Momentos de paz.

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*Narra Elena*

Me levanto del sofá, por la hora que es intuyo que he dormido unas dos horas. Recojo todo lo que tengo por medio y subo a mi habitación. Suelto las cosas de la universidad y me tumbo en la cama. Apoyo la cabeza sobre la almohada e inconscientemente me pongo a llorar. Quizás por presión, quizás por miedo, quizás por decepción... no lo sé pero lloro.

Para la hora que vuelve mi madre yo estaba más tranquila pero sin ganas de nada.

-Hola cielo.- mi madre siempre me busca en mi habitación al volver a casa.- ¿Cómo estás?- me ve la cara y se acerca a la cama. Tiene un don para hacerme sonreír. Me acaricia el pelo y me pone esa cara tan alegre que es imposible negarle una sonrisa.

-Abajo tenemos las bolsas con la comida. He comprado un poco de todo lo que nos gusta.- me hace un gesto para que me levante.- Cena especial.-

-¿Especial? ¿Por qué?-

-Porque tengo algo que contarte.- 

Esa expresión, esa cara de felicidad, todo en ella es demasiado alegre, más de lo normal, y me asusta.

-¿Contarme algo? ¿Pero el qué?-

*Narra Hugo* 

Después de que mi padre se marchara por fin mi madre entró en casa para asegurarse de que estaba bien. Aún no comprendo que hace su compañero de trabajo aquí, ¿estarían haciendo algo juntos? En ese caso, ¿por qué vienen en coches separados? 

Mi madre corre a abrazarme como si hubiera estado en peligro de muerte o algo. 

-Estoy bien, no te preocupes.-

Me lanza una mirada de inspección y articula un "tengo que volver al trabajo, llámame si pasa algo" y se marcha de nuevo.

Empecé a reflexionar sobre todo lo que había pasado y me doy cuenta de algo. Cuando le cerré la puerta a mi padre tuve miedo y salí corriendo a mi habitación pero por alguna extraña razón no enmendé mis pasos y dejé que me chillará. Por primera vez en mi vida conseguí hacerle cara a mi padre. Por primera vez en mi vida... me vengué por lo que hizo.


Me doy una ducha relajante y olvido todo lo que ha pasado hoy. No quiero pensar más, no sirve de nada hacerlo. 

Tras salir de la ducha cojo algo de comida y me encierro en mi habitación, en el móvil tengo un mensaje de mi madre: "No me esperes despierta, demasiado trabajo. Te quiero." Sí claro, demasiado trabajo con tu "compañero". 

*Narra Elena*

A la mañana siguiente me levanto con tranquilidad. Hoy no hay clases así que no tengo nada que hacer. Inspecciono el cuarto y veo que todo está más o menos recogido así que me doy media vuelta e intento dormirme de nuevo.

Al cabo de un rato decido espabilarme y me salgo de la cama. Bajo las escaleras en busca de mi madre, no está pero hay una nota: "He ido a hacer la compra". Me preparo algo para desayunar y subo a mi habitación. Aprovechando el tiempo libre que tengo enciendo el ordenador y me pongo a navegar un poco. Normalmente busco becas para poder estudiar en el extranjero, es mi sueño desde hace mucho tiempo y teniendo en cuenta que la beca que ofrecía mi universidad depende de mi nota en ese trabajo mejor busco otra cosa. 

Para la hora de comer ya tengo unas diez páginas distintas y una llamada perdida de mi madre. Cuando voy a llamarla escucho que está aparcando en la entrada. 

Salgo a ayudarla con la compra.

*Narra Hugo*

Un nuevo día. La gloria más maravillosa es saber que hay paz por fin en mi casa. Me levanto y mi madre está haciendo el desayuno. Hoy no tiene que trabajar, es Sábado. 

-Hola cariño.- me saluda con una sonrisa. Se nota que está más tranquila ahora.

Antes, cuando mis padres se divorciaron y en el acuerdo quedó que tanto mi hermano como yo quedábamos en custodia de nuestra madre me alegre pero desde ese año en adelante mi hermano cambió. Comenzó a estar cerca de gente demasiado rara y a meterse en problemas. Dejó los estudios y se comportaba fatal en casa. Mi madre tuvo que llamar un día a la policía porque quería pegarle. Desde entonces se estableció el trato de que si volvía a hacerlo se iría con mi padre. 

Sinceramente me da pena pero no mucha, sé que con mi padre será feliz: nadie que le mande, que lo obligue a hacer cosas... pero adiós a educación, adiós a trabajo, adiós a futuro para él. Pero bueno, ese no es mi problema. 

Sé que no soy el más indicado para hablar de futuro cuando terminé el instituto y dejé de estudiar pero yo empecé a trabajar. Ahora mismo estoy de vacaciones, pero normalmente soy informático en una revista. Me dedico a hacer que todos los ordenadores funcionen y que no se filtre información. Tengo vacaciones tres veces al año, o más dependiendo de las horas trabajadas, en mi caso tengo dos semanas de vacaciones por las horas trabajadas. Es un trabajo que me gusta mucho y que me da para mis cosas por lo que no me importa hacer horas. 

Dejo de pensar en todo eso y decido tomarme el día de relax. Después de todo el lío de ayer creo que es lo indicado. 

Ayudo a mi madre a preparar el desayuno y cuando hemos terminado con todo ella sale a casa de mi abuela. Yo me quedo en la casa y me pongo a ver la tele. 


Amor infinitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora