*Narra Elena*
Lo echo de menos.
Sé que fui yo la que le pedí tiempo a él. Sé que fui yo la que dijo que no podía pero le echo de menos.
Cada mañana que me levanto desde ese día me imagino que todo vuelve a estar como antes, me imagino que seguimos bien, que él sigue a mi lado, pero sé que no es así, ¿que está ahí, que me está esperando? Sí, pero yo no puedo todavía.
Intento mandarle mensajes pero mi mente se cierra y es incapaz de escribir, y cuando lo escribe es incapaz de mandarlo.
Lo echo mucho de menos.
*Narra Hugo*
Por muy increible que parezca mi madre está estos días más feliz que nunca. Jamás la había visto cantar mientras cocina, o salir todos los días a "tomar algo".
Tengo que admitir que cada día me fio más de él. Ya lo conozco mejor: sé que se llama Marc, que es extranjero pero no recuerdo el país. Sé que estudió marqueting y que trabaja para la misma empresa que mi madre, solo que de una forma distinta. Sé que viaja mucho y que sabe varios idiomas, que tiene dinero y que pretende tener un proyecto de futuro en el que, según especificó: "tú chaval estás incluido" (palabras textuales).
Sigue sin gustarme su forma de tratarme, como si fuera un adolescente a que le va a comprar una Play y varios juegos para comprar su admiración, pero no va a ser así.
Aún así, tengo que admitir que ha conseguido una parte de mi confianza, ya que trata a mi madre como si fuera una reina: la lleva a cenar, siempre le pregunta por mi, la acompaña siempre que tiene algo que hacer, siempre que está en casa es él el que hace la comida y se la lleva a mi madre ( a veces incluso a mi ).
Aparte de eso las cosas siguen igual entre Elena y yo. No quiero llamarla ni mandarñe ningún mensaje porque no quiero agobiarla o molestarla, así que decido dejarla tranquila el tiempo que necesite para poder estar bien en algún momento.
Las horas de trabajo son las que peor llevo estos últimos días. Cada día se acomulan mas errores que arreglar en ordenadores y cosas así, y mis ganas de trabajar son escasas. Aún así no soy el que más trabaja de aquí, ya que todo el mundo está trabajando un montón estos días para una especie de evento o algo así que se ha organizado.
Y salido varias veces con mis amigos para despejarme, y no he vuelto a ver a esa chica desde la fiesta, tampoco quiero verla.
La noche que Elena me llamó, después de dos semanas, estaba medio dormido viendo la televisión. Al mirar el teléfono casi me da algo al leer su nombre en la pantalla.
-Hola.- contesto aliviado pero a la vez nervioso.
-Hola.- me contesta con dulcura.
Su voz a vuelto a la normalidad. Ya no es seca y dolida, ahora vuelve a ser esa voz dulce y cariñosa que me hablaba antes y me animaba.No se qué decirle, así que espero a que ella hable.
-¿Cómo has estado estos días Hugo?-
-Bien.- no quiero mentirle.- Pero he pensado mucho en lo ocurrido.-
-Yo también, y por eso te llamo.-
Nos quedamos en silencio unos segundos.
-Siento si te pillo ocupado o de improvisto, no quería pensarlo, simplemente llamé.-
-Tranquila, no estoy haciendo nada, y me encanta volver a escucharte.-
-Gracias.- noto que sonríe.
-No tienes que darlas.- sonrío yo también.
-¿Crees que debemos hablar de lo ocurrido?-
-Si quieres, por supuesto.-
-Hugo, creo...-
-¿Si?-
-Me da igual lo que pasara, te perdono.-
Me quedo en shock.
-¿Hola?- pregunta
-Sí sí, perdón es que no me lo esperaba.-
-Lo sé, es que me he dado cuenta de que no sirve de nada averiguar que pasó, lo hiciste sin querer, te quiero y confío en ti, y eso es lo que importa.-
-Claro.-
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Amor infinito
Romantik¿Qué pasaría si te chocaras con el amor de tu vida tan casualmente por la calle? Esta es la historia de Hugo y Elena, dos chicos que por casualidad se conocieron un día y tuvieron una historia de amor muy peculiar llena de amor, risas y algunos mome...