Reencuentro inesperado.

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*Narra Elena*

Tras varias horas de aburrimiento sin hacer nada salvo mirar en el ordenador decido que es hora de hacer algo productivo. Le mando un mensaje a mi amiga Luz por si quiere hacer algo, me contesta a los pocos minutos:

"Casa de Iván, dentro de hora y media". 

Iván, el chico que le gusta a Luz y a medio instituto hace unos años. Aunque ya seamos más mayores, y aunque ya no estudiemos juntos a los chicos les gusta organizar quedadas en su casa para que vayan las chicas. Luz siempre ha querido salir con Iván, pero es una causa perdida. 

Me pongo algo decente y me peino lo mejor que puedo. Cojo un poco de dinero por si acaso y las llaves de casa y me dispongo a salir. He quedado con Luz en su casa porque no quiero aparecer por una casa llena de chicos yo sola, de hecho aún no estoy muy segura de que me vaya a quedar. 

*Narra Hugo*

Mi madre me ha pedido que vaya a su trabajo, que tiene que darme una cosa. ¿No puede esperar? No, tiene que hacerme ir andando. Con un calor de muerte, cuando llego por fin al trabajo de mi madre casi estoy muriéndome deshidratado. La secretaría me da un vaso de agua y sale a avisar a mi madre. A los pocos minutos llegan ambas, mi madre con una bolsa en la mano. 

-Hola, cariño.- me sonríe.

-Hola.-suelto a mala gana.

-Vale, se que ha sido una putada venir hasta aquí andando pero quería que disfrutaras de tu última caminata.-

-¿Qué?- no se si es por la mala leche o porque no tiene sentido pero no lo entiendo.

-Toma.- me tiende la bolsa que tenía en la mano y me hace un gesto para que la abra. 

Abro la bolsa y me encuentro unos cuantos folletos y unas llaves de coche.

-¿Esto es para mi?- no me lo creo.

-Pues claro que sí.- mi madre me sonríe de nuevo y yo observo los papeles para asegurarme de que no es una broma de mal gusto.

-Lo tienes aparcado en el aparcamiento del edificio. Es todo tuyo, ten cuidado.-

Abrazo a mi madre y nos despedimos.

Me saqué en carnet de conducir hace un año y medio y tuve un coche viejo de mi madre que se estropeó a los pocos meses, desde entonces solo conduzco cuando mi madre no tiene ganas, o sea, una vez cada puff... tener un coche propio y nuevo es una maravilla. 

Lo encuentro en el aparcamiento, entro y lo miro bien. No es un lujo extremo pero está muy bien, me gusta mucho. Lo arranco y salgo del aparcamiento. 

Me dirijo a dar una vuelta con él.

*Narra Elena*

Luz se ha pintado muchísimo para ser de día y va muy arreglada para ir a una casa. Cuando la vi pensé que iba demasiado pero pensado en como son los demás creo que la que va mal soy yo. Vaqueros y camiseta decentes y una coleta. 

Al llegar a la casa hay como mil chicos y el doble de chicas. 

-La fiesta dura hasta por la mañana.- dice Luz tan tranquila y entra dejándome ahí.

-¿Cómo?- 

Entro y veo a un barullo de gente bailando y ¡bebiendo! a las cinco de la tarde. 



Tras varias horas estando allí y muchos chicos pasando de largo decido que es momento de largarme. Todos, menos Miguel, un chico que me conoce del instituto y que es bastante pesado, pasan de mi. 

-Adiós, y gracias.- le sonrío y me dirijo a irme. Me agarra del brazo.

-No te vayas aún, es muy temprano.- 

-Lo siento.- me suelto como puedo y salgo corriendo. 

Transcurren dos calles y bajo el ritmo, entonces lo oigo. ¿En serio? Esto no puede estar pasándome.

Acelero más el paso, ya casi corro y aún así sigue persiguiéndome, ¿qué quiere? 

Cruzo una calle sin darme cuenta. Un ruido de frenazo, casi me matan ¡literalmente! Son las diez de la noche, está oscuro y he cruzado una calle sin paso de peatones sin mirar, ¡MUY BIEN ELENA! 

Del susto he caído al suelo, el conductor del coche sale rápido y Miguel se está acercando. Me levanto y me agarran. 

-¿Estás bien?- me suena esa voz.

*Narra Hugo*

Primer día con el coche y ya casi mato a alguien.

-Sí, sí, sí.- está muy nerviosa e intenta irse corriendo.

Otro coche pasa por el lado y casi la pilla.

-Cuidado.- la agarro y la aparto del carril. 

Me mira sorprendida y luego dirige la vista aun chico que le chilla.

-Sácame de aquí por favor.- me suplica.

-Sube al coche.- 

Rápido arranco y nos ponemos en marcha.

-¿Eres el chico con el que me choqué verdad?- me pregunta.

-El mismo.- 

Sigue tensa.

-Tranquila, no soy un violador ni un asesino.- 

Se ríe.- Gracias por ayudarme, y perdón por cruzarme de esa manera.-

-¿Un novio demasiado pesado?-

-Ni siquiera es mi novio. Es un... conocido.- mira por la ventana.- Estaba en una fiesta y no me dejaba en paz.-

-Ya veo.-

Tras un rato de silencio le digo:

-Oye, no quiero ser impertinente pero si no me dices donde dejarte me voy a quedar sin gasolina.-

-Lo siento.- se disculpa y me da una dirección.

La llevo hasta allí y paro en la entrada.

-Espero que aquí estés más segura. Si no me quedo por si acaso necesitas escaparte de nuevo.-

-Tranquilo.- me sonríe.- Es mi casa. Muchas gracias por todo, por cierto, me llamo Elena.-

-Yo Hugo, encantado.- le tiendo la mano y ella me corresponde el saludo.

Nos despedimos con otra sonrisa y ella entra en la casa. Luego yo me marcho. 

Amor infinitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora