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Maratón 2/3

¿Acaso era bipolar? Que yo recuerde esto era lo que él quería. Y ahora que se lo daré de una vez por todas se comporta así, debería agradecer el hecho de que aún no lo haya golpeado por que vaya que se lo merecía.

-¿Y ahora por qué te pones así? ¡Estás jodiéndome!

-¡Sólo te digo lo que es! ¡Debería darte vergüenza el hecho de andar por ahí desnudándote como si nada!

Ambos estábamos gritando, y las cosas que salían de su boca, apesar de mostrarme indiferente, dolían, por que tenía toda la razón, pero no permitiría que él me hablará de está forma. Tenía que ponerlo en su lugar.

-¡Oh vaya! Lamento mucho que estés nervioso por que esta es la primera vez que ves a una mujer desnuda Jeon. Pero déjame decirte algo. Y espero te quede muy claro.-Me acerque lo suficiente para intimidarlo.-Los nerds como tú, DAN ASCO.

Pude notar como su semblante decayó, ya no tenía ese aire superior que tenía hace un momento. Bajo la mirada y con un suspiro soltó una risita, claramente dolido.

-Lo sé, eso me queda claro. Pero tampoco es mi culpa que los que se sienten superiores como tu y la bola de simios sean tan ignorantes al punto en que no se dan cuenta de que, algún día tendrán que trabajar para nosotros.

En ese momento su flequillo cubría parte de su rostro. Y me sentí tan mal por él. Pero el daño ya estaba hecho, y yo soy una persona muy orgullosa.
Levantó su rostro con una linda sonrisa. ¡Les dije que era bipolar!
Se acerco a mi hasta rozar sus labios con los míos dejándome nerviosa.

-Volveré mañana a terminar el trabajo, y está vez tendrás que cumplir.-Beso mi mejilla y a paso lento salió de mi casa. Dejándome aturdida como nunca.

¿Qué pasaba conmigo? Mi corazón latía tan deprisa que sentía se saldría de mi pecho. Sentía incluso mis mejillas sonrojadas pero eso era imposible.

-¿Quién eres realmente Jeon Jungkook?

Subí a mi habitación. Esta situación no me agradaba nada. Tone mi celular y llame a mi única amiga verdadera en el mundo. Después de tres tonos contesto.

-¿Hola?

-Chorong...

-¿¡______!? ¡Me tenías en el olvido tonta!

-Lo sé, lo siento-Reí por su dramatismo-¿Estás libre? Tengo que hablar contigo.

-¡Claro!-Su energía al hablar era graciosa-Pero... me preocupas ¿Pasa algo?

-En realidad, sí, ven cuando puedas.

-Voy enseguida.

Y con esto colgó.
Ahora si podré desahogarme.

Enseñame a dar placerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora