*Mi turno* (3)

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Al terminar, los repartidores nos llevaron de nuevo a nuestros cuartos, la número 23 se quedó en estado de shock todo el camino de regreso, pero no quiso decir lo que vio y ni la número 24, ni yo quisimos saber tampoco, pero deducimos que el grito que habiamos escuchado era de la número 23, al ver seguro el cadáver de la pobre chica.

Habían ya cerrado mi puerta con llave y también me habían encadenado al tubo otra vez, me dolía la cabeza por estar pensando en la próxima chica a la que el Amo escogería, pero sin darme cuenta me había dormido.

--¡despierten!--escuche como gritaba el señor de las jaulas mientras golpeaba con su palo todos los cuartos --despierta ¡ya! número 25-golpeo mi puerta y abrí los ojos.

Me desencadenaron y salí del cuarto --hagan todos una fila-- nuevamente hablo el señor de las jaulas --una de ustedes tendrá la suerte de estar con el Amo--lo decía con una sonrisa en su rostro --pero antes de eso, todas se iras al cuarto de baños--nos miraba con asco al decir aquello --por qué apestan, así que báñense todas muy bien--lo dijo alzando un poco la voz y se marcho.

Todas caminábamos con miedo en nuestros ojos, ¿Quién iba a querer estar con el Amo? Era obvio que nadie, ellos lo decían como si fuera un premio pera para nosotras era nuestra tumba. Luego de bañarnos nos vestimos.

Cuando todas estuvimos listas nuevamente llego el señor de las jaulas --bien, parece que todas se bañaron bien--lo decía caminando y mirándonos a cada una --ahora síganme--caminábamos de tras de él --cada una entrara a la habitación del Amo y él decidirá si se quedan o no--nos decía lo que teníamos que hacer y lo que no. Como no hablarle si él no te lo pide antes, cosas que ya sabíamos.

Todas nosotras mirábamos hacía abajo como pidiendo, suplicando que no fuéramos elegidas, había chicas que ya estaban llorando en silencio, lo hacían por temor a ser escogidas por ser bonitas.

--bien recuerden todo lo que dije, bueno la primera en entrar serás tú número 16-dijo él señor de las jaulas a la chica que se veía la más joven parecía de 11 o 12 años, ella entro pero solo pasaron unos segundos y salió con una herida en su rostro, todas nos asustamos - ahora iras tu número 17-la empujaron hacía dentro de aquella habitación, como si no hubieran visto la cara de la otra chica.

Las números 17, 18, 20 y 22 salieron también con heridas en sus rostros o cortadas en sus piernas o brazos, pero las números 19, 23, y 24, habían salido sin ninguna herida pero en sus rostros se veía el vacío, como si les hubieran quitado algo, y en cambio la número 21 no salió de la habitación.

--es tú turno número 25--me dijo, me sentí más encadenada que nunca, como si al cruzar esa puerta se acabaría toda esperanza de salir de aquel infierno.

Entre en aquella habitación, no entendía el por qué, había recordado que la número 21 no había salido aun, y pensé que ya había sido escogida, pero de igual forma se me ordeno entrar.

Apenas entre escuche la puerta cerrar detrás de mí, y una sensación recorrió todo mi cuerpo, como si me hubieran obligado a cavar mi propia tumba.

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《☆besos y abrazos☆》

EncadenadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora