62

9.1K 706 103
                                    

Una vez que Yeol terminó lo que había pedido, me dedique a observar a las personas que había al rededor en aquel local.

Los chicos seguían conversando y ciertamente no sabía qué decir, o si es que era oportuna y necesaria mi participación, lo cual, no parecía ser así.

Había, en su mayoría familias, algunos chicos que venían solos, que estaban sobre todo sentados al fondo con su celular en la mano ignorando lo que sucedía al rededor, viré los ojos ante ello, a veces estamos tan al tanto de unas cosas, como viene siendo nuestros celulares y aparatos electrónicos porque estamos "mejor comunicados", pero al mismo tiempo nos alejamos de nuestra realidad y de las personas que tenemos a nuestro alcance. Había unas cuantas parejas, algunos parecían estar en su primera cita debido al nerviosismo, otros más parecían tener algún tiempo juntos por la manera en que entrelazaban sus manos, una pareja de adultos mayores llamaba mi atención en particular.

El hombre, tenía el periódico extendido sobre la mesa, tenía sus gafas puestas y con su mano izquierda llevaba una taza con lo que parecía ser café a sus labios, frente a él, su esposa, una mujer que, aún por las mesas que nos separaban lograba escuchar su risa, sus manos entrelazadas por encima de la mesa, la mirada de aquel hombre dejo las notas impresas en papel para poner su atención en ella, sus ojos se iluminaron provocando en mi interior una oleada de calidez, había amor en ellos, y seguramente, en los de ella también. Se dijeron unas cuantas palabras y, por increíble que pareciera, el hombre termino con las mejillas un tanto sonrojadas y con la mirada gacha. Decidí que era un buen momento para mirar a otra parte. 

No debía entrometerme en asuntos ajenos, sin embargo, no podía evitar mirar de vez en cuando, las sonrisas llenas de complicidad que compartían, seguramente recordando las travesuras y anécdotas que vivieron hacia algún tiempo, toda una vida juntos, y aún seguían transmitiendo ese amor. Entonces me pregunte, si algún día merecería algo así, si sería digna de que un hombre me mirase de aquella forma, si, si era digna del amor de otra persona, solo eso. Amor, ¿Cuántas veces no nos hemos preguntado quién sería la persona que hiciera que nuestro corazón revoloteara? En ocasiones, por relaciones anteriores nos sentimos inseguros al respecto, perdemos una parte de nosotros mismos, pero, en mi caso, no me sorprendería quedarme sola por un buen tiempo.

Se siente como si estuviera pagando por todo lo que había hecho en el pasado, la cantidad de chicos que usé, las chicas que lastimé en el proceso, las relaciones que parecían sólidas que terminaron por mis estúpidos y repudiables deseos carnales. Sin duda algo que me perseguiría el resto de mi vida, la carga de todas esas malas experiencias que no hacían más que repetirse en mi mente una y otra vez, haciendo que no dejara de sentirme arrepentida y llena de culpa. 


-______, vamos, tenemos cosas qué hacer-Me llamó Kyungsoo dandome una sonrisa. Asentí con la cabeza y, rebuscando en mi bolso saqué mi cartera para pagar la cuenta, sin embargo Yeol me lo impidió. 

-No, está bien, yo pago-Insistí. Yeol rió y negó dulcemente con su cabeza. 

-¿Qué clase de amigo sería entonces?-Sonrió dulcemente. De algún modo ese simple gesto me hizo sonrojar, asentí nuevamente y agradecí por su buena intención. 

Después de pagar, salimos del local, Yeol se colocó su saco sobre un hombro, una de sus manos estaba dentro del bolsillo de su pantalón, su postura relajada lo hacía lucir realmente bien, cuando se dio cuenta de que lo observaba fingió posar de diferentes maneras, quitando todo el buen estilo que tenía segundos atrás.

-Este es mi mejor angulo-Bromeó ladeando la cabeza, yo reí ante su bobería y Kyungsoo se alejó unos cuantos pasos. 

-Eres ridículo-Le dijo completamente avergonzado en su lugar, negando cada que una persona pasaba por la acera. 

-Bien, pues sé que se aburrirán sin mí, tanto que lamentarán el haber decidido salir solo ustedes, sufrirán las consecuencias-Imitó un mal tono de misterio que nos hizo reír a los tres.

Todo iba relativamente bien, caminamos un poco más para acompañar a Yeol unas cuantas calles cerca de la empresa, sin embargo el golpeteo en mi corazón debido a los nervios no dejaba de aumentar a cada paso que dabamos. 

Quería dar la vuelta y huir, pero estaba en medio de ambos y, aunque Kyungsoo no era gran obstáculo Yeol si que lo era. 

Solo que, la mala suerte estaba de ,mi lado, siempre lo estaría, por eso fue que los tres nos detuvimos de golpe cuando el auto de Jeon estaciono justo a nuestro lado. 

Bajo la ventanilla de lado del copiloto, tenía unos lentes de sol puestos, sus labios extendidos en una línea y su mandíbula tensa. 

-____________, tenemos que hablar.












Enseñame a dar placerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora