encontrado se volvió una pequeña esperanza de salir de aquí. Solo necesitaba encontrar a Cala para preguntarle los lugares que estaban marcados con una X. Tenía mucha curiosidad. Además en la tela había algo más escrito que no había notado, parecía un símbolo. Estaba colocado a una esquina y era muy difícil de distinguir pero aun así logre verlo.
La puerta se escuchó abrirse y segundos después un hombre con lentes negros entro.
--¿número 25?
--si
--sal ahora—da unos pasos atrás y se encuentra en el pasillo, con la puerta aún abierta--¡Ahora!
Me levanto de la cama y con precaución me acerco. Me toma del brazo y empezamos a caminar.
Observo por donde vamos y trato de compararlo con el mapa. Hay algunas cosas que no aparecen en él, pero los pacillos están tal y como muestra en él. Una especie de habitación circular esta en medio, tal y como muestra en el mapa. Lo rodeamos y otro pacillo apareció. Unos pasos más y me hizo entrar en otra habitación.
--bien. Ya saben qué hacer.
Me arroja al suelo y segundos después una chica me ayuda a levantarme. Su cabello era rubio y sus ojos verdes.
--¿estás bien?
--sí, no te preocupes.
--encárguense muy bien de ella. El Señor ya no soporta tenerla en harapos—se empieza a acercar a la chica de mi lado y la jala del brazo—cuando termines, te iras directo a mi cuarto ¿entendiste?—la chica no dice nada y solo baja la mirada.
El hombre parece no importarle mucho y se va. La chica me ayuda a sentarme en una silla que estada en la habitación y segundos después escucho otra voz.
--¿tu?—miro para ver de quien se trata y me sorprendo al verla.
--Iris…--ella parece estar de igual modo sorprendida.
--¿la conoces? Iris.
--si—se acerca a mí—es la que vino recién de los calabozos.
--¡Ah! Así que es ella—me mira la chica con el cabello rubio para después levantar su mano—hola, yo soy Palma. Iris me conto de ti.
No dije nada y tampoco tome su mano. No quería hacerlo porque… no quería ensuciarla.
--está bien, no te preocupes—me sonrió y luego se dirigió a una puerta—yo te entiendo. Así que primero vamos a bañarte—abrió aquella puerta e Iris me llevó hacia ella.
Una tina está colocado y el agua ya estaba lista. Me ayudaron a desvestirme, aunque al principio les pedí que se fueran, que yo lo aria sola. Tenía vergüenza de lo que iban a ver. Todas mis marcas y moretones en mi pecho eran las que no quería mostrar, pero aun así ellas me dijeron que no debía temer, porque no era la primera que veían en este estado.
Mientras Palma me lavaba la espalda, Iris me traía nueva ropa y se deshacía de la anterior.
--todo estará bien—de repente Palma empezó a hablar—no es tan malo como crees. Si obedeces y no haces problemas, no te pasara nada.
--obedecer ¿nove?—ella me mira y luego asiente con la cabeza--… ¿es todo lo que podemos hacer?
Por un momento se quedó quieta y parecía que iba a responderme hasta que Iris apareció de la nada.
--¿Qué es esto? Número 25…--en su mano estaba el trozo de tela.
--¿Qué sucede? ¿Qué es eso?
--lo mismo me pregunto, Palma.
Las dos me miraban y yo me levante para quitárselo—no es nada—lo agarre y lo apreté contra mi pecho.
--lo vi…--se acerca a mí—así que ¡dámelo!
--¡No!—ella trata de quitármelo y para mi es difícil moverme para evitarlo, porque aún seguía en la tina.
--es suficiente. ¡Paren las dos!—Palma se interpone entre ambas y yo aprovecho para salir de ahí con la ropa nueva en mi mano.
Las dos me siguen y no me da tiempo para ponerme la ropa.
--tranquila—dice Palma colocando sus manos donde puedo verlas—nadie te lo va a quitar… solo queremos ver que es.
Tengo miedo no confió en ninguna de las dos. Iris fue la primera que dijo que era mejor “Reportarme” y a Palma recién la conocía. No iba a permitir que se lo quedaran. Era mi única esperanza de salir de ese infierno.
--por favor no se acerquen…--mi voz parecía quebrarse a cada palabra—es mío.
--lo sabemos—dice Palma cuando deja de dar pasos así a mí—nadie te lo va a quitar. Disculpa a Iris es un poco… intranquila y como todas, tiene miedo—hace una pausa—Mira, nos quedaremos aquí, así que puedes ponerte la ropa.
Espero unos minutos y al ver que ninguna avanza decido colocarme la ropa sin dejar de verlas. Cuando ya estoy lista la primera que habla es Iris.
--… yo lo siento… no debí tratar de quitártelo—yo solo lo observo—por favor muéstranos.
Tarde mucho en decidirme pero… a la final les cuento todo. Como lo encontré y que era, o lo que creía que era.
--¿estos lugares? Parecen ser…
--¿piensas lo mismo que yo, Palma?
--¿qué sucede?…—señalo los lugares que están marcados con una X-- ¿acaso saben que son estos lugares.
--bueno…—Palma mira detenidamente el mapa—no sabemos que hay ahí pero…
--esos lugares son a los que no estamos permitidas ir—Iris sigue con lo que Palma iba a decir—estamos prohibidas a pasa por ahí.
A la final ninguna sabía lo que había ahí.
--esperen…--Iris me mira—recuerdas ¿por dónde viniste?
--¿Qué?
--cuando te trajeron aquí ¿recuerdas en que pacillo apareciste?—esta vez la que me pregunta es Palma.
Parece que ambas habían encontrado algo.
Cuando me trajeron aquí, yo no estaba prestando atención. Esa vez estaba muy herida y ni siquiera podía ver lo que estaba pasando. Recuerdo que estaba tirada y ese hombre apareció. El Amo me había golpeado tanto, al punto de romperme la nariz e incluso dejarme inconsciente con mi sangre por todas partes. Solo recuerdo cuando me dejaron en esa habitación con número 34.
--yo… lo siento, no recuerdo.
--¡Demonios! Si pudieras recordar sabríamos que uno de estos lugares son los que conectan a los “Calabozos” eso restaría solo a dos lugares que hay que identificar.
--¿Qué?—no entiendo muy bien lo que está diciendo Iris.
--lo que Iris quiere decir, es que tenemos la sospecha de que uno de estos lugares son los que conectan a los Calabozos de los Jardines. Y los otros lugares… podrían ser… la salida.
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Encadenada
Mystery / Thriller[COMPLETA] En ese cuarto frio donde no había ni siquiera una ventana y solo estaba aquella puerta de metal la cual era la única salida al pasillo, pero afuera se encontrada él señor de las jaulas, así lo llaman todos puesto que era el encargado de v...