41

15.6K 1K 99
                                    

No paso mucho más tiempo, tan sólo unos 15 minutos y nos encaminamos al hotel. Nuestras manos entrelazadas me hacían sonreir de sobre manera, y por lo visto a Jeon también, me sentía como una niña en la escuela secundaría. De vez en cuando  volteabamos a vernos dandonos sonrisas tímidas. Nada de sobrepasarse o tomarlo en otro sentido.
En cuanto Jeon cerró la puerta de la habitación esperaba me estrechara en sus brazos y continuaramos haciendo cosas. Pero nada de eso paso, camino con tranquilidad hacía el baño y se encerró ahí un buen rato.

Suspire cansada sentandome en la cama, frotando mis manos sobre mis piernas intentando calmarme y decifrar qué era lo que pasaba por su mente. Pero nada. Rendida tome mi maleta y saque un camisón blanco para dormir.
Me cambie rapidamente en caso de que Jeon saliera pero no. Paso media hora y no salía de ahí.
Me acerque a paso lento a la puerta para dar suaves golpes.

-¿Jeon?-Pregunte.

-Ve a dormir-Dijo en respuesta. Sin alguna expresión en sus palabras. Con una mueca me volví a la cama para acostarme. No me preocuparía por nada ahora. Estabamos bien y nada podría salir mal.

Al final no pude resistir por mucho mas tiempo, y debido a lo movido que había estado mi cuerpo en referencia a lo sexual estaba realmente cansada, por lo que no me tomo mucho tiempo para quedar profundamente dormida.

***
Abrí mis ojos con lentitud al sentir mi cuerpo repentinamente cansado, se supone que había dormido y descansado bien, pero me dolían las piernas y los brazos y no entendía bien el por qué, gire mi cabeza a un costado para ver si mi acompañante estaba ahí, pero no era así. Gire hacia el otro lado confusa, y tampoco. Soltando un bostezo intente levantarme pero… ahí estaba el problema, no me había percatado de que ,mis piernas se encontraban completamente abiertas a cada lado de la cama, recuerdo vagamente que la cama era más grande pero esta se ajustaba bien a mi cuerpo, mis muñecas estaban de la misma forma, atadas al cabezal de esta, el aire frio daba d pleno en mi piel desnuda y expuesta haciéndome estremecer, no recuerdo haber dormido desnuda o haberme quitado alguna prenda antes de dormir, asustada gire a todas partes, o bueno, lo que mi cuerpo me permitía, la habitación estaba a oscuras por lo que suponía aun era de madrugada.

Me retorcí de un lado a otro lastimando mis muñecas en el proceso, estaba jodidamente asustada y excitada al mismo tiempo, el pánico podía leerse seguramente impreso en mi rostro, y la excitación definitivamente era debido a que mi cuerpo estaba completamente expuesto al aire frío, que daba principalmente en mi coño. Jadee en cuanto aquel metal que sujetaba mis muñecas provoco un rasguño, fue entonces cuando la puerta de la habitación se abrió, la luz del pasillo ilumino parte de la habitación dejándome ver el rostro sonriente y lleno de deseo de mi jefe, Jeon. Algo asustada le pregunte;

–¿Qué es todo esto?–Tire de mis muñecas haciendo referencia a las esposas que me sujetaban con fuerza, impidiendo cualquier movimiento brusco. Su sonrisa torcida apareció, dejándome claro que esto le gustaba y era hecha por él.

–¿Tu que crees que sea?–Pregunto burlón.

–Suéltame–Rogué, comenzaba a hacerme daño en las muñecas, y estoy segura de que quedarían marcas, lo fulmine con la mirada en cuanto su risa burlona lleno la habitación–Jeon–Demande con furia, esto dejaba de ser divertido, y fue de esa manera en que me di cuenta de que tan solo iba en calzoncillos.  Mi cuerpo tembló de anticipación, contradiciendo mis pensamientos y ganas de ahorcarlo ahora mismo.

Con aquella sonrisa llena de cinismo y como si nada más le importara gateo hasta que se posiciono sobre mí.
Su mano rozo mi pezón haciendo que este se pusiera aún más erecto de lo que estaba debido al frío, mi espalda se arqueo ofreciéndole así mi cuerpo.
–¿Sabes? Cuando tuve que irme, con el paso de los años, mientras me iba convirtiendo en un adulto, siempre tuve en cuenta lo que hubiera pasado si no hubiese sido un cobarde y no huir a cada oportunidad que tenía de.. follarte. Cada que me encontraba viendo porno, y masturbándome me sorprendía el darme cuenta de que, al hacerlo solo pensaba en ti, te imaginaba a ti en vez de a la chica del video, siempre imagine tenerte así, de esta manera, tan expuesta y sonrojada–Sus dedos pellizcaron mi pezón haciéndome gemir ante el acto–Estas tan preparada para mi–No me había percatado de que su otra mano había bajado a mi entre pierna, sumergió dos de sus dedos, metiendo y sacando a u ritmo lento, torturándome–Se que deseas esto de la misma manera que yo, fue por eso que me tome el tiempo para atarte de esta forma–Su sonrisa llena de lujuria y su mirada oscurecida por la lujuria me prometían demasiadas cosas que hacían me pusiera aun más caliente de lo que estaba, mi cuerpo ardía por completo y sabia que solo habría una forma para que volviera a la normalidad.

–¿Qué tienes en mente?–Me atreví a preguntar, dejado de lado la molestia, para darle espacio al deseo que lentamente me consumía, y aún no me había tocado lo suficiente.

–Necesito que confíes en mi, no te estoy diciendo que ahora mismo usare vibradores, o aparatos anales, incluso para pezón–Bajo sus labios a mis pechos, besando uno y masajeando el otro un ritmo lento que me hacia arquear la cadera rozándola con su miembro aun dentro del bóxer. Ambos gemimos ante el contacto de la intimidad del otro.

Su lengua hizo aparición en mi pecho, succionando sutilmente mi pezón, dejándolo húmedo y erecto, después, soplo, el aire cálido proveniente de sus labios hizo la sensación aun más placentera, sentía mi vagina mojada y preparada para lo que él quisiera meter dentro de mi.

Separándose de mi lo suficiente para que pudiera ver sus ojos brillando por el placer, llevo sus labios a los míos, lamio mi inferior pidiendo permiso para adentrarse, de inmediato abrí mis labios para encontrarme con su lengua que esperaba ansiosa por la mía, sus manos, ambas, viajaron hasta mis senos para sostenerlos y apretujarlos entre sus manos, gemí separando nuestros labios, él se molesto por eso y mordió mi labio inferior provocando un jadeo de mi parte, quería acariciar su sedoso cabello, pero las esposas me lo impedían, su miembro se froto contra mi vagina expuesta, simulando embestidas que me hicieron gemir con fuerza y rogar por más, él satisfecho por el resultado libero mis pechos.

–¿Confías en mi?–Pregunto mirándome directamente a los ojos.

Asentí sin dudarlo, porque sí, confiaba plenamente en él aun sabiendo que después las cosas probablemente se complicarían pero tomaría el riesgo que implica estar con él ahora.

–Si, confío en ti–Sonreí al decirlo, me devolvió la sonrisa depositando un cálido beso en mi frente.

No tengo ni la menor idea de de dónde saco aquel pedazo de tela con la que a los pocos segundos sin perder tiempo coloco sobre mis ojos, vendándolos, no veía absolutamente nada, pero podía sentir su respiración cerca de mi rostro.

–Jeon–Jadee en cuanto sus labios besaron mi cuello lentamente.

–No digas nada, solo disfruta.

Y fue de esa manera en la que abandone el miedo que me invadía para darle paso al placer que corría por mi cuerpo y entre pierna cuando el tocaba alguna parte de mi cuerpo si que yo pudiese percatarme de ello.

Enseñame a dar placerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora