"Sólo una chica más"

"Encuentro"

Estuve a punto de decirle a los chicos que me mudaba de colegio pero no me atreví. No quería arruinar el sentimiento que tenía en mi pecho en ese momento.

¿Ellos serían capaz de dejarme atrás luego de mudarme de colegio?

No sería raro si pasara. Cambiaremos de ambiente, no tendremos mucho de qué hablar, los días pasarán y nos volveremos distantes.
No me defenderían en otra ocasión como lo hicieron esa noche, no sabrían si defenderme ya que no sabrán lo suficiente de mi.

Es así, así funciona esta sociedad. Si no forma parte de tu vida diaria, es un extraño. Conocido. Una persona más con quien compartiste algo y siguieron adelante.

Mi corazón se encoge mientras observo el ventilador de techo de mi pieza girar una y otra vez. Como yo.

Girando, girando en mis pensamientos. En mis acciones. En mi vida.

¿Dejarán de ser mis grandes amigos si nos separamos? ¿Dejaremos de reunirnos y reír? ¿Dejarán de gritarme por las calles al verme y abrazarme con cariño sincero?
¿Serían capaces?

Mi telefono vibra a mi lado y lo reviso. Mi corazón lanza grititos cada vez que veo el nombre de Natsu en el chat.
También recuerdo lo de anoche, ese momento en que mi mente se unió con mi cuerpo, dejando dominar el tacto.

Me había sentido tan bien y quería más de él. Quería dominar sus labios, sus manos, sus cabellos, su respiración, su alma.
La palabra dominar nunca me había gustado. Era sinónimo de pertenencia, y a mí me gustaba sentirme libre sin ser posesión de alguien de alguna manera.

La palabra dominar es, para mi, sinónimo de control a lo salvaje. Y lo salvaje en mi vida siempre fue evitado. Era terreno desconocido y no me agradaba transitar en caminos inciertos.
Control a lo salvaje es reconocer y tener información de ello, por lo que significaría tener que adentrarme a ese camino lleno de precipios y arenas movedizas.

El amor era algo salvaje.

Y el amor no puede ser controlado.

Es por eso que mi corazón se cierra tanto a la idea de enamorarme, pero no hay marcha atrás. Me he enamorado de Natsu y él lo sabe, lo cuál es catastrofico para mí.

Y el de mí, lo cual también es catastrófico para él.

Elevo una oración al cielo para que me ayude a mantenerme cuerda, a controlar lo salvaje, a mi lado salvaje... que no conozco.

Suspiro. Mi cumpleaños se está acercando y me siento un poco emocionada por tener 18.

Bueno demasiado emocionada.

Río sola mientras estoy acostada boca arriba mirando el techo de mi habitación. Hubiera deseado con todo mi corazón irme de viaje un tiempo si total iba a volver luego de 5 rápidos años.

Para Natsu eso sería eterno.

Me siento en la cama y pego mi espalda a la pared. ¿Es esto lo mejor? Osea, me encanta estar con Natsu, lo amo pero... pero me hubiera gustado ir a estudiar afuera.

Estuve estudiando tantos años para ir.

Doy advertencia que no es él, que son mis padres lo que no pueden pagarlo. Que él no tiene nada que ver con el asunto.

Mi celular vibra a mi lado. Nunca lo pongo en sonido porque no quiero que mis padres me llamen la atención.

Es Natsu.

Natsu
"-Hey, ¿tienes planes para hoy? ¿Quieres ir al cine?"

Sonrío al ver su propuesta. La verdad me encantaría.