Enseñame a querer

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Mi vista estaba fija en la ventana, realmente no prestaba atención a lo que pasaba a mi al rededor, porque no había nada en que entretenerme justo ahora.
Mi respiración agitada me hacía recordar la razón por la que me encontraba tan ansioso.

Suspire intentando controlarme, no podía ponerme a pensar en estas cosas justo ahora, sabiendo que el trabajo no estaba terminado y tenía una reunión importante a las 3 de la tarde. Aun con todo eso mi mente se negaba a cooperar.

Y de nuevo la ansiedad que sentía salia a flote por medio de mis manos que no dejaban de sudar, y al mismo tiempo, que no dejaba de restregar en mi pantalón para quitar el exceso de sudor en las mismas.
Ya soy un hombre, ya había pasado por esta situación anteriormente, y aún así me sentía como un chiquillo cuando su mensaje iluminaba la pantalla de mi celular, acaparando por completo mi atención. ¿Era tan evidente el amarla tanto?

Al final las cosas no salieron como esperábamos, pero nos aferrábamos a lo que teníamos, con la falsa esperanza de que, si ambos poníamos de nuestra parte las cosas funcionarían, ¿Acaso realmente estaba enamorado?
Alguna vez pensé que lo estuve, pero de igual modo las cosas salieron mal y terminamos más heridos de lo que esperábamos.

El sonido del teléfono de la oficina me sacó de mis pensamientos, lo cual de cierto modo, agradecía.

-Joven Jeon, los ejecutivos han llegado, una de las secretarías en capacitación se está encargando de atenderlos guiándolos a la sala de juntas, ¿Confirmo su asistencia?

Giré mi muñeca para ver el reloj en la misma, recién era medio día, no estaba muy seguro de querer enfrentarme a estrés a estas horas, saqué mi celular del bolsillo, verificando el lugar de encuentro con la persona ansiada y la hora exacta. Bufé por lo bajo y levanté la bocina del aparato.

-Si, confirme, estaré ahí en cinco minutos.

Dicho esto me acerqué al asiento para tomar mi saco y colocármelo adecuadamente, de igual modo miré el escritorio, en el que se encontraban la cantidad de pendientes que tenía que resolver antes de que mi esperada cita se llevara a cabo.

-Puedo hacerlo-Me animé, aunque muy en el fondo estaba anhelando por un poco de ayuda extra.

Salí poco después de mi oficina, dirigiéndome al ascensor, topandome con Park Chanyeol.
Al ser los únicos ahí dentro el silencio se tornó denso e incómodo, ambos mirábamos a cualquier parte como si eso de algún modo nos sacara de este apuro. Entonces por fortuna, o eso esperaba, sonó su celular, anunciando una llamada, es aquí cuando odiaba el hecho de haber tenido la idea de que la sala de juntas estuviera ubicada en la segunda planta del edificio. Pude ver por el rabillo del ojo que una amplia sonrisa apareció en su rostro, ante esto mi estómago se revolvió.

-¿Si?-Respondió animadamente. Al estar ambos en un espacio tan reducido y en silencio pude escuchar perfectamente a la persona al otro lado de la línea. Aun así y con la puñalada que mi pecho sintió me limite a mantenerme firme en mi lugar, aparentando desinterés. Cosa que, espero haya resultado.

-Lo sé, pero no demorare mucho, o al menos eso espero-Dijo Yeol con fastidio, eso me hizo virar los ojos involuntariamente, sino le gustaba esto ¿Por qué diablos no me pedía simplemente la renuncia?

-Claro, claro, iré en cuanto termine esto-Entonces me percate de algo, la persona con quien estaba hablando, no sonaba en absoluto como ella. Agudice más mi oído para asegurarme del todo.

-Debo irme ahora linda, pero te veo en un rato, estoy ansioso-Entonces dijo lo que menos esperaba-Yo también te quiero-Sentí una puñalada en el pecho, aun así me quede quieto.

Una vez terminada la llamada de manera discreta vi el usuario del que se trataba, me lleve una gran sorpresa al darme cuenta de quien se trataba.

-¿Acaso tú..?-No lo había meditado si quiera, las palabras simplemente escaparon de mis labios.

Enseñame a dar placerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora