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Abrí lentamente mis ojos, y el solo recordar lo de anoche provocó una gran sonrisa en mi rostro. Pero al instante la borre. Un chico como él merece algo mucho mejor.
Desanimada gire para encontrarme con... nada, me reincorpore rápidamente algo asustada.
Reí mentalmente por mi actitud e intente convencerme de que Jeon era el tipo de chico que prepara el desayuno para la chica que le gusta. Aunque este no sea el caso.

-Tal vez solo quiere ser amable y disculparse-Dije para mi misma.

Me coloque una bata y baje las escaleras, no olía a comida recién preparada, tampoco el sonido de algo friéndose. Nada. Todo estaba en completo silencio. Me adentre a la cocina encontrándola vacía.
Sentí un dolor fuerte en el pecho.
Reí durante unos cortos segundos para después percatarme de las lágrimas que caían de mis ojos.

-Tan ilusa como siempre ______, tan ilusa..-Susurre y con la vista nublada me dirigí a la sala, sentándome en el sofá, donde su aroma aun estaba impreso, y me dedique a derramar más y más lágrimas por todo lo sucedido. ¿Cómo pude pensar que él sería diferente? No hubiera podido aparentar que nada sucedió si realmente lo hubiéramos hecho.
Pero seguramente era parte de algún plan para vengarse por todo lo que le eh dicho.
No era nada justo de su parte actuar como enamorado un día y desaparecer al otro.
Estaba pagando por todo lo que eh hecho, por haber roto el corazón de muchos chicos, por jugar con ellos y después ignorarlos y despreciarlos.

Simplemente me llego el karma pero, ¿Quién dijo que los demás lo sabrían? No, eso nunca, ______ _________ esta mejor que nunca, por que hay muchos chicos con los que no eh jugado aún.
Jeon solo fue uno más. O casi.

*****

Más tarde me encontraba caminando como si nada hubiese pasado por los pasillos de la escuela, por desgracia tenía dos clases seguidas con Jeon y ese asqueroso trabajo en parejas que provoco todo esto. ¿Me creerían si les digo que aún siento el sabor de su polla en mi boca? Asqueroso, pero cierto.

Entre al aula sonriendo e ignorando a mi palpitante corazón en cuanto note el sonrojo de Jeon al verme.
¿Estaba bien lo que estoy haciendo?

-¡_______! Pero que linda te ves hoy-Ese era Min YoonGi, o Suga para los "amigos" este chico vaya que es atractivo, últimamente tenía una afición por teñirse el cabello y en esta ocasión el tono verde le sentaba de maravilla.

-Gracias-Le guiñe un ojo y pase por su lado, no contaba con que se interpondría en mi camino de nuevo.

-Tranquila muñeca, ¿Cuál es la prisa?-Me tomo por la cintura presionando su cuerpo contra el mío, no estaba de humor para esto, le mire con fastidio y eso a él le causo gracia ya que soltó una risita.-Te gustará-Susurro en mi oído y beso mi cuello lentamente, no lo impedí, estaba muy ocupada viendo como Jeon cerraba sus manos en puños sobre la mesa y salía del aula enfurecido, para cuando reaccione Suga me tenía sentada sobre una mesa y acariciaba mis piernas de arriba a abajo levantando la corta falda que traía.

-Mm, eres tan deliciosa-Gruño contra mis labios con la clara intención de besarme. Pero yo tenía otros planes. Con un rápido movimiento cerré las piernas y estrelle mi zapato con tacón en su miembro. Inmediatamente se dejo caer de rodillas tomando entre sus manos a su amiguito.

-Lo siento-Grite sin sentirlo realmente y salí de ahí mirando al rededor, para mi desgracia la profesora ya venía y no me quedaba de otra más que esperar a que Jeon regresara por su cuenta.

**

33 minutos. ¡33 jodidos minutos y Jeon no aparecía! ¿Es qué era idiota? Si no llegaba al siguiente módulo lo mataría. Primero me deja con ganas, y ahora me deja plantada en plena clase. No dejaba de mirar el reloj colgado sobre la pizarra y la puerta cada cinco segundos. Comencé a morderme las uñas de la ansiedad. ¿No se suponía que no le haría caso? ¿Qué lo haría pagar por lo que hizo está mañana y lo que no hizo anoche? 

Bueno, mi mente y corazón comenzaban a ser enemigos por lo que veo. 
El sonido de la puerta siendo golpeada me saco de mis pensamientos y como si de un ángel se tratase apareció Jeon por la puerta, con las mejillas sonrojadas mirando al piso y los ojos hinchados como si hubiese estado llorando. ¡Soy estúpida!

-¿Sabe a caso qué hora es joven Jeon?-Pregunto la profesora con clara molestia.

-Lo lamento yo, tuve un problema-Lo dijo en un tono tan bajo que de no ser por que el resto guardo silencio no se hubiera escuchado.

-Sólo por ser mi mejor alumno puede entrar-Jeon la miro y sonrió agradecido-Pero que sea la última vez-Asintió un par de veces al igual que hizo reverencia y entro, cruzó todo el salón para llegar a mi lado, debido al trabajo nos sentamos juntos, y mi corazón no dejaba de latir rápidamente, temía que se diera cuenta y se riera, así que olvidando todas esas tonterías retomé mi postura de enfadada.

Se sentó, no me miro, ni siquiera saludo.

La clase continúo como si no hubiera habido interrupción siendo que entre ambos había una gran tensión.

Al terminar la clase no pude evitar sacar un suspiro de alivio, se me había hecho eterno esto, y él seguía sin hablar. Dispuesta a enfrentarlo me gire para hablarle, pero el me interrumpió.

-Haré el resto del trabajo, te dejare notas en tu casillero los miércoles para que repases y le digas a la profesora algún avance, no necesitas hacer nada, así esta bien, adiós.

Lo dijo en un tono tan seco y frío que me dieron escalofríos, lo seguí con la mirada hasta que de nuevo salió del aula, golpee mi frente contra la butaca.

-Sólo a mi me pasan estas cosas.

Salí decidida a acabar con esta farsa, no podía seguir actuando de esa manera. Y yo debía admitir, que sentía algo por él. ¡Así es! ¡Ya lo dije!

Llegue a la biblioteca donde supuse que estaría, recuerdo haber entrado aquí un par de veces para follar con otros chicos y Jeon siempre estaba ahí... Observando. Que desagradable.
Y efectivamente, estaba ahí, con su rostro escondido entre sus brazos recargado en la mesilla. Me acerque lentamente sorprendiéndolo.

-¿Qué hace....-Bien dicen que la mejor forma de callar a alguien es con un beso

Enseñame a dar placerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora