*Narra Elena*
-Hugo es increíble.- dije
-Cuentame algo que ya no sepa.- replicó Ángela.
Me reí al ver su cara.
-¿Qué?- dijo enfadada.- No es mi día.-
-¿Qué te ha pasado?-
-Prefiero no hablar de ello.-
Le tiro un cojín de mi cama.
-Cuenta anda.-
-Creo que estoy haciendo la tonta.-
-¿Con qué?-
-Con los estudios.-
-¿Por qué estás pensando en eso ahora?-
-Porque tengo miedo de fastidiarla este año.-
-No lo vas a hacer.- me senté al lado suya.- Sé que estás nerviosa por los finales pero sé que tú puedes.-
Ángela era una buena estudiante, pero siempre tenía miedo cuando llegaba la recta final el curso. Pensaba que cuando hiciera los últimos examenes fallaría y todo el esfuerzo del año habría sido para nada.
Nos quedamos en silencio durante unos minutos. No sabía que más decirle.
-¿Estás bien?- le pregunté.
-Creo que sí. Tampoco quiero estar mal por eso.-
-Además si estás mal y te agobias tendrás más posibilidades de fallar.-
-Ya...-
-Deja de comerte la cabeza.- la abrazo.
-Y bueno, cuentame que tal con tu nuevo novio.-
*Narra Hugo*
-¿Me cuentas como has acabado saliendo con una chica de la que no me has hablado nada?- me dijo Luis.
Estabamos en su casa, en su habitación, tirados en el suelo poniendo cds en el equipo de música.
-Pues... surgió.-
-¿Así? ¿Sin más?-
-Exacto.-
-Eso no me lo creo.-
-Pues creetelo.-
-Venga Hugo, al menos cuentame como la conociste.-
No era algo que le quisiera contar. Si se entera de que la conocí de la nada pensará que estoy loco, y si encima le cuento como acabamos saliendo más todavía.
-Pues...- intenté inventarme algo parecido a la historia real pero no me salía nada.
-Venga.-
-Vale, te lo cuento pero no vale meterse conmigo.-
-No, tranquilo.-
Le conté la historia.
-Iba a hacer un comentario pero teniendo en cuenta como es... no es tan loco.-
-¿Qué?-
-¿Montas en tu coche a una desconocida?-
-Necesitaba ayuda.-
-Claro Superman.-
Varias horas después llegué a casa. Mi madre no estaba.
La llamo al telefono y contesta tras varios tonos:
-Hola hijo. ¿Cómo estás?-
-Bien, pero ¿dónde estás?-
-En un restaurante cenando algo con unos amigos.-
-Ah.-
-Tienes comida en la nevera, solo tienes que cogerla y comer.-
-Mamá...-
-Lo siento hijo, hablamos mañana.-
Mañana. No piensa volver temprano.
¿Debería dejar de preocuparme por mi madre? Sé que es lo suficiente mayor como para cuidarse ella sola, pero nunca se ha comportado así, ni siquiera cuando se separó de mi padre. ¿A qué viene ese cambio tan repentino?
Miro en la nevera y efectivamente había una ensalada y una tortilla. Lo saco todo y lo pongo en una bandeja, me lo llevo a mi cuarto y una vez allí me pongo la televisión. Es más pequeña que la del salón pero aquí puedo tumbarme en la cama para verla.
Me quedé dormido sobre las 11 de la noche sin darme cuenta y me levanté a las 3 de la madrugada con el sonido de un golpe en el salón. Salgo corriendo de la cama y bajo las escaleras, cuando llego a los últimos escalones me paro en seco.
El golpe había sido un cuadro pequeño que mi madre decoró con colgantes para colgar las llaves, era de cerámica y pesaba bastante. Estaba roto en el suelo y mi madre y otra persona más que no podía ver bien por la oscuridad.
Ambos estaban riendose.
Subí a mi habitación sigilosamente para que no me vieran y una vez allí escuché por la puerta.
No reconocía la voz del hombre.
Entraron a la habitación de mi madre así que me tumbé en la cama y me puse la música con los auriculares.
Me volví a quedar dormido.
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Amor infinito
Romance¿Qué pasaría si te chocaras con el amor de tu vida tan casualmente por la calle? Esta es la historia de Hugo y Elena, dos chicos que por casualidad se conocieron un día y tuvieron una historia de amor muy peculiar llena de amor, risas y algunos mome...