"Sólo una chica más"

"Atrevido"

Lunes 28 de Marzo.

Llega tarde ¿Pero le importa? No.

Está ahí parado frente a todos nosotros por llegada tardía. Al menos ya está por aqui ¿no?

La directora ronda como si él estuviera a punto de realizar una estupidez y, en efecto, todo el mundo nota que planea hacer una estupidez.

¿Por qué no lo hace?

La directora no es la que lo detiene.

Soy yo.

Sus ojos brillantes fijos a los míos esperan una señal. Una señal que no va a llegar porque todo cambia.

Nuestras miradas de desafío hacen que los demás se inquieten. Notan que sucede algo y comienzan a murmurar. Yo evito sonreír. Natsu mira de la misma manera que a mí a la directora.

Ella se queda perpleja.

-¿Ya va a terminar con su circo?

Se pone roja de la rabia -Váyase a su lugar, maleduc... - y se le apaga la voz.

Cuidado con lo que le dices a este niño, Natsu sabe transformar tus palabras en armas.

Se cruza conmigo y nos chocamos. De repente siento ganas de mirarlo y reír pero me abstengo. No entiendo a qué va este juego, pero me encanta.

Pasamos a nuestras aulas y él me sigue de cerca. Lo siento atrás y empiezo a caminar más rápido. Creo que lo nota porque me toma de la muñeca y me jala de la multitud para abrazarme.

-Hola mi amor, mi cielo, mis estrellas...

-Hola... Lo siento. A mi lo tierno me sale un asco.

-Lo sé. Por eso uno de los debe ser tierno -entrelaza sus dedos detrás de mi espalda atrayéndome a él- y creo que puedo hacerlo.

Le sonrío y su mirada se endulza.

-Natsu, aquí no. Debemos entrar a clases.

-Sólo un ratito. Ni diez minutos.

-¡Con un minuto es suficiente!

Se acerca sonriente -Nunca es suficiente.

Sus labios descienden sobre los míos y los acaricia tan dulcemente que me estremezco. Su lengua roza la mía y su respiración se acelera, me muerde muy fuerte el labio inferior.

Profundiza el beso mucho más inclinando su cabeza y atrayendo mi cadera a la suya. Dios, vaya que sí sabe besar.

No puedo evitar abrazarlo por el cuello pero nos alejamos al instante a escuchar pasos subir las escaleras. Me besa la cabeza y me toma de la mano arrastrándome rápido al curso.

Abrimos la puerta y los ojos de todos hacen que me ponga nerviosa.

-Wow Natsu, no sabía que eras tan necesitado.

-Necesitado estás tú cuando te encierras en tu baño con Manuela.

Le hace un gesto con la mano que no puedo evitar golpearme la frente. En serio está en su ADN ser tan... ugh.

Me siento en un lugar vacío y coloco mis cuadernos en el pupitre esperando que el idiota no... se ubique a mi lado. No se rinde.

-¿Qué haremos hoy, mi amor?

-¿Estudiar?

-A veces me sorprende cómo matas el ambiente.

-Vaya, pensamos igual.