*Narra Hugo*
Me daba miedo leer la carta, no sabía que me iba a encontrar y mucho menos como reaccionaría Elena al escucharla. No sabía que hacer si se derrumbaba.
Hola hija - comienzo a leer.- Sé que ha pasado mucho tiempo desde nuestro último contacto. Te he echado de menos. No soportaba la idea de estar separada de ti y de tu madre.
Elena puso mala cara.
-¿Quieres que siga?-
-Sí.-
Durante el tiempo que ha pasado siempre me he preguntado como podría volver a ponerme en contacto con vosotras, pero... nunca tuve valor de hacer ninguna de las cosas que pensé. No quiero que me malinterpretes Elena, sé que no vas a perdonarme, pero quería explicarte lo ocurrido y al menos intentar que me entiendas.
En la carta había un espacio y aproveché para parar y mirar a Elena, estaba mirando por la ventana del coche con los brazos cruzados y la cara muy seria.
Hija, jamás quise abandonaros.- ¿¡QUÉ?! ¿Las había abandonado literalmente? - Pero no estaba seguro de que hacer. Me encontré en una situación difícil para mi y no quería hacer daño a nadie. Tuve que pensar mucho antes de irme, no quería, pero tampoco podía dejar sola a Alicia, compréndelo hija, todo lo que hice lo hice por el bien de todos.
Me pone la mano en la pierna y paro.
-¿Estás bien?-
-No sigas.-
Doblo la carta y la suelto a un lado. La abrazo.
-No te preocupes.- le digo.
-Gracias.-
Nunca me imaginé que una chica como ella, tan alegre, pudiera tener un pasado tan duro como ese.
*Narra Elena*
-¿Qué crees que pretende con esa carta?- le pregunto.
-No lo conozco Elena.-
-Ya... pero...-
-Puede que lo estés juzgando mal.-
-¿Tú crees?-
-¿Crees que si intentara dañaros se esforzaría tanto en escribiros a todos?-
-La verdad es que no.-
-¿Ves?-
-Pero...-
-Yo creo que solo quiere sentirse mejor, que solo quiere arreglar un poco lo ocurrido.-
-Ya.-
-Elena, se que eso no lo hace ser una buena persona, pero al menos se merece que no lo odies tanto.-
-¿Por qué?
-Porque es tu padre Elena.-
-¿Tú perdonarías al tuyo?-
Al instante de preguntar eso me arrepentí. Su cara cambió completamente y se volvió muy seria.
-Lo siento, yo...-
-No, da igual.-
Mira hacia delante durante unos segundos y yo me quedo callada, no se que decir.
Al rato comienza a conducir otra vez. Sigo sin decir nada
Todo el trayecto de vuelta se hace en silencio. Cuando llegamos a la puerta de mi casa él aparca.
-Hugo...-
-Da igual.-
-Pero...-
-Da igual.-
Silencio
-Olvídalo, yo haré lo mismo.-
-Vale.-
-Adiós.-
-Adiós.-
No se gira para besarme, ni siquiera me mira. En cuanto cierro la puerta arranca el coche y se va.
No vuelvo a saber nada de él hasta dos días más tarde, que me contestó a mis mensajes de esa noche.
ESTÁS LEYENDO
Amor infinito
Romance¿Qué pasaría si te chocaras con el amor de tu vida tan casualmente por la calle? Esta es la historia de Hugo y Elena, dos chicos que por casualidad se conocieron un día y tuvieron una historia de amor muy peculiar llena de amor, risas y algunos mome...