¡Juqui!
ESPERO QUE OS GUSTE EL CAP, PORQUE ES MI FAVORITO DE TODOS LOS QUE HEMOS ESCRITO :)
Multimedia: Juan Carlos (izquierda) y Joaquín (derecha) en la cama. Ignorad que Joaquín lleva camiseta. (ya lo entenderéis)
Joaquín (POV)
Ya era la una de la mañana, y él no había vuelto. Me había pasado toda la tarde jugando a la consola, que me traje a escondidas, y ya estaba harto de tanto jugar. Además, el calor del ambiente, sumado al aire caliente que desprendía la consola, hizo que me inundara una sensación sofocante, y que sudara a mares.
-Me doy un baño y me acuesto.-dije para mí mismo en voz alta.-Ya estoy harto de esperarle como un tonto.
Entré en el enorme baño de la suite. El suelo era de mármol blanco, al igual que el del resto de la habitación. Las paredes eran de pizarra negra. Me dirigí a la enorme bañera blanca empotrada en la pared del fondo. Comencé a llenarla de agua fría, y mientras tanto me desnudé y doblé cuidadosamente mi ropa, para posteriormente dejarla en mi parte del armario.
Entré de nuevo en el baño justo cuando la bañera estaba suficientemente llena de agua. Me metí cuidadosamente en ella, notando el refrescante efecto que inundó mi cuerpo. Encendí las burbujas y, tras un rato pensando en cual sal de baño podría utilizar, eché en el agua una de las pastillas de colores. El agua se volvió morada, y me envolvió un aroma a lavanda. Me sequé la mano con la toalla que tenía a mi derecha, en una estantería, y puse música con el móvil. Suspiré y me relajé mientras cantaba a todo pulmón 'Say something'. Modestias a parte, creo que se me da bastante bien cantar. De hecho, pertenecía al coro del instituto, y todo el mundo me elogiaba por mi voz. Lo dejé hace tiempo, pero esa es otra historia.
Mientras cantaba, y apagaba las burbujas, pues ya me estaba cansando de ellas, me pareció oír la puerta, pero lo ignoré.Juan Carlos (POV)
Después de que Javi se cayera del taburete y Alberto se lo llevara a cuestas devuelta al hotel, seguí bebiendo yo solo, en la barra, mientras me perdía en mi cabeza pensando en mis cosas. No tardé mucho en irme, pues noté que me estaban sirviendo agua, no alcohol. Instintivamente miré a la pista, donde Jaime y Leja se restregaban como si la vida les fuera en ello.
-Tsk, ¿y soy yo el que tengo que dejar de beber?-refunfuñé enfadado mientras me levantaba del taburete.
Me fui tambaleante, cruzando la calle hasta el hotel.
Lo veía todo borroso. Me fie de mi instinto y pulsé un botón al azar en el ascensor. Salí e intenté abrir una puerta cualquiera con la tarjeta-llave. Unos minutoa después, me abrió una malhumorada pareja de coreanos. Pedí disculpas como pude y subí al piso siguiente. Para mi buena suerte, era mi piso, y la puerta que escogí era la mía. Abrí con la tarjeta y cerré la puerta de un portazo. No distinguía la figura de Joaquín por ningún lado de la habitación. Avancé un poco más, y me detuve delante de una puerta cerrada. De ella, supuse que era la del baño, salía una voz dulce. Era masculina, pero clara y melodiosa. Me acerqué más a la puerta, para oír mejor.
-And I am, I'm feeling so small-decía la voz.
Abrí la puerta lentamente y me asomé dentro. La voz chocaba con las paredes haciendo un eco que armonizaba a la perfección con la melodía. Tan encantado que estaba con esa voz, no me di cuenta de que estaba entrando completamente en el baño, haciendo que la voz callara abruptamente (de golpe).
-¿J-juan Carlos?-dijo.-¿Q-que haces aquí?
Mi mirada se enfocó en la bañera. Aquella imagen me impactó. ¿Recordais que dije que lo veía todo borroso? Bueno, pues a él no. Era capaz de distinguir perfectamente su cuerpo. Su pelo mojado pegado a la frente, el notorio sonrojo en sus mejillas. Su piel blanca y brillante perlada por gotas de agua.
Verlo era como un salvavidas en el mundo de confusión que me rodeaba en aquel momento. Él resplandecía, como un rayo de luz en la oscuridad, como un punto blanco sobre un lienzo negro. Para mí, en aquel momento él era un regalo perfecto, como un ángel creado solo para mí.
Me acerqué lentamente a él. Me preguntaba que si podía salir de baño, y me miraba confundido. Cuando llegué a la bañera, me arrodillé junto a ella y sujeté su cara entre mis manos. Por un momento, me perdí en el mar verde azulado de sus ojos. Después, mi mirada bajó hasta sus labios, ligeramente carnosos y de un color rosa muy apetecible. María ya no existía para mí. Todos mis sentidos se centraban en él. Le besé, y los labios que me encontré eran tan dulces y adictivos que deberían estar prohibidos. Me separé de él para recuperar el aliento, y vi con ternura que Joaquín estaba completamente rojo.
-Que mono.-susurré.
Me miró sorprendido y me preguntó si estaba borracho. Yo lo ignoré y lo cogí en brazos, como a una princesa, sacándolo del agua. Me sorprendí al notar que no pesaba demasiado, y que su piel era suave y tersa.
-¿Q-que haces?-medio gritó.-¡Estoy desnudo!
Le miré mientras se aferraba a mi cuello para no caerse. Noté la misma sensación que cuando te sangra la nariz, y miré a otro lado. [Derrame nasaaal 7w7].
Salí del baño y le tiré encima de una de las camas. Me incliné sobre él y volví a besarle, esta vez con lengua. Sus labios se movían al compás de los míos. Coloqué mis manos a los lados de su cabeza, y el me acarró del cuello, tirando suavemente de mi pelo, y entrelazando sus dedos en él. Una de las veces que me separé para coger otra bocanada de aire, vi que una erección bastante notoria elevaba su entrepierna. Él siguió mi mirada y también la vio.
-¡Dios, lo siento!-dijo tapándose la cara con ambas manos, avergonzado.
Sonreí de lado y bajé hasta su entrepierna, donde comencé a lamer su erección. No por nada, si no que se veía muy apetecible. Él empezó a gemir bajo, mientras le temblaba todo el cuerpo de placer. Mordí suavemente la punta, haciendo que se sobresaltara levemente.
-¡Ah!-gritó muy sensualmente.
Me levanté un poco, de manera que pudiera ver su cuerpo entero. Sus brazos estaban cruzados sobre su cara y su pecho. Éste, bajaba y subía rápidamente. Su boca, enrojecida, estaba entreabierta. Y sus ojos... sus ojos oscurecidos por la lujuria me seducían, y me rogaban que continuara.
-Tan jodidamente sexy...-susurré mientras me mordía el labio.
Se sonrojó un poco más y se volvió a tapar la cara. Conmovido, dejé un rastro de besitos a lo largo de su vientre, hasta llegar de nuevo a su pene, donde volví a lamer y masajear.
-¡Ah!-gritó tras un rato de lametones, besos y caricias en sus partes bajas.-¡Juan Carlos!
Nada más pronunciar la última sílaba de mi nombre, se corrió abundantemente en mi boca. Me llenó la boca, y me lo tragué con gusto. Me incorporé de nuevo, para besarle otra vez. Él cerró sus ojos pero no pude hacerlo. Las fuerzas me abandonaron y caí dormido sobre él.
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¡¿Enamorado de mi mejor amigo?!
Romance¿Qué pasaría si te enamoraras de tu amigo? Esta es la historia de Alejandro y Jaime. De un año para otro se hacen muy amigos, pero, ciertas situaciones se han dado entre ellos, lo que les hace plantearse sus sentimientos. ¿Superarán la barrera de ac...