Capítulo 44

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Javi (P.O.V)
Nuestro pequeño descanso en aquella colina se vio interrumpido a las horas por el tan molesto horario de este dichoso camping.
-Chicos, creo que ya va siendo hora de volver. En nada nos llamarán para reunirnos- un bufido escapó de muchos de nosotros al oír dicha noticia. Si tan solo pudiésemos tener más tiempo libre, podríamos seguir disfrutando de nuestra compañía mutua por horas y horas sin fin-.
-Venga vamos chicos. Levántate, culo gordo- me dijo Alberto con una sonrisa socarrona-.
-Perdona, mi culo no está gordo. Siendo exactos, está firme y es perfecto porque tus manos no dicen lo contrario- vale, quizás fue demasiado. De hecho, juraría que ahora mismo Jc y Joaquín me están mirando raro. Sip, definitivamente me han escuchado alto y claro-.
-Créeme, yo que tú no diría esas cosas mientras te tocas el culo de esa manera. Cierta persona por aquí que no quiero señalar- se estaba señalando, obviamente- podría hacer cosillas con ese precioso trasero-.
Todos estaban ya andando por el camino de vuelta.
-¿Y que crees tú que esa persona sería capaz de hacerme?- dije aproximándome a el de manera sugerente-.
-Pues...-.
-Eh, eh, ya está. Se acabó esta escénica tan extraña. Vamos a llegar tarde, así que, andando tortolitos-interrumpió Jc dando un par de palmas captando nuestras miradas de odio profundo-.
-Ya en el camping-
Alberto (P.O.V)
Fuimos enviados al comedor nada más ser vistos por uno de los monitores que rondaba por nuestras cabañas, y una vez sentados en una mesa al fondo del ya nombrado comedor, me encontraba con un asqueroso plato de acelgas delante de mis narices.
-Que asco, vaya mierda de cena. Como esto ocurra todas las noches, me suicido- dije alzando la voz, alejando el humeante plato de mi.
A mi lado, Jaime se las comía sin problemas.
-¿Y tu cómo puedes comerte eso así sin más?- le preguntó Borja-.
-Es lo que hay cuando tienes que cuidarte- le miramos con desdén-.
-Pero mira que pintas; es vomitivo. Puaj- dijo Javi echando el plato a un lado-.
-Deja de cuidarte tanto, hasta a mí me resulta asqueroso verte comer esta mierda-comentó Leja.
Jaime apuró las últimas tiras verdes de su plato, y las masticó con la boca abierta. Después sonrió y se levantó cogiendo el plato.
-Tú te lo pierdes.-le dijo.
Salió moviendo las caderas, ganándose las miradas de algunos chicos y chicas. Leja se levantó de golpe, llevando su plato en las manos .
-Sabe como provocarme.-dijo encogiéndose de hombros, para después salir corriendo tras Jaime.
-En fin...-dije para romper el incómodo silencio.
Pero alguien lo rompió por mí.
-Atención por favor.-un monitor se levantó. Era el mismo que no había dejado de mirar a Borja en toda la cena.-Dado que es la primera noche, y no os vemos muy motivados, hemos decidido daros la noche libre.-el comedor se llenó de un alegre bullicio.-Pero si el monitor jefe pregunta, esta noche hemos estado repasando las normas. ¿Entendido?
-Siiiiiiiii-dijimos a coro.
-Bueno-Javi se levantó con delicadeza.-nosotros también nos vamos. Tenemos cosas que hacer.
Me agarró de la camiseta y me sacó a rastras de allí. Luego, se enganchó de mi brazo y caminó junto a mí.
-¿Y que es eso tan interesante que tenemos que hacer, si se puede saber?-pregunté un tanto provocativo-.
-No, nada de lo que está ocurriendo ahora mismo en tu cabeza-desvíe mi mirada a otro objeto abochornado- Prefiero tener antes razones que me llamen la atención para llegar a ese punto- por un momento me esperancé y noté como me emocionaba-.
-Yo puedo darte razones físicas- volví a lanzarle directamente cuando traté de apegar su cara a la mía-.
-Eh..., paso. Vas a tener que currártelo para conseguir un poco de esto- dijo con malicia reflejada en su expresión-.
Me separé indignado y dejé escapar un gruñido de frustración.
-Vale, entonces quieres algo romántico, ¿verdad, princeso?- vaciló por unos segundos, pero finalmente asintió como si eso fuese lo que llevaba años esperando- Pues vamos a tener una cita totalmente romántica. Todo a tu gusto, así que acepto sugerencias-.
-No hijo mío, te lo preparas tu solito. Quiero que para mi sea todo una sorpresa-.
Me llevé una mano a la mejilla. Esto era una cita sin preparación alguna y no sabía que hacer, o sea, ¿qué narices se puede hacer en un camping en el culo del mundo donde el toque de queda es a las 23h? Si me hubiesen dado un poco de tiempo, hasta podría haberlo llevado en un globo aerostático, o yo que se, comprar dos entradas para ver un partido de fútbol y una cenita.
Javier (P.O.V)
La cara de estrés que mostraba Alberto era lo mejor; bueno, casi lo mejor. Es muchísimo más gracioso y tierno verlo en un examen de matemáticas peleándose porque no entiende el problema o porque no le sale una respuesta coherente. Andábamos por los alrededores tranquilos hasta que Alberto paró en seco.
-¡Ya sé!- se acercó a mi emocionadísimo y sonreí esperando su idea- Tengo una idea que te va a encantar-.
Fuimos a nuestra cabaña y puso las almohadas a lo largo de la cama. Extrañado, le observaba mientras se movía de aquí para allá por toda la habitación.
-Vale, con esto pensarán que estamos durmiendo- consideré que probablemente estaríamos tanto tiempo fuera que nos pasaríamos del toque de queda- Venga, vamos- me dijo dulcemente mientras tomaba mi mano y nos dirigíamos hacia las puertas del camping.
-Oye, ¿a donde vamos?-le pregunté impaciente-.
-Tranquilo princeso, ¿no querías una sorpresa?- miraba a ambos lados antes de empezar a correr hacia el lago-.
Una vez allí, esperamos a que dos monitores que merodeaban por allí, se fuesen de la zona. Nos acercamos a las numerosas barcas de madera dispuestas a lo largo de la orilla y subimos en una de ellas. Tras estar ya en el agua, Alberto remó en silencio durante un rato, hasta encontrarnos bastante alejados de la orilla, para evitar ser avistados por cualquier monitor.
-Y ahora, encendemos el farolillo este, y...-.
-Alberto, no tienes cerillas-le corté y me miró repentinamente-.
-Mierda-empecé a reírme de su gran despiste y la cara de agotamiento que llevaba en este momento-.
El tiempo prácticamente volaba en este momento. Somos solo Alberto y yo, alejados del camping gracias a una pequeña pero acogedora canoa. Disfrutaba del momento con muchísima felicidad contemplando cada gesto que hacía con sus manos cuando hablaba  de algún tema, hasta que nos miramos el uno al otro sonriendo-.
-¿Sabes? Haber organizado  una cita tan improvisada como esta, no ha estado del todo mal- comentó pensativo-.
-Tienes razón, no está nada, nada mal-le respondí-.
-Lástima que no pueda organizar algo mejor- negué con la cabeza rodando los ojos-.
-Nah, esto es perfecto. Es la mejor cita que podrías planear en tan poco tiempo y con tan pocos recursos- me acerqué para acariciar su mejilla y poder mirar mejor sus ojos que por cierto, brillaban de una manera que los hacía aún más preciosos con este anochecer y una luna menguante reflejada en el agua con su color blanco y puro-.
-Ahora viene la parte donde nos besamos como en las pelis, ¿me equivoco?- rodé los ojos con una sonrisa y fui aproximándome a él-.
    Esperé a que cerrase sus ojos, mientras apenas rozaba sus labios y lo observé sin poder evitar esbozar una sonrisa. Me eché un tanto hacia atrás evitando hacer el menor ruido posible y esperaría a que se diese cuenta.
-¿Javi?- preguntó confuso-.
-Dime- le dije un tanto jocoso-.
-¿Tanto tardas en besar a una persona?- la risa se me escapó y no podía pararla aunque conseguí que fuese una risa bajita- Javi, ¡Javi!-.
    Abrió los ojos furioso y dejé escapar toda la risa que trataba de aguantar mientras me agarraba del estómago  del dolor punzante que traía el reír tanto.
-¿Quién dijo que iba a besarte?-.
-Pero..., ¡si hasta te acercaste a mi! Te veía tan decidido que pensé que ibas a besarme claramente-.
-Ay pobrecito, que si que quería ese beso al final- hice el mejor equilibrio que pude y me acerqué para poder abrazarle aún soltando cortas risitas-.
-No, ya no. Quédate tus besos, tus abrazos y tus mierdas para ti, no las quiero- un tanto picado estaba, me comentan-.
-Venga tranquilo, solo era una broma. No volverá a pasar, lo juro- musitó un "ya claro" mientras tapaba sus labios con una mano cuyo codo se apoyaba en el borde de la canoa- Te recompensaré por ello? Veamos, que tal otro besito- ni me miró- ¿qué tal una docena de ellos?- miró en mi dirección serio y volvió a mirar hacia el lago-.
-Vas a tener que currártelo más si quieres mi perdón-.
-Una noche entera siendo tu esclavo- clavó su mirada interesado y sonrío-.
-¿Estas seguro?- asentí arqueando una ceja-.
-¿Qué pasa? ¿No te vale?-.
-Al contrario, es perfecto. Pero que sepas que el esclavo hace todo lo que se le ordene- sabía que estaba tramando algo de lo que quizás me fuese a arrepentir, pero no podía echarme atrás, no ahora que tengo su perdón-.
-Acepto. Seré tu esclavo toda una noche cuando tu quieras-.
     ¿Es la mejor idea que he tenido en mi vida? Desde luego que no. ¿Me arrepentiré? Esperemos que no, pero el trato ya está hecho, no hay vuelta atrás.
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Y aquí dejo el capituillo. No he querido hacer el yaoi en este capítulo, si os soy sincera XDD. Llegará el yaoi, no os preocupéis tiempo al tiempo; quiero buscar algo que me inspire, porque desde luego, desde que empecé el capítulo no he tenido algún tipo de inspiración. Nos vemos en el próximo capítulos gente desconocida, E-chan.

¡¿Enamorado de mi mejor amigo?!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora