Con una desesperación impropia de él, toma mis labios. Su lengua arrasa toda mi boca mientras sus manos me sujetan la cadera. Mis dedos pasan de su nuca a sus cabellos haciendo que gruña contra mí.
Se separa y me mira serio—Entra al auto.
Sí, esto es lo que yo quería.
Entro a la cabina del auto y Nat me sigue. Se sienta en el medio y sus ojos verdes caen sobre mi. Me siento sobre él y lo escucho suspirar. Me aprieta contra él y lo siento allí abajo.
—Ah, Nat —suelto y él me toma de trasero sujetandome más fuerte mientras se inclina hacia mí.
—¿Esto es lo que querías Luce?
—Ajá —digo rozando sus labios.
—¿Quieres más? —dice y yo me empiezo a mover sobre él y mi pecho se enciende al ver sus rostro relajarse debido a mi.
—Sí Nat —digo y le lamo los labios mientras lo recuesto por el asiento.
—Quítate el vaquero.
Asiento. Me pongo a su lado desabrochando mi botón mientras no dejo de mirarlo. Sus ojos no se apartan de mis manos y siguen todos mis movimientos. Cuando me lo quito por completo tira de mi otra vez para ponerme sobre él.
Sus manos trazan todo mis muslos hasta llegar a mi trasero y, debido a su short de playa, lo siento tan contra mío. Siento sus dedos entrar y salir por el borde de mi ropa interior haciendo que mueva las caderas inconscientemente.
Empiezo a gemir frente a él mientras me muevo por los espasmos de placer que me genera y lo siento cada vez más perdido en mi, fascinandome.
—Natsu.
—¿Qué? —su voz gruesa hace que me muerda el labio inferior.
—Tócame más.
Sus manos ascienden entonces por mi espalda hasta mi sujetador. Lo rodea hasta tomar en sus manos mis pechos y yo no puedo evitar gemir y cerrar las piernas contra él. Los aprieta y pierdo la cabeza. Observa cómo abro la boca y exhalo corto. Dios Natsu, quiero todo de ti. Todo. Dame más. Tócame más.
Tomo el borde de mi remera y me lo paso por la cabeza. Nat se aparta para darme espacio y agarra la remera para ponerla a un lado. No puedo evitar tomar su rostro y pasar mis manos por sus sienes hasta sus cabellos. Dame tus labios Natsu, los quiero ahora.
Oyendo mis pensamientos se acerca a besarme despacio, tan sensualmente que me separo un momento para exhalar de vuelta. Gimo un poco y Natsu se abalanza contra mí. Su pecho choca contra el mío haciendose paso por mi boca mientras me aprieta la cadera. Mis manos caen a su cuello y se deslizan por su espalda.
—Ah, Nat. Sí, me gusta.
—¿Sí?
—Ah, sí. Um-hm.
Me muerde los labios mientras vuelve a tocar mi sujetador por detrás. Baja y sube varias veces con sus manos extendidas registrando todo mi cuerpo.
—Sácalos Natsu —digo en su oído y sus manos suben rápido hasta ahí. Los desabrocha y yo me inclino otra vez mientras me los quito. Natsu se desliza, cayendo más en el asiento dejando mis pechos caer sobre él.
—Gran puta —suelta y sin advertencia toma mis pechos y los aprieta.
—¡Ah! —lo jalo del cabello comiéndome de vuelta sus labios que él me los regala hambriento.
—Mierda Lucy, me voy a volver loco —dice sobre mis labios cayendo sus manos dentro de mi ropa interior moldeando mi trasero.
—Cómeme Natsu.
—¿Eh? —dice mientras gruñe y me sujeta más fuerte contra él. Le gimo en la boca mientras no puedo mantener el rostro del placer, está tan duro y tan cerca. Lo quiero. Lo quiero ya.
—Quiero que me comas —digo y me empiezo a mover contra él. Abre la boca y sus cejas se unen un momento del espasmo. Entonces tomo su rostro y lo acerco a mi sin besarlo.
Empiezo a gemir al mover las caderas y él empieza a exhalar más fuerte. Ahí, sí, ahí me gusta. Me muerdo los labios frente a él y él pega su frente contra la mía. Cada vez que me presiono contra él, me aprieta más fuerte y me mantiene un corto tiempo firme contra él. ¿Sería así cuando me cojas Nat? ¿Así de fuerte contra mis caderas? Me da una nalgada y gimo ante la impresión.
Lo hago más rápido y su mandíbula se tensa. Con más rudeza me oprime y embiste cuando me ve morder el labio inferior de la impotencia.—Ah, Nat, sí. Así. Sí. Hm.
—Luce, me voy a venir. Para.
—No.
—Luce.
Quiero que lo haga, quiero que se venga. Quiero que lo haga pensando en mí. Quiero verlo venirse. No me detengo y lo hago más rápido. Él me sujeta sin mucha fuerza mientras lleva la cabeza para atrás contra el asiento. No lo dejo ir y le lamo los labios antes de morder el inferior. Lo veo inhalar y exhalar varias veces hasta que exhala fuerte y lo siento relajarse.
—Detente. Me vine.
Hago lo que me dice y deslizo mis manos sobre sus brazos hasta las suyas. Las aprieto y él hace lo mismo con mis nalgas. Bajo la vista y puedo ver algo húmedo en sus shorts. Victoria.
Él observa mi rostro mientras busca respirar y luego se acerca a besarme. El beso es tan tierno que lo abrazo por el cuello mientras me tiendo sobre él.—Te amo Nat, mucho mucho —digo feliz y empiezo a darle picos.
—Yo también te amo mi Luce — dice recibiendo mis mimos mientras vuelve a acariciarme la espalda —mucho mucho.
Nos quedamos mirándonos un momento. El analiza todo mi rostro bajando por mi cuello a mis pechos. Me acurruco en sus brazos y le beso el cuello. Él suspira y se lleva una mano al rostro.
—Ya sabía que me ibas a violar tarde o temprano.
Le doy un zape en el brazo —Aún no lo hice... bien.
Siento su confusión un momento y evito que encuentre mi rostro.
—Bueno, pues eso no será hoy porque necesito que estés bien para la cena con papá. Aún cuando tenga unas ganas de saborearte toda no quiero que andes incómoda hoy.
—¿Y si yo sí quiero? —lo miro a los ojos.
Se me queda viendo —Pues... Tampoco quiero hacerlo la primera vez en la camioneta. Hagámoslo bien ¿sí?
Mmm, no me importa mucho que sea aquí.
Como me ve pensando dice —Es tu primera vez, ¿cierto? —asiento—Con más razón. No quiero que recuerdes tu primera vez en esta chatarra. Cuando pienses en eso, quiero que lo recuerdes bien.
—¿Qué no las primeras veces están sobrevaloradas?
—Quizás, pero en este tiempo en que lo sobrevaloran es en la que tú estás y me corresponde hacerlo bien. Es más, eres una sobreanalizadora y te arrepentirás después si lo haces así nada más.
Le miro mal.
—¿Y si vamos a un—
—No.
—Nat.
—Luce.
Le levanto una ceja.
—Dame un beso que tengo mucha sed.
Gustosa me hago dueña de esos labios que me vuelven loca mientras me robo la sonrisa que estaba formándose con ellos.
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"Sólo una chica más"
Fiksi PenggemarMi vida era tan simple, tan común y lo amaba. Oh Dios Mío, no tienes idea de cuánto. Era tan feliz aún cuando cargaba con mi pasado. Era extraordinariamente feliz hasta que... apareció él. No, ni tienes idea. Ni te imaginas la locura en la que trans...