Mi cabeza daba vueltas, y no necesariamente por lo nerviosa que estaba por tener que hablar con Zeref sino que...la clase ha declarado la guerra.
Papelitos vuelan además de avioncitos hechos del mismo material, borradores, lápices y cuadernos. Todo vale si es capaz de tirarlo al otro grupo frente a la pizarra. No sé cómo aún ninguno me ha dado al igual que Erza. Levy y Juvia se esconden y cada rato esquivan uno que otro proyectil.
Las demás se divierten y hacen el contraataque, causando más desastres.
Las voces suben creando un ambiente asfixiante. Trato de mejorar mi estado de ánimo escuchando los auriculares, sé que está prohibido, pero no hay opción. Prefiero quedarme sorda por música que escuchar "Jodete Maricón" "Cierra la boca hijo de puta" "¿A quién dices hijo de puta? ¡Malparido!"
Me voy a volver loca.
El profesor no hace más que copiar lecciones en el pizarrón sin descanso dejándome más sin aliento. Necesito respirar...Creo que me desvaneceré...
-¡Chicos! -grita el profesor. Despertándome -¡Los quiero en silencio a todos! La clase es pequeña, las voces retumban por todo ella! Cualquier pequeño ruido es capaz de escucharse, y ustedes que solo empiezan a gritar es mucho más desesperante. ¡Los mandaré a mitad a la dirección si no cierran la boca!
La clase queda en silencio y agradezco a Dios por oír mis súplicas.
Pero como era de esperarse, empiezan los murmullos. Luego alguien sube la voz y todo empieza de nuevo.
De seguro, hoy no es mi día.
-¡Cuidado!
Volteó violentamente hacia la voz cuando veo a Zeref salvarme de un borrador. ¿Se supone que es mi héroe?
-Gracias- Dije soltando un suspiro.
-No hay de qué. Cualquier cosa para ayudar.
Eso no me lo esperaba. Es muy amable.
<<Concéntrate>>
Solo le lancé una sonrisa de cortesía.
-Dentro de unos minutos el timbre marcará la salida, mejor lo espero aquí contigo- Se sienta a mi lado.
Genial, los nervios solo aumentan. ¿Por qué debería de ponerme nerviosa? No es que..
No. No es así.
Esperé a que el timbre sonara y así poder tener esa estúpida charla y luego irme a mi casa. Ya no aguanto más.
Y sucede.
Una multitud que casi arrasa con todo sale despavorido por la puerta. Alguien no actúa normal entre la multitud. Natsu.
Queda preparando su mochila sin apuro, mientras que Zeref lo mira atentamente. Él lo termina y voltea hacia nosotros. Repara en mí.
Me observa molesto y abre la puerta, saliéndose de mi visión.
Zeref suspira -Al fin ya se fue, pensé que no se iría. De verdad que va en serio.
Lo mire desconcertada -¿Va en serio? ¿De qué hablas?
-Escucha Lucy -toma mi mano haciendo que me sorprenda- eres una chica hermosa, culta y llena de valores; te acabo de conocer y puedo decir que eres una persona increíble. Lo que quiero decir es...que quiero que te cuides.
-¿Qué? Espera- traté de no sonrojarme.
-Hay muchos chicos detrás de ti en el colegio y te están observando. Cada movimiento, cada gesto que haces-Te lo diré directamente: No caigas en su juego. No tendrán compasión.
-¿Por que me dices esto? Qué-
-Porque cierta persona te tiene en la mira. Escucha, eres una chica diferente. Yo lo he notado, no eres como las demás. Es por eso, que la mayoría tiene los ojos puestos en ti y quieren agregarte en su lista.
-Pero qué-¡¿Qué es lo que se creen?!-.
-Tranquila -sonríe-enojándote conmigo no lograrás nada.
-Lo siento.
-Tranquila...-me observa fijamente y me acaricia la mejilla.
Sus ojos negros tan profundos, tan fríos. Sentía que me congelaba al verlos cada vez más. Parecían tener un poder sobre mí.
Lo vi acercarse y mi corazón dio un vuelco.
-¿No creen que ya es tarde?
Como si me escapara de su hechizo, volteé a ver.
Natsu estaba parado allí echando humo por los oídos. Creí ver en sus ojos un fuego abrasador que parecía querer hacer cenizas a mi compañero. ¿Será mi imaginación?
Zeref sólo bufa -¿Qué no te habías ido?
-Te estaba esperando compañero- Dijo rechinando los dientes mientras una vena salía de su frente.
¿Es que acaso yo inventaba lo que quería ver o esto estaba sucediendo?
Natsu cayó en cuenta de nuestras manos y sus cejas formaron una perfecta V. Se acercó a nosotros.
-Creo que llevaré a Lucy a su casa- Tomó mi mano, jalándome a su pecho.
Mi mente quedó en blanco.
-Puedo llevarla yo sin problemas. ¿No era que me estabas esperando?
El rostro de furia que puso Natsu quedará grabada en mi mente -No, no lo haré más. La llevaré conmigo.
-Oigan-no pude terminar porque Natsu apretó mi mano con fuerza.
-Vámonos Lucy- Me estiró con violencia hacia la puerta y salimos de la clase.
Caminamos así bajando las escaleras hasta que llegamos frente al colegio.
-Natsu qué estás-
-¡Cállate y camina!- Me susurró.
Volteé hacia el colegio y Zeref nos observaba divertido. ¡¿Qué es lo que esta pasado?!
-¡Natsu! ¡Háblame! Qué es lo que te-
-¿Puedes cerrar tu boca un minuto hasta que lleguemos a la esquina?
Me sobre exalte - D-De acuerdo.
Apenas llegamos me suelta la mano -¡Bien!
Lo miro tratando de poder ingresar a su mente para saber en qué demonios es lo que está pensando.-Qué-
Camina alejándose de mí.
-¡¿¡Natsu!?! ¡¿Qué estás haciendo?! ¡Oye!
A lo lejos veo como levanta la mano...y saca el dedo del medio.
No comprendo.
No comprendo qué sucede.
Apenas es el primer día y ocurre esto.
¿Qué es lo que trama? ¿En qué es lo que piensa?
¡¿Cuál es el maldito problema con él?!
Me trata mal y lo disfruta, pero no lo hace cuando los demás se burlan de mí. A veces, siento que trata de acercarse a mí pero luego sucede lo contrario.
Ahora mismo parecía celoso, me saca del colegio hecho una furia y al poco tiempo me deja sola y para coronarlo me...enseña el dedo.
¿Por qué no puedo odiarlo? ¿Por qué no puedo dejarlo atrás?
¿Por qué siempre está ahí?
No lo soporto.
No te soporto Natsu Dragneel.
Eres un idiota.
No debería de estar sufriendo por ti. No vales la pena.
Me enseñaré a mi misma a no amarlo más. Es mi meta este año.
Y si es necesario, me haré yo misma daño. Porque de todas maneras…Saldré lastimada.
¡Ya verás Natsu Dragneel! No soy una de esas idiotas.
Prepárate.
ESTÁS LEYENDO
"Sólo una chica más"
ФанфикMi vida era tan simple, tan común y lo amaba. Oh Dios Mío, no tienes idea de cuánto. Era tan feliz aún cuando cargaba con mi pasado. Era extraordinariamente feliz hasta que... apareció él. No, ni tienes idea. Ni te imaginas la locura en la que trans...