Encadenada

*¿Qué es esto?* (32)

¿Qué es esto? ¿Dónde estoy?

--por fin puedo verte una vez más—volteo y la presencia de un chico con los ojos verdes aparece frente a mí—te extrañe mucho.

--¿tu?—su rostro me recuerda a alguien.

--aun no te acuerdas de mí—desliza sus dedos en mi mejilla y segundos después se aleja.

Cuando veo que se está yendo, inmediatamente lo detengo-- ¡espera!—parece a verme escuchado-- ¿Dónde estoy?—todo a mi alrededor es blanco pero debajo de mis pies, hay una densa neblina.

--no importa—apenas logro escucharlo.

--¿Qué?

--no te quedaras más tiempo…--no entiendo, pero antes de poder responder la neblina aumenta más y más. Haciendo parecer que el chico desvanece con ella--… cuídate mucho ____-- lo último no logro escucharlo.

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--¡está despertando!—esa voz… es la de Iris.

Siento mi cuerpo muy pesado y no logro moverme. Más voces se escuchan y al abrir mis ojos veo el rostro del Señor.

--más te vale. Maldición—me sienta en la cama y me rodea con sus brazos, apretándome contra su cuerpo.

---todos salgan—el vigilante R abre la puerta y luego la cierra.

No entiendo lo que está pasando-- ¿Qué me paso?

El Señor se aparta lo suficiente para mirarme, pero aun agarrándome.
Parece estar…

Es ese momento coloca sus labios en los míos y cuando trato de separarlo con mi mano, él la agarra antes. Mi fuerza se va por completo haciendo que mi mano caiga rendida a la cama.

--por favor—mis lágrimas empiezan a caer, dificultándome hablar.

Me vuelve a apegar a su cuerpo y coloca su cabeza en mi cuello—recuerda que debes obedecerme. Que no se te olvide.

Me recuesta en la cama y me deja ahí. Minutos después sale de la habitación

Siento un breve dolor debajo de mi vientre y es ahí cuando empiezo a recordar todo.

Escucho como la puerta se abre y la vos de una mujer se hace presente.

--escúchame. Debes tomar estas pastillas—me levanta la cabeza y me acomoda—ten y toma un poco de agua.

--¿Qué paso?—ella no me responde y vuelvo a preguntar—por favor, dime que sucedió.

--… Lo siento mucho—es todo lo que dice.

--él bebe…--la voz de Iris se escucha a una esquina de la habitación--… lo siento mucho número 25—la escucho llorar y mi corazón empieza a palpitar tan rápido que me duele.

Es extraño pero puedo sentir el dolor y mis lágrimas comprueban que mi imaginación ya dio con lo que sucedió.

Como es posible extrañar a alguien que nunca viste y sentir cariño por alguien a quien nunca conociste.

Mis lágrimas irritaban más mis ojos y eso solo empeoraba la situación. Mis sollozos aumentaban cada vez que el dolor en mi pecho se presentaba con más fuerza. Sentir que me ahogaba hacia que brevemente mi dolor desapareciera.

Iris y Cala. Me dejaron desahogarme y solo me observaban.

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Todo este tiempo me mantuve en silencio y aunque el Señor me gritaba y amenazaba con mandarme devuelta con el Amo. Aun así no respondía a ninguna de sus amenazas.

Miraba el techo perdiéndome en lo oscuro de este. Era como si todo a mi alrededor dejara de producirme algún daño, como si todo fuera producto de mi imaginación. Y si era ese el caso podría salir de este lugar sin ningún problema.

Me levante de la cama y me dirigí a la puerta-- Si todo esto no existe entonces no tengo nada que hacer aquí—coloque mi mano en la manija y cerré mis ojos—nada de esto existe—la puerta se abrí y vi el pasillo completamente vacío. Camine recto sin tener ningún destino puesto, solo camine.

Las pequeñas luces del pasillo parpadeaban y las tuberías hacían sonidos que mi mente trataba de descifrar, creía que me estaban hablando y trataban de decirme algo.

Siento como mi cuerpo se va a un costado y me encuentro en una bodega.

--oye…--¿quién me está hablando?—¿quieres morir acaso?... Oye, ¿me estas escuchando?—siento que alguien levanta mi cabeza—si hubieras seguido caminando el guardia te habría visto ¿lo entiendes? Tienes suerte de que yo allá estado en la bodega.

--no importa.

--¿Qué?

—Nada de esto es real—me separo de ella y me dirijo a la puerta.

--oye, espera—me agarra la mano y se pone delante de mí—no sé lo que quieres decir pero te aseguro que el guardia es muy real.

--no lo entiendes porque no eres real.

--si crees que esto no es real como es que puedes sentir esto—toma mi mano y con sus hullas aprieta mi piel. Rápidamente quito mi mano—lo ves. Esto no es un sueño.

--no….¡No!—el dolor en mi pecho se presenta y caigo directo al suelo.

--oye, has silencio—se acerca a la puerto y brevemente la abre para cerrarla después—te van a escuchar. Cálmate—mis lágrimas aumentan y no puedo parar.

Esto no es verdad. No puede ser verdad.

Siento un gran peso que no me deja moverme y al mismo tiempo me doy cuenta de que me estoy volviendo loca.

Como es posible que creyera por un instante que todo era producto de mi imaginación. Que nada de esto era real y que nada podía hacerme daño.

Definitivamente estaba llegando a mi limite…