Aroma

1K 62 0
                                    

*Narra Elena*

Aún puedo oler su olor en la ropa que llevé anoche. Después de estar tumbados juntos se quedó el olor a su perfume y a él.

Ese olor. Me encanta.

La noche fue mágica, pero sigo sin quitarme las palabras de Ángela de la cabeza. Me duele que me dijera eso y no sé que hacer, si hablarle para pedirle una explicación o dejarla en paz.

Ángela era mi mejor amiga en estos últimos meses, ella me ha aconsejado siempre, nos hemos divertido muchísimo, nos lo hemos contado todo, ¿es que nada de esa relación de amistad que teníamos era verdad? ¿Acaso le importo una mierda? No lo entiendo, y ya no tengo a ninguna amiga de confianza a mi lado, y eso duele también. 

Intento que eso no me afecte, aunque es una tarea difícil.

Mi madre me llama para que baje.

Cuando llego al salón está sentada con un montón de papeles delante y con una cara no muy buena.

-¿Pasa algo mamá?-

-Siéntate cielo.-

-¿Debo asustarme?-

-No... no se.-

Me siento a su lado y me tiende una carta. 

-Léela.-

Comienzo a leerla y veo que está escrita a mano y es de... mi padre.

-¿Qué es esto mamá?-

-Ayer llegó un paquete de una dirección que no conocía y no tenía nombre, al abrirlo me encontré todas estas cosas.- dijo señalando los papeles.

-¿Qué son?- 

-Cartas, a diferentes personas de la familia y con diferentes palabras.-

-¿Por qué ha hecho esto?-

-En modo de disculpa, ¿no?-

- O en modo de "quiero quedar bien después de ser un capullo".-

-¡ELENA!-

-Perdón.-

Me tiende una carta.

-Esta es para ti.-

-No quiero leerlo.-

-Elena, por favor.-

-¿Por qué debería hacerlo?-

-¿Por qué es tu padre?-

-¿Cuándo se ha comportado como padre?-

-Elena.-

-¡Estoy harta de que lo defiendas!- me mira sorprendida.- Se comportó con nosotras fatal y aún así crees que se merece el perdón. ¿Por qué?-

-Porque es tu padre.-

-Eres tonta.-

Y salí corriendo de ahí.


Cuando subí a mi habitación pegué un portazo. Cogí el móvil y llamé a Hugo. 

-Hola.- contesta alegre.

-Ayuda.- digo entre lágrimas.

-¿Qué te pasa?- su tono cambió a preocupación.

-¿Puedes venir a recogerme?-

-Claro, estoy ahí en cinco minutos.-


Cuando Hugo llegó yo ya estaba esperándolo. Al volver a bajar no vi a mi madre, la busqué y estaba en su habitación con las cartas, clasificándolas. Seguramente para enviarlas. Me despedi y dije que volvería luego y no dijo nada.

-¿Me puedes explicar ahora qué ha pasado?-

-Estoy ha pasado.- digo levantando la carta.

-¿Qué es eso?-

-Una carta de mi padre.-

-Vaya...-

-¿Puedo hacerte una pregunta?-

-Claro.-

-¿Es un poco personal Hugo?-

-Adelante.-

-¿Leerías una carta de tu padre después de lo ocurrido?-

-Ehm buena pregunta.-

-Es que tengo la sensación de que si la leo estoy cayendo en sus redes.-

-¿Sus redes?-

-Es el truco de mi padre. Cuando hacía algo malo te daba algo bonito para que lo perdonaras y olvidaras lo que había ocurrido.-

-Vaya...-

-Sí, era así.-

-No se, si no te sientes segura, no la leas.-

-¿Y si es importante?-

-Pues léela.-

-Es que no quiero.-

-Pues tírala.-

-Pero...-

Elena, o una cosa y otra... elige.-

Miro la carta.

-¿Puedes leerla en alto para mi?-

-Claro.- 

Aparca el coche unos minutos después y le tiendo la carta.

-¿Estás preparada?-

-Creo que sí.-

Me da la mano y me besa.

-Eres increíble.- le digo.

-Tú sí que eres increíble.-


Amor infinitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora