*Narra Hugo*
Cuando te dices a ti mismo que el día no puede ir a peor siempre va a peor. No era suficiente con tener que soportar la escena de mi hermano, ver a mi padre después de tantos años, sino que ahora su coche estaba aparcado en la puerta de mi casa. Mi madre no está, tiene que estar trabajando, así que no sé porqué están aquí. Mi hermano están en el asiento del copiloto y mi padre apoyado sobre la puerta del piloto. Está fumando por lo que todavía no me ha visto. Puedo salir corriendo y...tarde, ya me ha visto. Tira el cigarro y lo aplasta con el zapato. Me mira y me hace un gesto para que me acerque. Tardo unos segundos en reaccionar, sigo teniendo en mi cabeza la idea de salir corriendo... o ignorar que está ahí y entrar en casa. Ambas ideas son una locura pero ideas.
Se cruza de brazos conforme me voy acercando, tiene la cara seria, como cuando nos regañaba de pequeños.
-Hugo.- dice con su voz atronadora.- Tu comportamiento en el centro ha sido muy maleducado.-
Manda narices, si es él el primero que no tiene ninguna educación.
-No vengas ahora a darme lecciones de buen comportamiento.- le suelto.
Me mira atónito. Sé que está mal lo que he dicho, y sé que está mal decírselo a un padre, pero ¿él se puede considerar padre? Yo creo que no.
-Hugo, no sé por qué te estás comportando de esta manera pero...-
No me jodas, ¡ahora viene como víctima! Paso, me niego a escuchar esto, me niego a tener esta conversación.
Paso de largo y saco las llaves del bolsillo de mi chaqueta. Me pongo delante de la puerta y me coge el hombro.
-¿A dónde vas?- me pregunta. Está bastante cabreado, estoy jugando con fuego.
Abro la puerta, lo miro a los ojos y cierro la puerta.
Corro escaleras arriba hacia mi habitación y cierro con pestillo. Sé que ya no tiene llaves de la casa, pero mi hermano sí, no quiero arriesgarme a que entre y me mate.
Desde la ventana de mi habitación miro a la calle y veo como el coche sigue allí aparcado. Mi hermano sigue dentro y mi padre está con otro cigarrillo dando vueltas alrededor del coche. Llamo por teléfono a mi madre.
-¿Sí?- contesta al tercer tono.
-Hola mamá.- sueno muy tenso.
-¿Qué ha pasado hijo?-
-Papá está aquí.- es lo máximo que consigo articular.
-Hijo...- la interrumpo.
-En casa, quiere hablar conmigo, le he cerrado la puerta, está cabreado.- unas lágrimas de frustración salen.
-Dios.- mi madre se queda callada por unos segundos.- Espera, no te muevas.- y cuelga.
Está claro que no voy a moverme pero no es el consejo que me esperaba, la verdad. Miro de nuevo por la ventana. Siguen ahí. ¿Pero que cojones quiere?
*Narra Elena*
Camino a casa paro a tomar algo, estoy hambrienta. Necesito algo de dulce en mi. Oigo un sonido y reviso el móvil, es un mensaje de mi madre.
"¿Qué tal eso? ¿Bien? Seguro que si. No llego a comer pero te lo compensaré en la cena. Te quiero."
No se que contestarle... al final simplemente escribo:
"Bien, gracias. Nos vemos esta noche. Bs."
Miro en mi cartera a ver cuanto dinero tengo para comprarme un almuerzo. Lo justo, quizás demasiado poco. Me paro en un puesto de comida rápida y me compro una bandeja de comida variada.
Al llegar a casa me tumbo en el sofá y comienzo a comer. Con la televisión puesta y el móvil bien lejos me acomodo y me voy quedando dormida poco a poco.
*Narra Hugo*
Escucho un pito en la calle, me asomo de nuevo a la ventana y veo el coche de mi madre y el de uno de sus compañeros de trabajo. El de mi padre sigue ahí todavía. Mi madre se baja del coche y espera a que el otro se baje para ir los dos junto a mi padre. Mi hermano sale del coche y se coloca alejado pero pendiente de la conversación.
-Arturo.- grita mi madre.- ¡Este no era nuestro trato!
Mi padre la mira con mala cara.- Yo no le he hecho nada, vine con toda mi buena intención de hablar con los dos y él se marchó.- señaló a la casa.
Mi madre miró a la ventana, creó que me vio ahí.
-Sea como sea debiste dejarlo tranquilo, ya sabes lo que piensa de lo que pasó.-
-Está bien.- mi padre se marcha. Se mete en el coche y le hace señas a mi hermano para que entre. Se van. ¡Por fin!
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Amor infinito
Romance¿Qué pasaría si te chocaras con el amor de tu vida tan casualmente por la calle? Esta es la historia de Hugo y Elena, dos chicos que por casualidad se conocieron un día y tuvieron una historia de amor muy peculiar llena de amor, risas y algunos mome...